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Nació en Francisco I. Madero, Dgo. El peor de los pecados es su primer libro de cuentos.Ha recibido el Premio Estatal de Periodismo Cultural “Armando Fuentes Aguirre” en los años 2000 y 2015 y el Premio Estatal de Periodismo de Coahuila, 2016 y 2017. Escribe cuento y ensayo. Es colaboradora regular del periódico El Siglo de Torreón. Su entrevista con Elena Poniatowska fue traducida al griego y publicada en la revista Koralli de Atenas. Ha publicado en diversas revistas nacionales y libros colectivos. Perteneció al taller literario de Saúl Rosales; es médica egresada de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C. y estudió la Maestría en Apreciación y Creación Literaria en Casa Lamm en la Ciudad de México.

lunes, 13 de diciembre de 2010

FERNANDO VALLEJO: LA SERENIDAD DEL IRACUNDO



Hace dos meses aproximadamente nos visitó en Torreón el colombiano naturalizado mexicano, Fernando Vallejo, quien ha escrito una obra extensa de ensayos (Logoi, una gramática del lenguaje literario, La tautología darwinista) y novelas (La virgen de los sicarios, La puta de Babilonia, El don de la vida, El mensajero, Mi hermano el alcalde…). Fernando Vallejo tiene fama de provocador, y fiel a ello, aquí vino a hacer lo suyo.
El autor de La virgen de los sicarios es pianista, homosexual, vegetariano y odiador de la vida, de la iglesia católica y de los políticos; amante de las vacas, los perros y los gatos. Desde luego ninguna de estas condiciones importaría si no fuera porque es uno de los escritores más significativo de nuestra lengua, por su inteligencia punzante y su lenguaje desgarrador, pero exacto. Sin embargo, el que sea una autoridad literaria, poseedor de un talento excepcional, no significa que no diga estupideces. Vallejo se sobregira, y a fuerza de hacerse detractor del irracional termina siendo parte de ello, “sólo por joder”, como él mismo asegura. Por ejemplo, en entrevista de El Siglo de Torreón, contestó a pregunta expresa sobre si era misógino: “Yo no soy misógino. Lo que pasa es que detesto a las mujeres embarazadas. Me producen asco moral. Nadie tiene derecho a imponerle la vida a otro; eso es un crimen. Y pienso ahora en el cardenal Juan Sandoval Íñiguez, que salió tan feíto”. Y a la pregunta de que por qué defiende a los pederastas, da la idea de solidaridad con éstos: “Habrá que ver qué entendemos por `niño´ para poder definir la pederastia. ¿Uno de 14 años? ¿O uno de 12? ¿O uno de 10? Adviértanles de todos modos a los niños de hoy -de diez, de doce o de catorce- que cuando sean viejos a lo mejor les van a gustar a su vez los niños. A mí no, en todo caso. Y lo que defiendo no es tanto la pederastia como la libertad sexual. El sexo es inocente con quien sea y como sea, siempre y cuando no medien la coerción moral ni la violencia, y ni se diga la reproducción”. Sin embargo en esta respuesta se ve atenuada su postura, pues en una entrevista de hace meses, su defensa fue franca. Y cómo pensar en que Vallejo habla en serio si por una parte dice que nadie tiene derecho a decidir sobre la vida de otro y después da la idea de que los adultos sí pueden invadir la sexualidad de un menor de edad, como si esto no fuera decidir sobre la vida de otro, del más débil.
Finalmente parece que Fernando Vallejo ha creado su imagen en la provocación. Se nota satisfecho en la exhibición. Vino a Torreón (como decía) a hacer lo suyo y aunque inauguró la cátedra de Enriqueta Ochoa, no conocía a la lagunera: “Le envío un saludo a Enriqueta Ochoa. Un amigo me la recomendó y me dijo que era buena poetisa”.
Con muchas ideas de Vallejo la mayoría estamos de acuerdo, como cuando habla de la naturaleza corrupta de los políticos, en otros temas no, pero él se divierte lanzando juicios socialmente inaceptables sólo para ver quién se enoja. El escritor, quien detesta la vida pero le da la gana seguir en ella, en alguna de sus novelas señaló: “Borges es un 'güevón', y todos lo saben. ¡Pero quién le da patadas a un ciego!" Así son sus sentencias, y él, tan sereno como si terminara de ordenar una “big salad”. Vallejo cimbró las conciencias laguneras y a algunos hasta les dieron ganas de hacerse vegetarianos. Pero qué difícil es ser realmente congruentes y empezar a usar zapatos y cartera de tela o hule para no contribuir a la matanza de vacas. Como si el león pudiera hacerse herbívoro o el elefante carnívoro. Desde luego, nuestra fisiología omnívora da para escoger.
Vallejo eligió la ira para pasarla bien a costa de los que creen que todo lo que dice es verdad. Por lo demás, habremos de fijarnos, sobre todo, en su testimonio literario.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

MAÑANA SE HARÁ UN RECONOCIMIENTO AL MAESTRO SAÚL ROSALES


Agradezco al escritor Jaime Muñoz por tomarme en cuenta para reconocer la trayectoria del maestro Saúl Rosales. La cita es este jueves 9 de diciembre a las 18:00 hrs. en la Galería de Arte anexa al TIM. Acompañaré al maestro Saúl Rosales, a Jaime Muñoz y a Daniel Maldonado. Esto, dentro del 1er. Festival del Libro y la Lectura 2010.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

MUJERES SOLTERAS


Me llamó la atención una nota periodística en la que se hablaba de las consecuencias sociales, económicas y culturales que había traído la guerra en Irak. Allí mencionaba que una de las secuelas sociales era que muchas mujeres habían llegada a los 30 años sin casarse, un hecho poco común años anteriores, cuando la mayoría de las jóvenes se casaba antes de esa edad. Los problemas de muertes, principalmente de jóvenes, redujeron la población masculina, por ello han llegado a la conclusión de que la guerra genera solteronas. Asimismo, la violencia permanente, los atentados suicidas, los escuadrones de la muerte y los tiroteos constantes han hecho que la vida social se vea disminuida y por lo tanto la oportunidad de conocer a un esposo se ha visto limitada. Un fenómeno parecido se ha presentado en China, solamente que al contrario de Irak, lo que hay son muchos solterones, esto debido a las políticas demográficas gubernamentales de “hijo único” y también porque hace algunos años se daba prioridad a los embarazos de embriones masculino. De allí que se haya desencadenado la venta de mujeres birmanas a jóvenes chinos que en su desesperación por tener esposa recurren a prácticas ilegales. En cambio las mujeres musulmanas tienen que aceptar su condición de solteras, pues para una musulmana es prácticamente imposible contraer nupcias con hombres de otros países que no sean los árabes.
De cualquier manera el fenómeno de la soltería ha aumentado en todo el mundo. Otro factor es el desempleo y también porque cada vez más personas ven en el matrimonio una restricción a su libertad. Aquí en México aún no sabemos hasta qué punto la guerra contra el narcotráfico y el desempleo afectaran las uniones conyugales. Porque al igual que Irak estamos en guerra, (una guerra extraña, pero guerra al fin) e igualmente la población más afectada son hombres en edad productiva y reproductiva. Aún es pronto para saber todas las consecuencias que nos dejará la guerra contra el narcotráfico ya que a casi tres años de su inicio lleva ya 30 mil muertos que en su mayoría han sido hombres, al parecer el 10% de las defunciones son mujeres. Si la guerra no termina pronto, la fuerza laborar se verá más afectado aún. Y por supuesto las mujeres tendrán que realizar más trabajos que tradicionalmente han sido para los hombres. Ahora mismo muchas mujeres son el sustento familiar. Existen en México varios pueblos como el de Sabinas Hidalgo, Nuevo León, en donde los esposos han emigrado a los Estados Unidos y en muchos casos han abandonado a sus parientes. Las madres de familia han tenido que cultivar el campo al no tener más opciones de sustento.
De tal forma que la igualdad sexual o “equidad de género” (como se le llama ahora) no se ha dado por conciencia ni valoración real de las mujeres por parte de los hombres, sino porque no ha existido otra alternativa. Sabemos que la primera guerra mundial (1914) fue un momento decisivo para emancipación de la mujer, porque a falta de varones en las comunidades fueron ellas quienes tuvieron que hacer las funciones laborarles de éstos. Antes de la primera guerra mundial la mujer no había tenido la oportunidad de demostrar que era capaz de desempeñar prácticamente todos los trabajos que hasta entonces habían sido exclusivos de ellos. De ese modo, las mujeres tuvieron que acudir a trabajar a las fábricas y muchas de ellas se volvieron empresarias y liberaron su creatividad. Las inglesas, por ejemplo, fueron las primeras en tener el derecho al voto en 1919. Por ello en la mayoría de las mentes masculinas aún no es auténtica la aceptación de igualdad ya que la emancipación de la mujer ha sido forzada por las guerras.
Todos deseamos que la guerra que vivimos pronto se termine, sin embargo las condiciones de desempleo y la inmigración continuarán, por lo tanto aumentará aun más el número de mujeres independientes.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

JORGE VALDÉZ DÍAZ-VELEZ



Aquí, un bello poema del lagunero Jorge Valdés Díaz-Vélez. Además, dos vínculos para escuchar, en su propia voz, más de su poesía.




Canción de febrero

sobre el pecho del cielo, palpitando...
Jaime Gil de Biedma

Leve y triste la tarde se retira
contigo hacia el crepúsculo y las horas
empiezan a doler en los distantes
repliegues de la sábana. De pronto
la noche ha regresado y es difícil
no pensar en tu boca momentánea
o en las altas comarcas de tu cuerpo
en lienzos de algodón en alabanza.
Ahora que no estás, vuelvo a mirar
el rayo que dividen tus pestañas
y el estremecimiento de tu espalda
moldeándome los brazos, la sonrisa
de tu sexo en los vértigos del labio,
el instante fluvial de tu alegría.
A lo lejos respira el mar, asciende
la blanda superficie su clausura
bajo un raso de líquidos cristales.
La noche sin tu piel crece más honda
por las calles donde asperjas la lluvia.
En silencio te recuerdo, muchacha,
con las últimas brasas que se apagan
contra el pecho del cielo, palpitando.


http://www.youtube.com/watch?v=YnKus8Xj024&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=GbuWWn9Lq1w&feature=related

sábado, 13 de noviembre de 2010

EL EXTRAÑO CASO DE GILBERTO PRADO



“Debo decir que la enfermedad de los palíndromos, que agrava con cualquier tipo de lectura, es incurable”, asegura Gilberto Prado Galán (GPG por sus iniciales reversibles, bautizadas en Torreón, Coah. 1960) en A la gorda drógala, libro que desentraña el arte de crear palíndromos: frases que se leen igual al derecho y al revés. Además de incurable, el impulso de escribir palíndromos es una enfermedad contagiosa, ya que sus amigos e hijas la viven por haber tenido contacto con él. Sin embargo (continuando con la analogía patógena) el retrovirus palindrómico es difícil de inocular, ya que sólo personas susceptibles desarrollan esta inteligencia retornable que disloca las palabras para que en reversa sean otras y las mismas.
El extraño caso de Benjamín Button o The curious case of Benjamin Button (nombre original) es una película en la que el protagonista nace anciano y muere siendo bebé. Por ello la vocación de Prado Galán recuerda esta fantasía, no sólo por poseer la capacidad del retroviraje literario, sino porque ha logrado que los palíndromos vayan de la vejez a la juventud. Ha escrito expresiones bidireccionales rejuvenecidas que no serían posible en otros tiempos, como: “Ama soledades la fama, ama falsedad el Osama”. Estos retratos de renovación lingüística son frecuentes: “Acá Cela vale caca”, señalando así al español Camilo José Cela, premio Nobel de Literatura. También en su cuenta de twitter (@gilpg) ha entusiasmado a los “tuitteros” que, contagiados, aportan nuevos palíndromos, además de los cinco que diariamente publica allí el escritor. El caso de GPG es extraño, por único. Solamente él ha escrito la cantidad (que circula en ambos sentidos) de 26,162 palíndromos en español.
GPG expresa que los palíndromos “son epítome de la vida: avanzan hacia el final (que es el origen) y retroceden hacia el origen (que es el final). Así, diríamos que haciendo un juego nietzscheano, ejemplifican el “eterno retorno”.
“El bato notable” (otro de sus palíndromos que Jaime Muñoz ha usado para referirse al autor) ha construido frases reversibles que pueden ser onomásticas, cómicas, eróticas, bestiarias, aforísticas, infinitas y de cuadros mágicos. Sobre las aforísticas: “Acaso el palíndromo más hermoso de la lengua española sea ‘Efímero lloré mi fe´”, apunta Prado Galán. Sin duda tiene razón. Ejemplos jocosos como: “A dama madura da ruda mamada”; “Ese pato Lucas usa culo: ¡tápese!”; “A tu paso bromea, cae, morbosa puta” y “Sobarrabos”. Uno más que se antoja de muy difícil arquitectura: “A Caín amó la Gema megalomaníaca”. Los palíndromos infinitos son aquellos donde se pueden repetir una o dos de las palabras sin que cambie su sentido: “¡Ay! Epopeya, ¡Ay! Epopeya”; “Ateo parecerá, parecerá poeta”, la voz parecerá puede ser redundante a perpetuidad y no alterar el significado regresivo del enunciado.
En A la gorda drógala encontramos el palíndromo más largo de la historia; se titula “Así la vida daré”, y reúne 1,371 palabras. Asimismo describe los cuadros mágicos que permiten una lectura en ejes cartesianos: “A él ése lea” o “Adán, dama amad nada”
ADÁN
DAMA
AMAD
NADA
Es sorprendente la facilidad de GPG para encontrar el corazón del palíndromo (eje de simetría) que corresponde a la letra central, la única que no tiene gemela en la oración, y es donde se coloca, por así decirlo, el espejo, para que el resto de las letras se reflejen. La habilidad palindrómica del lagunero la constaté en la presentación de su libro, ya que él dedicaba cada ejemplar con palíndromos onomásticos inventados en el momento.
A la gorda drógala (Ed. ArteletrA) es una obra de sólo 39 páginas, pero que sirve de aperitivo para la próxima publicación del autor, que contendrá sus 26,162 palíndromos. Gilberto Prado Galán, ensayista, poeta y el palindromista más prolífico de la lengua española.

lunes, 1 de noviembre de 2010

EL NUEVO PERIODISMO



Desde hace mucho tiempo se le ha llamado al ejercicio del periodismo “El cuarto poder” porque se sabe de la gran influencia que los medios de comunicación ejercen en el pensamiento de las personas y por lo tanto en la conducta de éstas. Más de una vez la denuncia de un hecho de corrupción ha favorecido la justicia, pero también la publicación de una injusticia ha sido pretexto para la infamia. Es el casos de los asesinatos a periodistas que han exhibido crímenes. Sin embargo hemos visto cómo los medios de comunicación han disminuido su poder en cuanto al periodismo de denuncia. Ya no existen las grandes investigaciones, (salvo algunas excepciones como la de Lidia Cacho). Porque parece que ya no es necesario investigar. Parece que todo está a la vista. Además ¿Qué periodista podría investigar la muerte o el secuestro de cualquier persona? Cómo, si los asesinatos son aproximadamente 26 mil con el actual gobierno y secuestros otros tantos. No hay tiempo para la investigación, apenas si se puede informar, y en algunos casos se pronuncia una opinión.
Sin embargo, hay un nuevo fenómeno en el periodismo y es que éste ya no es exclusivo de los profesionales. Las redes sociales, Youtube, los foros, los blogs, hacen que cualquiera exponga fotografías, videos, opiniones, etcétera. La Internet ha hecho que lo que no se puede hacer con el papel o la televisión se haga con la computadora o el Blackberry. Los teléfonos celulares tienen cámaras de video. Todos en cualquier momento podemos convertirnos en reporteros. Las ventajas de este medio es que se puede hacer denuncia en forma anónima y de esa manera no correr riesgos. Desde luego, la ventaja es la misma que la desventaja ya que es más fácil mentir. Pero hay casos en que es imposible falsear los acontecimientos; existen videos en los que el montaje sería de una película de altísimo presupuesto, como decía, imposible. Así, Internet está llena de periódicos virtuales con mala ortografía y peor redacción, pero aun así, son fuentes informativas. El más visitado es el blog del narco al que recurren también periodistas profesionales.
De manera que cada vez que asesinan a un periodista, surge la pregunta, ¿acaso valdrá la vida exponerse a ser estadística de la impunidad? Creo que en una guerra como la nuestra, no. No tiene sentido, aquí ya no espacio para los héroes, solamente para las víctimas. Las muertes de inocentes no han enderezado ni una sola conciencia, únicamente han dejado a familias desgarradas por el dolor. Por ello, muchos periódicos han optado por no informar o informar poco. Lejos de ser una cobardía es un acto de sensatez. Siempre se puede hacer más vivo que muerto. Ya no hay garantías, ni individuales ni colectivas. Qué sentido tiene morir en una guerra sin ideales. Será mejor que las redes sociales lo digan anónimamente sin que haya riesgos sanguíneos. Por eso es comprensible la publicación de la editorial del El diario de cd. Juárez, Chihuahua, en la que preguntan a los narcotraficantes “¿Qué quieren de nosotros?”. Esto, después del asesinato del fotógrafo Luis Carlos Santiago Orozco, el jueves 16 de septiembre. En un acto genuino de miedo por perder la vida, les piden a los señores capos que les digan qué deben publicar, y piden una tregua para poder seguir trabajando: “Ya no queremos más muertos. Ya no queremos más heridos ni tampoco más intimidaciones. Es imposible ejercer nuestra función en estas condiciones. Indíquenos, por tanto, qué esperan de nosotros como medio”. Lo que llamó la atención fue que aunque la carta no iba dirigida ni al Gobierno Federal ni al Estatal fueron los primeros en contestar, condenado el asesinato y negando, (por supuesto, “categóricamente”) la responsabilidad de las autoridades.
Ahora, más que nunca, los periódicos tendrán que tener cuidado con el manejo de información y dar cabida a la estimulación de valores que favorezcan la civilidad. Parece ingenuo, pero no hay opciones.

sábado, 16 de octubre de 2010

SAÚL ROSALES: UN AÑO CON EL QUIJOTE


Hace unas semanas se llevó a cabo la presentación del libro Un año con el Quijote escrito por maestro Saúl Rosales; una edición de autor, con ilustraciones de Tabata Ayup. La presentación estuvo a cargo de los escritores Edgar Salinas y Jaime Muñoz. Edgar Salinas destacó los rasgos del diálogo en la obra de Cervantes y de cómo Rosales había hecho su propio diálogo con el Quijote. Jaime Muñoz habló de la amistad de 30 años que le une a Saúl Rosales y de la extensa cultura de éste. En la mesa también lo acompañaron, la Lic. Norma González Directora Municipal de Cultura y Carlos Velázquez encargado del área de literatura. Este acto, además de muy concurrido, fue bastante emotivo porque fuimos testigos del sentimiento que le produce al maestro Rosales la obra más representativa de nuestra lengua.
Un año con el Quijote es la reunión de treinta y cuatro textos que se publicaron en diferentes revistas (Siglo Nuevo, Estepa del Nazas y Mesas de adentro) durante el 2005, año en que se festejaron los 400 años de la publicación del libro de Miguel de Cervantes. Son aleccionadores los textos de Rosales, no sólo para los que han leído El Quijote sino que serán de utilidad para quienes nunca se han acercado a dicha obra ya que es una invitación para hacerlo. Pero, no únicamente hace alusión a las letras cervantinas también allí encontramos que el autor es conocedor de muchísima literatura de las que destaca La Celestina de Fernando de Rojas, por ello, reconoce que el manchego se inspiró bastante en La Celestina para forjar sus pasajes. Un ejemplo, son las reiteradas citas de refranes en ambos libros. También el nombre Melibea usado por Rojas que Cervantes insinúa en su protagonista bautizándola Dulcinea, una viene de la miel; melosa, Melibea y la otra de lo dulce; dulce, Dulcinea, que para el caso es lo mismo.
En Un año con el Quijote se hace hincapié en el sentido humorístico al que Cervantes recurre toda su novela: “Risa, risa, risa; alegría es lo que quiere Cervantes para el lector de Don Quijote de la Mancha. Sin embargo recordemos que el creador de don Quijote es un firme creyente de la idea de instruir divirtiendo…” Nos dice el autor. Alude al pronóstico acertado de la gran fama del Caballero de la triste figura: “andar ya en estampa en casi todas o las más naciones del mundo”. Así, Saúl Rosales nos hace ver la ironía en lo que sigue: “Treinta mil volúmenes se han impreso de mi historia y lleva camino de imprimirse treinta mil veces de millares, si el cielo no lo remedia”, y el cielo no lo remedió.
El maestro Rosales nos habla de las teorías sobre la fisonomía de Cervantes diciendo que probablemente sea la misma que la de su personaje, el "Caballero del Verde Gabán" diciendo que es la que más se aproxima al autorretrato proferido en sus Novelas ejemplares: “Éste que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro, los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y ésos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros; el cuerpo entre dos extremos, ni grande ni pequeño; la color viva, antes blanca que morena; algo cargado de espaldas, y no muy ligero de pies. Éste digo, que es el rostro del autor de La Galatea y de Don Quijote de la Mancha (…)”. Otro tópico señalado en Un año con el Quijote es el agradecimiento.”El agradecido salda una deuda, mayor o menor, con el bien, con la bondad. No lo hace el desagradecido. El desagradecido entronizado en su egolatría y en su egoísmo cree que los beneficios que ha recibido son tributo obligado a su valiosa existencia”. Si que tiene razón.

sábado, 2 de octubre de 2010

VISA USA


Solicitar la visa estadounidense es un trámite cansado y a veces irritantes, desde pagar 166 dólares hasta contestar un cuestionario con preguntas extrañas como: ¿Ha participado en alguna conspiración contra los Estados Unidos? ¿Desea entrar a los Estados Unidos para traficar con drogas? y otras. Lo extraño de las preguntas resulta porque de antemano se sabe que nadie va a contestar afirmativamente a éstas. Y, si se vive en Torreón, hay que viajar a la ciudad de Monterrey. Llegamos a la primera de dos citas. Eran las 4 de tarde. Allí, una larga fila y un guardia dando indicaciones. El vigilante no hablaba con acento gringo, supongo que era mexicano. Él desempeñaba con pasión su trabajo regañándonos de vez en cuando: “Si no avanzamos es por su culpa. Pongan atención, necesitan copia de tal y tal… ”. Gritaba. Sin embargo, el hombre era amable cuando alguna persona le mostraba su papelería y ésta era la correcta, en ese momento un viento de superioridad lo envolvía y palmeaba al solicitante diciendo: ¡Excelente! Repetía esa palabra con mucha novedad y exaltación. Todos los merecedores de un, ¡excelente!, se formaban en la fila muy satisfechos. Dos horas después salimos del lugar de la av. Hidalgo en el centro de Monterrey. Allí solamente se habrían tomado las fotografías de la cara y de las 10 huellas digitales. Al siguiente día sería el examen, digamos, sicológico, basado en que el entrevistador decide si dices o no la verdad.
Un día después, estaríamos en el Consulado Americano a la 1 de la tarde. Allí, la conducta de las personas era más o menos igual que el día anterior. Aunque este guardia parecía más autoritario: “Naide (así, naide, pero sin n al final) puede entrar con token del banco, calculadora, teléfonos celular, bolsas, espejos, tijeras, cortaúñas, navajas o carpetas. La cartera, el cinturón, las llaves y el reloj entran, pero en esta bolsa que le voy a dar”. Y entregaba una bolsilla trasparente. Es tanto el deseo de agradar a los “jueces” que muchas personas tratan de ir muy bien vestidas, tanto, que exageran: jóvenes con traje negro y corbata, una señora con un vestido morado de grandes solapas de satín y zapatos de tacón alto. Con el sol, la humedad y los cuarenta grados centígrados, aquella vestimenta insoladora favorecía la desesperación.
Una de las tantas curiosidades de la ocasión fue ver a quien fuera Secretario de Educación Pública del Gobierno de Fox: al Dr. Reyes Tamez Guerra, que se había quitado su saco azul marino y sereno esperaba su turno. Qué ventaja hubiera sido para él que su visa expirara en el sexenio pasado, así se habría evitado el sol y la larga espera. Otra visión extraordinaria fue la presencia de una musulmana. Ella vestía pantalón blanco y una túnica del mismo color que le llegaba abajo de las rodillas, llevaba un paño de colores tenues naranjas que parecía de seda y que le cubría la cabeza pero no la cara. La pregunta era, ¿le darán la visa? Ya que a veces ha sido suficiente un apellido árabe para que les sea negada. Si se observa bien se puede saber a quién le otorgan el permiso y a quien no, es simple, sólo hay que ver a los que van saliendo del consulado con cara contenta o triste. Sin embargo yo no pude saber cuál fue el resultado para la musulmana pues con el gesto inexpresivo que entró fue con el mismo que salió.
También llegaron allí, un grupo de señores que pisaban la tercera edad y que portaban una gran manta que decía: “Sr. Gobernador queremos su apoyo para solucionar nuestro problema”. En seguida con un altavoz un orador designado habló: “Estamos aquí para que ustedes sepan que el gobierno mexicano es el más corrupto del mundo. Somos hombres que entregaron su vida y su juventud levantando la cosecha en los campos del norte. De allá nos mandaron nuestras pensiones y el gobierno mexicano se las robo. Queremos una solución, ya nos cansamos de que nos ninguneen”. Siguieron hablando durante una hora, doblaron su manta y se fueron. Luego, a las 3 de la tarde, emprendimos el regreso a Torreón esperando recibir la visa (por DHL) en casa.

sábado, 18 de septiembre de 2010

LA "DROGALIZACIÓN" DE LAS LEYES

Que no se piense que banalizo la dramática situación que vivimos derivada del narcotráfico. Los síntomas de descomposición social por la venta y consumo de drogas comenzaron cuando se cambió la letra de la canción “La cucaracha”: “La cucaracha, la cucaracha/ ya no puede caminar/ porque no tiene, porque le falta/ marihuana pa´fumar”. Al parecer en tiempos de la Revolución mexicana ésta era la versión más frecuentada, pero desde hace algunas décadas a los niños se les ha cantado la versión en la que la cucaracha no puede caminar porque le falta una pata, no la marihuana. Desde luego el cambio de contenido en una inofensiva canción refleja que ciertas palabras se transformaron en temor. Me refiero a este hecho como consecuencia o reflejo, no como origen. Así, las palabras asociadas al terror provocan el cambio del discurso. Pero, ¿es el consumo o producción de droga en forma ilegal lo que tiene hundido a nuestro país? Por supuesto que no. Se trata de la falla en la aplicación de la ley debido a la infiltración del narcotráfico en el gobierno.
 No siempre las drogas han representado desequilibrio social; es sabido que casi todas las civilizaciones y agrupaciones no tan civilizadas han recurrido a los hongos alucinógenos, al peyote, al opio o a la marihuana en rituales religiosos o fiestas paganas, con fines medicinales, como esparcimiento o evasión de la realidad. Así, desde principios del siglo pasado se pensó en establecer leyes que las prohibieran o permitieran. De allí surgió la legalización del alcohol y del tabaco. De esta manera se dividieron en drogas legales o ilegales, y fue hasta hace más o menos 30 años (agudizado en los últimos dos años) que los problemas graves por causa del narcotráfico comenzaron a surgir en nuestro país. Hay que recordar que en los Estados Unidos la mayoría de las drogas son ilegales, aunque la marihuana es legal en Colorado, California, Distrito de Columbia, Rhode Island, Nueva Jersey, Maine, entre otros. En esos sitios existen expendios en lo que se vende con receta. Se dice que es únicamente con fines medicinales, principalmente por su efecto analgésico, pero es mentira, ya que no es un analgésico tan potente como la morfina. Como vemos, a pesar de que las drogas como la cocaína, la heroína, el crack, el cristal, etcétera, son ilegales, allá no provocan la problemática de criminalidad que existe en México o Colombia. No hay masacres de jóvenes en una fiesta y los índices de secuestro son mínimos. En la mayoría de los países europeos pasa lo mismo, excepto Holanda, donde prácticamente todas las drogas están autorizadas. Aquí en México, en agosto del 2009, se aprobó una ley que permite que una persona pueda poseer drogas en cantidades que se consideren para consumo personal e inmediato (lo inmediato es para evitar que alguien alegue que traía “de una vez pa´todo el año”). Se especifica que no se podrá ejercer acción penal cuando la persona tenga en su poder una cantidad igual o menor a 500 miligramos de cocaína; cinco gramos de cannabis o marihuana; 40 miligramos de metanfetamina; dos gramos de opio o 50 miligramos de heroína, entre otras. Leyes extrañas; permiten el consumo pero no la venta. Desde luego esa ley en nada modificó los actos violentos, pues independientemente de ésta, la criminalidad ha ido a la alza, especialmente en los Estados de Chihuahua, Durango y Coahuila. Hace algunas semanas el presidente Felipe Calderón aceptó la necesidad de debatir sobre la legalización de los estupefacientes.
 Desde luego que es un tema de larga discusión. No se debe olvidar que a diferencia del tabaco y el alcohol, hay drogas que pueden provocar la muerte con la primera dosis. Aunque entre todas las drogas ilegales, la marihuana es la menos perjudicial para la salud. En la etapa en la que nos encontramos es inútil y hasta dañino perder el tiempo en debatir hasta qué grado se pueden legalizar. En este momento lo que urge atender es la corrupción de las autoridades para que se termine con la impunidad y podamos salir a caminar sin tener en mente los asaltos, los secuestros, los asesinatos. Que las leyes se “drogalicen”, puede esperar.

domingo, 5 de septiembre de 2010

CINCO LÍDERES LAGUNEROS


La revista Líderes Mexicanos, en su edición del mes de julio publica (como cada año) la lista de las 300 personalidades más influyentes del país. De este modo se determina que todo lo que digan o decidan estas personas moldeará el pensamiento, estado de ánimo, estado de salud, forma de vestir y el ingreso per cápita de los mexicanos. Es decir, pareciera que estamos enteramente en sus manos. Las categorías se dividen en Ciencia, Cultura, Deportes, Empresarios, Espectáculos, Líderes de Opinión, Medios, Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, Organizaciones Civiles, Política y Profesionales. Desde luego en lo que respecta al Poder Ejecutivo se encuentran todos los gobernadores de los estados, el jefe del Distrito Federal y el Presidente de la República, de manera que en este apartado no hay mucha dificultad en determinar a los líderes. Agregan allí a la esposa del Presidente y a los Secretarios que más vemos en la televisión. En cambio la sección de política es encabezada por Elba Esther Gordillo, seguida de los presidentes de los partidos y remata con dos nombres que hacen política; uno abiertamente, que es Andrés Manuel López Obrador y el otro, siempre detrás de alguien, Carlos Salinas de Gortari. La lista más grande la encabezan por supuesto los empresarios como los Slim, el padre, los dos hijos y el sobrino, además de los Azcárraga, Salinas Pliego, Bailleres, Chico Pardo, Garza Sada y una larga lista. Allí destacan también los nombres de tres empresarios laguneros: Carlos Herrera, de Chilchota; Ricardo Martín Bringas, de Soriana, y Eduardo Tricio Haro, de Lala. Otros dos nacidos en Torreón considerados como líderes mexicanos son Carmen Salinas en el apartado de Espectáculos y Juan Francisco Ealy Ortiz en Medios como Presidente y Director General del periódico El Universal.
Llama la atención que algunos personajes sean considerados como gente que marca las tendencias como es el caso de la agrupación Los tigres del norte. Creo que debe ser porque desde 1968 iniciaron el retrato de la historia del narcotráfico con aquella canción de “Contrabando y Traición”. También vemos en esta edición a aquéllos que han hecho del chisme su profesión como Paty Chapoy, Juan José Origel y Maxinne Woodside; supongo que en el arte de torcerle el hígado a otros nadie puede superarlos.
En la sección de Cultura la mayoría de los líderes son escritores: Carlos Fuentes, Héctor Aguilar Camín, José Emilio Pacheco, Sabina Berman, Jorge Volpi, Juan Villoro. Igualmente destacan dos artistas dedicados a la música, como el director de orquesta, Juan Carlos Lomónaco, y el tenor Rolando Villazón. ¿Dónde quedó el tenor Ramón Vargas? Desde luego es curioso (aunque comprensible) que a una agrupación musical no la coloquen en cultura sino en espectáculos como es el caso de Los tigres del norte.
Con esta larga lista de las personas más influyentes de nuestro país se concluye claramente que los hombres siguen siendo los que manejan el poder, ya que de 300, solamente 32 son mujeres. Además de quedar la sensación de que esos 300 líderes no son suficientes para opacar a otros líderes que aparentemente son ilegales, pero que pueden comprar conciencias, olvidos y derramar dolor, mucho dolor. Por eso digo al inicio del artículo “pareciera” que estamos en manos de los 300 líderes mexicanos. Sí, eso parece, pero no es verdad. En realidad nos moldean la vida más otros hechos que ver, cada verano o Semana Santa en el noticiero de Joaquín López-Doriga (también líder), la repetición de la "gran" noticia de que la familia fulana juntó sus ahorros, rentó un camión y se fue a Acapulco y que tuvo sus 5 minutos de fama aireando las lonjas por cadena nacional. Si un noticiero recurre a ese tipo de noticias todo comienza a oler muy podrido. Todo se vuelve sospechoso.

lunes, 30 de agosto de 2010

Aquí la reseña de Gregorio Muñóz sobre El peor de los pecados

Muchas gracias a Gregorio Muñoz por sus palabras sobre mi libro. El autor es también arquitecto y fotógrafo. Esta reseña se publicó en la revista Siglo Nuevo el sábado 10 de julio de 2010.
El pecado de Angélica
Gregorio Muñoz

“Vos hicisteis al hombre, pero no a su pecado”
Agustín de Hipona
La colección de cuentos de Angélica López Gándara de reciente publicación es más que una confesión. Al recorrer los íntimos laberintos que componen su obra descubrimos una voz que surge de la reflexión sobre lo cotidiano, los conflictos existenciales y la memoria.
Ella misma revela el origen de su sugestivo título remitiéndose a un poema de Borges. Aventura además una clave para una posible interpretación cuando afirma: “Todos vivimos en prosa”. Ciertamente, nuestra existencia no es la de los juglares, ni de los poetas, sino de los seres de palabras fluidas, de la oralidad pura.
Es de igual forma un testimonio de su afición por coleccionar vocablos para desenmascarar la veleidosa condición de las palabras, de su caducidad, de su vigencia, de su corruptible materialidad. También de su obstinación por recuperar un pasado que se muestra como la vuelta al origen después de la expulsión del edén. El retorno a una tierra que solo existe ya en lo imaginario.
El pecado de Angélica no es la falta contra la razón, la verdad o la justicia. Tampoco en el sentido de la hamartia griega y la falta de tino. Menos aún la acepción antigua que se refiere al olvido. Muy lejos de la trasgresión voluntaria es como ella misma lo confiesa sin esperar absolución alguna, la felicidad no lograda. Ese fallido acto que vulnera la existencia humana: la omisión.
Trae la expiación encarnada en los personajes de sus historias. En la soledad de la edad senil; en el aislamiento de la vida urbana; en el abandono de los desposeídos; en la infidelidad y los celos; en el hartazgo de la rutina diaria y las pequeñas desgracias personales; en el vacío nocturno del andén de una terminal de autobuses; en el agotamiento de la jornada diaria como umbral de una noche en blanco.
Una revelación salpicada de musicalidad de personajes en los que la ironía relaciona a Farinelli con la castración de un canino; a la madre de un poeta con Mozart; a Salieri con la mediocridad; a Verdi con la soledad de un inmigrante; a Tschaikovski con la esquiva memoria y a la cumbia con el transporte público.
De igual forma es un mapa de sus rutas literarias: Daudet y el carácter vivencial del texto; Herman Hesse y los demonios internos, la infidelidad y el sicoanálisis; Dickens y la solitaria y reflexiva cocción de un pavo navideño; José Emilio Pacheco con Comala y Telcel; Saúl Rosales con la divinidad y la magia; el Kamasutra, con el pudor y la ciencia ficción; Poe con el insomnio.
Su convicción de mujer contemporánea se refleja en esos mínimos episodios que surgen entre la hora del desayuno y la cena; entre la escuela primaria y el despertar de la vida adolecente; en las aulas de la facultad y los amores primeros; en los vericuetos de la vida profesional entre diagnósticos y ensayos. Las cavilaciones de la vida diaria elevadas a las alturas del lenguaje como un diálogo consigo misma.
No es difícil así imaginar a la autora oculta tras la construcción de cada uno de los cuentos de la colección que hoy pone en nuestras manos. Soledad, tristeza, cuitas. Reflejos de la vida diaria salpicados de humor. Relatos de espacios generosos que nos llevan por calles infinitas, por campanario fatales, por los reductos del crimen de las azoteas.
Angélica con sus treintaiocho relatos reunido bajo el título “El peor de los pecados” nos redime del olvido y del silencio. Nos rescata de la soledad y la ignominia. Es una confesión que al tiempo de hacernos partícipes del crimen de escribir, nos exorciza y nos absuelve en el acto purificante de la lectura.
Desde mi perspectiva de lector los recorro con avidez deseando que más que el final de un viaje, sean solamente un alto en el camino de una marcha larga y fecunda.
Correo electrónico: gregoriomunozcampos@hotmail.com

domingo, 22 de agosto de 2010

LA HABITACIÓN DE VIRGINIA


El rostro de la escritora inglesa Virginia Woolf (1882-1941) recuerda al del irlandés Oscar Wilde (1854-1900). Dos grandes escritores de facies alargada, aires de aristócratas, mirada desdeñosa de párpados caídos y vestimenta elegante. Los dos casados, pero que igualmente mantuvieron relaciones amorosas con personas de su mismo sexo.
Virginia Woolf publicó en 1929 La habitación propia, escrito a partir de una serie de conferencias que la autora dictó a propósito de “La mujer y la novela”. Al inicio de la lectura se tiene la impresión de que se trata de una novela pero conforme caminan las palabras se va encontrando el ensayo. Entonces se puede decir que se trata de un “ensayo novelado”. Inicia con una descripción de su entorno y reflexiona sobre cómo surge el proceso creativo. Así, señala que en la imaginación se pescan pensamientos y que en ocasiones hay que regresarlos al estanque para dejarlos crecer y madurar. Expresa que a veces no es posible pescar nada aunque se presente la belleza del mundo con sus dos filos: “uno de risa y otro de angustia partiéndonos el corazón en dos”.
Una habitación propia es un texto que a primera vista nos lleva a la reflexión sobre las mujeres que escriben. Habla de la necesidad de las escritoras de poseer precisamente un espacio propio, libertad y dinero, pues asegura que: “hay que tener quinientas libras al año y una habitación con cerradura para poder escribir novelas y poemas”. Se pregunta sobre el efecto que ejerce la pobreza sobre la escritura; considera que es necesario el dinero para lograr el estado mental del proceso creativo: “es notable el cambio de humor que unos ingresos fijos traen consigo”. Sin embargo sabemos de muchos que han creado en la pobreza. Pero ella insiste en que: “No se puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no se ha cenado bien”.
Virginia Woolf repasa la historia y encuentra que los libros hechos por mujeres, hasta antes del siglo XX, son escasos. Y eso es porque las mujeres han estado cocinando, zurciendo calcetines, y lavando los calzones de los grandes hombres. De ahí que no hayan tenido tiempo para crear.
Lo más valioso del libro Una habitación propia no es porque represente un pequeño reembolso por la herida de género que ha provocado el mundo misógino, no, sino por el hecho de poder apreciar y disfrutar un pensamiento inteligente como el de Virginia Woolf. La conclusión que logro al terminar de leer este ensayo es que el escritor(a) está obligado a imaginar, sí, pero también está obligado a la sensatez. Que el inventor de historias se percate de la necesidad de alejarse de sí mismo. Con esta lectura me queda claro que aquel narrador que ha reconocido sus propias carencias, frustraciones, debilidades, fobias o filias, y que logró manejarlas con la mayor conciencia posible ha hecho obras valiosas. De lo contrario en la página solamente quedarán los arrebatos de un ser impulsivo. Y quizá alguien podrá tener sólo “un cuarto compartido” y a pesar de ello plasmar su imaginación.
La vida de Virginia Woolf terminó flotando en el frenesí de la locura. Antes de morir escribió una carta para su esposo Leonard Woolf: el hombre que la protegió y la amo más allá del sexo. Con fecha de un 28 de marzo de 1941 le dijo:
Querido:
Estoy segura de que, de nuevo, me vuelvo loca. Creo que no puedo superar otra de aquellas terribles temporadas. No voy a curarme en esta ocasión. He empezado a oír voces y no me puedo concentrar. Por lo tanto, estoy haciendo lo que me parece mejor. Tú me has dado la mayor felicidad posible. Has sido en todo momento lo que uno puede ser. No creo que dos personas hayan sido más felices hasta el momento que sobrevino esta terrible enfermedad. No puedo luchar por más tiempo...
Se hundió en el río Ouse. A la edad de 59 años la artista decidió el momento de perder su cuerpo. Por fortuna nos quedaron sus brillantes novelas, ensayos, cuentos, biografías y su diario.

lunes, 16 de agosto de 2010

RESEÑA DE FIDENCIO TREVIÑO SOBRE EL PEOR...

Agradezco mucho al escritor Fidencio Treviño Maldonado por sus palabras sobre mi libro en la revista Edúkte. Aquí el enlace. Página 13 http://www.sincensura.com.mx/pdf/edukt_39.pdf

domingo, 8 de agosto de 2010

REPARTIDORES DE DIOS



En el verano lagunero el cielo y el mundo se derriten. Le damos probaditas al infierno y cuando creemos que todo es azul el rojo nos golpea con fuerza. La Laguna en rojo. Rojo que no te quiero rojo, que no te quiero rojo coagulado.
En estos días de apariencia ordinaria; quisieron venderme a Dios. No era la primera vez que alguien intentaba convencerme de tal adquisición. Recuerdo ver en televisión a un extraño con acento portugués y perfecto español gritando: “Pare de sufrir”. Vienen a mis recuerdos los jóvenes en bicicleta con sus pantalones azul marino y sus camisas blanco Mormón. De aquéllos, se dice que siempre uno se llama Walter; del otro no me acuerdo cuál nombre lleva (porque no usan su verdadero nombre). La memoria también trae las pláticas de amigas sobre las asociaciones religiosas donde hacen sanaciones, los feligreses entran en trance y hablan en lenguas. Y ellas, las mujeres que van en pareja casa por casa caminando hacía la salvación: “Necesita conocer las sagradas escrituras, conviértase, hágase testigo de Jehová. Sálvese porque estamos viviendo los últimos tiempos”. Han tocado a mi puerta un sinfín de veces y siempre encuentran la negativa desde mi comodidad: un grito de no gracias, otro día será, estoy muy ocupada, disculpe pero no…
Sin embargo no habría yo de ser libre del ofrecimiento teológico. Llegué a casa después de una caminata y vi a dos mujeres con sombrilla allí en la puerta, con vestidos de colores opacos que les llegaban casi a los tobillos, con el pelo recogido y en las manos algunas revistas que gritaban en el titulo ¡Despertad! y La Atalaya. Y ahora, ¿qué les diría?: “Sí, también soy su hermana, creo en Dios, es sólo que si necesito una transfusión de sangre quiero que me la pongan, soy su hermana pero no me gusta esa ropa de vestidos largos, me gusta maquillarme y contradecirle a mi esposo cuando no estoy de acuerdo. Además eso de que estamos en los últimos tiempos no lo sé, pero tampoco lo recuerdo en el insomnio. Queridas Atalayas déjenme en paz con mis creencias llenas de dudas. Dudas eso sí. A mí nadie me ha vendido a Dios. Nací teniendo fe en Él. Supongo que se trata de algo como lo que expresó José Saramago cuando dijo que él era un “comunista hormonal”, así, yo soy una “creyente hormonal”. Entonces quise hacerme mensa y no llegar a mi casa pero el sol ya pegaba fuerte y pensé en escucharlas y darles por su lado. Les contesté que sí, que conocía la palabra de Dios. Que Jehová nos haría salvos, que es malo transfundirse sangre (cuando está contaminada), que hay que obedecer las sagradas escrituras y que estamos viviendo los últimos tiempos. Que en oración me he entregado a la voluntad de Dios, que me sé más o menos los mandamientos de la palabra de Dios: Amarás a Dios por sobre todas las cosas. No tomarás el nombre de Dios en vano. Santificarás las fiestas. Honrarás a tu padre y a tu madre. No matarás. No cometerás actos impuros. No hurtarás. No dirás falso testimonio ni mentiras. No consentirás pensamientos ni deseos impuros. No codiciarás los bienes ajenos. Y que me tenía que ir porque tenía mucho trabajo.
“Espere un poco”, me dijeron, y soltaron una retahíla de citas bíblicas de memoria que no las recuerdo con exactitud pero que se parecían a las que están en su página de Internet: “Para ser amigo de Dios, tiene que adquirir un buen conocimiento de la verdad bíblica (1 Timoteo 2:3, 4), poner fe en las cosas que ha aprendido (Hebreos 11:6), arrepentirse de sus pecados (Hechos 17:30, 31) y volverse de su proceder anterior en la vida. (Hechos 3:19) Luego su amor a Dios debería motivarlo a dedicarse a él. Eso quiere decir que, en privado, mediante una oración personal usted le dice a Dios que se entrega a él para hacer su voluntad. (Mateo 16:24).
En verdad me tengo que ir, disculpen, debo de ir a mi grupo de oración ─pequé mintiendo─ Extrañadas, me ofrecieron las revistas a 10 pesos cada una, les dije que no tenía dinero. Me las regalaron. Y pensé: “¡Aleluya! Sanseacabó”.

domingo, 25 de julio de 2010

VECINO VIGILANTE

Me he dado cuenta que en ocasiones me irrita escuchar a las personas cuando hablan de la violencia que estamos viviendo en la Comarca Lagunera y en todo país. Hay días en los que siento que me lastima y evito leer las notas rojas o le cambio al noticiero de la televisión. Mi mente, mis ojos, mis oídos están fatigados de ver y oír sobre tanta sangre. No sé por qué me sucede eso si yo misma no puedo evitar expresar opiniones sobre el tema. Algo pasa; tengo la sensación de que si soy la que trae a la plática dichos acontecimientos es como si me exorcizara o alejara de la inseguridad, en cambio, cuando es otro quien lo habla siento que me acerca más. Sin embargo hay momentos en que resulta inevitable que nuestros espacios de convivencia se llenen irremediablemente de queja y, sobre todo, de preocupación. Les contaré una anécdota sobre una cara más de la inseguridad: El robo a casa-habitación, que se ha vuelto cada vez más frecuente. Los crímenes más crueles hacen que se desaten otros que no por ser puramente materiales, son menos preocupantes. Es decir, el delincuente no organizado o medianamente organizado aprovecha que las autoridades son rebasadas por los secuestros y asesinatos, entonces, otro tipo de maleantes, en su laxa moral, se dedican a robar casa por casa. Las técnicas de detección de hogares vacíos comienzan por ir tocando a cada uno y verificar si no hay nadie. Lo hacen en repetidas ocasiones; preguntan si se desea que se haga algún trabajo o cualquier tontería. Sé de un hombre joven que anda pidiendo 20 pesos y que se enoja si no se le dan, pero al parecer su interés principal es saber si hay personas o no en la vivienda.
Cierta tarde iba a salir de mi casa para ir a la tienda, pero al asomarme a la calle vi que había muchos policías corriendo y hablando por radio. ”Algo pasó, algo está pasando o algo va a pasar”, me dije. Así, ¿a quién se le puede ocurrir salir de su casa? Esperé y en un rato más vino mi vecina a preguntarme si no había visto alguna camioneta o a alguien extraño en su casa (enfrente de la mía) porque le habían robado sus televisores, joyería y otras cosas. La casa estuvo sola de 4:30 a 6 de la tarde. A los ladrones no les importó que nuestra calle fuera una de las más transitadas de la colonia, ni les impidió que fuera pleno día. Sentí pena de no poder ser de ayuda, pues de haber coincidido en mi salida y percatarme del robo, habría llamado a la policía. No fui útil para mis vecinos. Además, cuando los robos son tan cercanos a nosotros, irremediablemente sentimos como una agresión anticipada. ¿Quién sigue? Sí, porque hace algunos meses también a mis vecinos de a lado les ocurrió lo mismo (aun teniendo un circuito de seguridad). Definitivamente todo eso hace que se esté en constante alerta y temor.
Tantos robos a casas han hecho que la convivencia con las personas que nos prestan servicios se haga de desconfianza porque surgen las conclusiones: ¿Quién fue? Y la respuesta natural es: alguien que sabía los horarios de salida de quienes viven allí o los albañiles o los que fueron a componer los aparatos de aire, el plomero, etcétera. Surgen muchos sospechosos.
Por eso tenemos que estar más en contacto con los vecinos. Sí, que nos ayudemos unos a otros para comunicarnos cuando veamos algo sospechoso. Aunque como me decía una amiga, es que mi vecino es ya en sí un sospechoso. Pero creo que la mayoría tenemos vecinos confiables. Aun así tengo esperanza en que los problemas de inseguridad que estamos viviendo se autolimiten como pasa con las ratas de campo: Cuando hay cosecha se reproducen sin medida, pero luego, al terminar la cosecha, se vuelven caníbales, se comen unas a otras y la sobrepoblación termina y así las ratas siguen viviendo, pero de una manera funcional para el ecosistema.

martes, 13 de julio de 2010

HABLA DE LO QUE SABES

Una versión encogida de esta reseña salió publicada el sábado 10 de julio en la revista Siglo Nuevo. Aquí la versión completa
El libro Habla de lo que sabes, de Geney Beltrán Félix, es una imagen contemporánea plasmada en alta definición. Es la manifestación del artista que demuestra que la bajeza humana fragmenta las emociones y obnubila la conciencia, pero que puede ser útil como alimento para el arte.
Beltrán Félix nos presenta una obra de diez cuentos forrados con un retrato que avisa, para que sepamos, de lo que va a hablar. La primera visión del lector será un recordatorio a la intimidación: un cráneo descarnado, incompleto (pues le falta la mandíbula) trepanado por un clavo. Todo habrá de entrar al cerebro, aunque sea por la fuerza -grita la portada-. Así, desde el contacto externo inicia la invención de una atmósfera agresiva y en ocasiones sofocante. Igualmente, para dejar claro cuál será el manejo de su prosa, encontramos que la dedicatoria puede ser una advertencia: “Para Andrea y Osvaldo, que viven antes del futuro”, y desde allí suponemos que se trata de un escritor provocador que mueve al lector a la duda: ¿Cuándo o dónde viven? ¿Qué es lo que se encuentra antes del futuro? Tal vez el presente, pero expresarlo así sería una ocurrencia simple. En cambio el escritor prefiere la ruta de las ideas indirectas, del trayecto elaborado. Reta al espectador de sus historias creando imágenes delirantes que, sin embargo, las reconocemos como familiares, como cotidianas. Por ello se antoja contagiosa la angustia o la locura de los protagonistas.
Allí, en la ciudad o celda, deambula un contador al que le han sustituido todo y tenemos la sensación de haber visto un muerto que se quedó después de morir, porque el secuestro se ha de perpetuar más allá del último aliento. Un muerto que no puede huir porque le angustia el futuro insalvable de su hijo: “¿Es todo una trampa? Tal vez lo quieran secuestrar. Cree ver la imagen de su hijo en un crucero, lavando parabrisas a raíz de la muerte del padre asesinado al no haber tenido Ingrid dinero para el rescate. Traga saliva”. Pero la sobrevivencia a su propia muerte dura un día: “Al amanecer es ya sólo un cadáver, contraído el rostro en una mueca de fijos gestos asustados”.
“Keppel Croft” es un lugar en Canadá y es una mujer; es una “muchacha de aire detrás de la cortina”, es la imaginación necesaria para poder soportar el hastío de la rutina desgastada y exasperante de la ciudad, de su mujer y de “las aventuras anodinas de ambos”. Le sirve para soportar las calles con las fotografías de los políticos en los postes de “una ciudad que se niega a envejecer”. De manera que le es mejor –en vísperas de navidad– quedarse en casa y hacer el amor hasta que su sueño quede sepultado en la nieve, pese a que mirando a través de su ventana se imponga la frialdad de un escenario sin nieve.
En su primer libro de cuentos, Beltrán Félix nos lleva a visitar los lugares más sórdidos que existen y que se sitúan dentro de la mente humana. En su cuento “Anoche soñé que volaba”, escuchamos los pensamientos de Joaquín, él, que quiso no ser el naco que es y no haber dejado la prepa por güevón y burro y desmadroso. Joaquín maldiciendo a su hermana Celia y tocándola incestuosamente y vendiéndola por una pistola. Celia en la fascinación por el retrete. Muchacha drogada que en la inconsciencia acepta el ultraje. Ultraje que desde niña recibió. Joaquín, el cajerillo del Superama, viendo a la joven rica, superflua y hermosa que despierta en él el retorno a la caverna, al primitivismo. Porque mientras repite una vez más: “Encontró todo lo que buscaba” o “gracias, vuelva pronto”, se va transformando en asesino. Y convertido en homicida experimenta, por fin, el poder de la libertad. El crimen lo libera, por lo tanto lo engrandece. Sueña que vuela porque desde arriba todo se ve pequeño.
“En un mundo de extraños” o “departamento tomado” como diríamos con el irremediablemente recuerdo de Julio Cortázar. Nada es propio, nada es privado, todo es rentado y público. Lo único propio y privado será el dolor y la salida débil de gritar groserías y maldiciones. Habla de lo que sabes narra también la historia un esquizofrénico: Porfirio, el maestro que lee una novela de Navobokov y poemas de Browning, mientras ríe cuando “alguien lo espiaba y lo hostigaba a todas horas”. Y por eso quizá, sólo quizá, su amigo lo asesina casi con ternura.
Beltrán Félix presenta cuadros de mujeres humilladas y despreciadas por el abuelo, por el padre, por el hermano, por el júnior amante ocasional, o por el marido borracho. En “Hondonada” o la fragmentación del individuo, observamos cómo la percepción del otro cambia la percepción propia. El último cuento titulado “El cuerpo de Sicrano”, es la historia de un cartero novelista que hace entregas de sus textos a la joven que espera cartas y el regalo de un corazón para que se lo trasplanten. Es precisamente en esta historia donde el manejo regresivo de la cronología, el perfil sicológico de los personajes y las voces narrativas, nos hacen pensar que estamos ante la semilla a punto de germinar de un novelista.
En este libro de cuentos Geney Beltrán Félix, como decía en un inicio, se hace presente una especial capacidad para crear atmósferas. Toda la arquitectura del libro está hecha para que lo retratado haga sentir al lector que está involucrado; que es culpable.

sábado, 26 de junio de 2010

POR FIN, EL ÚLTIMO CAPÍTULO DE ULISES


Tres veces lo engañé. La primera lo abandoné cerca de la 50, creí que jamás volvería. La segunda me separé de él dando vuelta en la esquina que decía 100. La tercera vez, cuando juré que era la definitiva, mantuve mi fidelidad hasta la página 220, pero no; ante mí revoloteaban otros más atractivos y lo mandé al rincón más oscuro del librero. Sin embargo, por fin, en la cuarta ocasión me acerqué sin temor y alcancé la última palabra de la novela Ulises, de James Joyce (Dublín 1882–Zúrich 1941).
Ulises es en latín; Odiseo es en griego, de allí que se trate de una alegoría de La Odisea, de Homero. Odiseo viaja al extranjero a luchar en la guerra de Troya por muchos años, mientras que en Ulises, de Joyce, tres personajes principales exploran el interior de su conciencia en Dublín, y luchan contra las mezquindades cotidianas de ellos mismos y de los demás. Todo ocurre en un solo día: el jueves 16 de junio de 1904. Cabe mencionar que la técnica de tomar un texto antiguo e invertir la estructura del argumento ya se ha hecho muchas veces. Por ejemplo, ahora recuerdo a Ernesto Sábato y su novela El Túnel, una historia que habla de celos de un origen contrario al que presenta William Shakespeare en la obra de teatro Otelo. El personaje de Sábato recoge sus celos de conjeturas propias creadas por sus pensamientos, mientras que Otelo enloquece por lo que le dice Yago. Las dos historias terminan en tragedia con el asesinato, por parte del celoso, de las mujeres protagonistas
Ulises es una novela complicada, tanto, que me atrevería a decir que sólo los eruditos o los mentirosos podrían asegurar que se trata de una historia para deleitarse. Yo podría ser una gran mentirosa y decir que fue un gozo leerla, pero prefiero aceptar que el abordaje de Ulises fue una experiencia que en ciertos momentos me hizo sentir un poco humillada. Es ineludible que a veces el lector no se sienta derrotado al estar leyendo una historia de estructura tan compleja que, además, incluye en su narración citas en hebreo, griego, alemán, francés, latín; de La Odisea, La Biblia, Madame Bovary, Hamlet…, y no conforme con escribir una novela políglota, agrega partituras e igualmente habla de música, filosofía, física, medicina o astronomía. Es como si Joyce fuera Funes el memorioso, de Jorge Luis Borges, el ser que contiene todos los conocimientos del universo en la cabeza de tres personajes principales: Stephan Dedalus, Leopoldo Bloom y Molly Bloom. Joyce une vocablos como:
gymnasummuseumsanatoriummandsuspensoriumsordinarypryvatdosentgeneralhistoryspecialprofessordoctorkriegfried, que tiene 107 letras, de palabras del alemán juntas, lo cual resulta chocante.
Ulises es una novela que jamás podría ser la primera lectura de nadie; alude a demasiadas obras que, si no se tiene idea de su existencia, es imposible saber a qué se refiere. Cuando se lee esta novela se tiene que estar consciente de lo que es el estilo indirecto libre, que es cuando el autor describe algo sin mencionar directamente de lo que se trata; el lector deberá deducir la intención. Otra característica es que recurre con frecuencia al monólogo interior, que es como estar dentro del pensamiento del personaje y seguir sus ideas. El ejemplo cumbre es el monólogo de Molly Bloom correspondiente al capítulo final de la novela. Allí se está ante el fluir de pensamientos de Molly, sin puntos ni comas ni mayúsculas; un andar sin freno como sucede en nuestro cerebro. Podrá no gustarnos el pensamiento obsceno de la Molly infiel, que pareciera estar en excitación sexual casi permanente. Pero hay que tomar en cuenta que el autor es un hombre que intenta recrear lo que siente una mujer; considero que no conocía la fisiología sexual femenina. Aunque, el último capítulo fue el que más me gustó, por su forma, claro.

lunes, 14 de junio de 2010

GRACIAS POR MI LIBRO

Desde que era niña llegué a escuchar que todo ser humano tenía la consigna de que después de nacido, debía crecer, reproducirse y morir, y que a aquello habría que agregarle lo de plantar un árbol y escribir un libro. Con el tiempo me di cuenta de que lo seguro era que si nacías, morirías. Ésas eran las únicas partes fijas de la ecuación. El resto eran variables prescindibles. Me di por enterada de que a muchas personas no les interesaba, en absoluto, reproducirse; para algunas tener hijos no era necesario, unas por imposibilidad y otras por decisión propia, y ello no las transformaba en seres incompletos. Igualmente vi que a la mayoría eso de plantar árboles tampoco les importaba, y que al contrario, el mundo estaba lleno de zopencos que mataban bosques completos. Sin embargo yo seguí la ecuación en orden: nací, aunque me hubiera gustado primero morir y después nacer, como igualmente me hubiera gustado primero ser madre y después tener hijos. Desde luego con este incoherente juego de palabras, de ser posible en el mundo del revés, me hubiera ahorrado un sinfín de desatinos. He plantados varios árboles, unos ya no los he vuelto a ver. Tuve un hijo y una hija, mi primer libro fue la tesis profesional para titularme como médico. Se trataba de una investigación farmacológica hecha sobre corazones de cobayos (conejillos de indias) que intentaba probar sustancias que a la postre sustituirían a la digital, sustancia usada principalmente para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca. Casi sentí que había cumplido mi misión con mi tesis. Después me vi envuelta en pañales, leche y papillas; pero mientras amamantaba leía en voz alta a mis bebés historias terribles (aprovechando que no entendían), como La triste historia de Eréndira y su abuela desalmada de Gabriel García Márquez, o Cándido, de Voltaire, con su Cunegunda, hermosa y dulce jovencita metamorfoseada en vieja malvada, fodonga y fea. Leía y reía al imaginar a la acompañante de Cunegunda a la que le habían rebanado una nalga. Leí casi toda la obra de Moliere, especialmente la de temas médicos; supongo que era para no separarme de alguna manera de la medicina. Recuerdo: El médico a palos, El enfermo imaginario, Doctor enamorado, Médico volador y Tartufo, que aunque ésta última no lleva en su nombre nada sobre medicina, sí habla mucho de los médicos. Todas son obras de teatro que quizá ahora nos parezcan ingenuas, pero que encierran verdades que siguen siendo actuales. Mi pasión por los conocimientos médicos seguirá siempre porque además lo alimento diariamente, ya que mi esposo es cardiólogo y de manera irremediable coopera con ello. Y así, sin darme cuenta, me dio por escribir lo que imaginaba desatado por algo real. Lo anterior viene a mí como remembranza porque El Siglo de Torreón me ha hecho un gran regalo: publicó mi primer libro El peor de los pecados (cuentos), y este hecho ha sido un gran aliciente para mí. Me enorgullece porque en esta casa editora es donde he colaborado durante 10 años, desde que el Lic. Miguel Ángel Ruelas publicó mi primer artículo en la sección de deportes, titulado “Un ama de casa y el fútbol”; era chistoso. Todo mi agradecimiento a Doña Olga de Juambelz y mi cariño a esa mujer entrañable a quien tanto admiro. Gracias al Lic. Antonio González-Karg de Juambelz, director general de El Siglo de Torreón, y al Lic. Alfonso González-Karg de Juambelz, director general adjunto. Fue el Lic. Alfonso el primero en recibir mi manuscrito, aceptando desde un principio su publicación. A pesar de la crisis y de los problemas que a todos nos han alcanzado, mi libro se publicó en estos tiempos tan arduos en que a los escritores y a los artistas se les dificulta manifestarse, porque siempre surge la respuesta de que no hay recursos. Por ello, hoy más que nunca me siento comprometida a superar mi escritura. Pienso en lo importante que es no dejar de prepararme y seguir leyendo a los grandes y, hasta donde mi capacidad alcance, aprender de ellos. Muchas gracias por mi libro.

miércoles, 9 de junio de 2010

RESEÑA DE GRACIELA GUZMÁN SOBRE EL PEOR DE LOS PECADOS...

ESCASEZ DE PECADOS
En la búsqueda de la punta del hilo conductor que me llevara a hablar sobre El peor de los pecados, el primer libro de cuentos de Angélica López Gándara, mi mente se instaló en seguida en una de las frases iniciales que llamaron mi atención en el cuento Palabravejera, que da entrada a su quehacer narrativo, y ésta es: “Todos vivimos en prosa”. Me detuve en ella un momento y concluí que, en efecto, todos vivimos habitando una estructura de conceptos susceptibles de ser contados y transformados, con la imaginación, en mentiras disfrazadas de verdad y viceversa. Juan Rulfo decía: “Todo escritor que crea, es un mentiroso; la literatura es mentira, pero de esa mentira sale una recreación de la realidad; recrear la realidad es, pues, uno de los principios fundamentales de la creación”.

Bajo esta premisa, la autora nos hace sumergirnos en las realidades y mentiras de sus múltiples personajes y, como ella, quisiéramos hallar nuevas palabras; crear un nuevo lenguaje para encontrar la vida, una vida que no sea tan corta, pero sí muy ancha; nuevas palabras que no sean tan baratas cuando las vende un escritor. Sin embargo, en este caso de El peor de los pecados, la narradora les da su debido valor para ofertarnos la vida y sus variantes como debe ser, en protagonistas lúdicos, dramáticos, oscuros, infieles, ladrones, científicos, tiranos, bondadosos hasta la saciedad, dementes, entre otros, como la Palabravejera a la que se le pudrió el lenguaje, pero no sus sueños; como Margarita y sus implacables celos; como los sueños rotos de una joven de los años 50 retratados en un diario; como el cínico hombre maduro que desea estar informado a toda costa; como Elpidio, casi ahogándose en su humedad; como la panza guadalupana de Don Abundio; como Santa Teresita del Niño Jesús Vázquez García, alias Teresa o Tere, “incubada” por no poder dejar de hacer la bolsa delantera derecha de los pantalones de mezclilla, y todo para intentar descansar de más; como Laura que lamenta parecer nueva en eso del vivir; como Fulanito Pan de Dios que desaparece cuando todos lo devoran… Y así, tantos personajes como imaginación nos regala López Gándara.

Cito a Julio Cortazar que consideraba que “… el tema del que saldrá un buen cuento es siempre excepcional, pero no quiero decir con esto que un tema debe ser extraordinario, fuera de lo común, misterioso o insólito. Muy al contrario, puede tratarse de una anécdota perfectamente trivial y cotidiana. Lo excepcional reside en una cualidad parecida a la del imán; un buen tema atrae todo un sistema de relaciones conexas, coagula en el autor, y más tarde en el lector…”. De esta manera, Angélica nos sube a su vehículo, la palabra, y nos lleva a dar un paseo divertido, angustiante a veces, nostálgico otras, hilarante, cáustico; nos introduce en la psique de sus máscaras literarias para revelarnos que todo es posible, como descubrir que se puede ser feliz en la tristeza; descubrir la felicidad que da una mordida a un taco de frijoles y una mordida a un chile jalapeño; descubrir la urgencia de una sed de venganza que no sabe a nada; descubrir que la mayoría de las personas aprende a querer sus desgracias; descubrir que a veces el ser bueno es muy fatigoso...

El peor de los pecados es, asimismo, un compendio médico que nos enriquece, pues varios de sus cuentos muestran la influencia de la autora como profesionista en esta área, y nos enseña que el corazón late 150 veces por minuto a los 40 días, y que al crecer disminuyen a la mitad, y que el corazón lleva y trae 5 litros de sangre por minuto a todo el cuerpo, y que un “morcito” no es un “amorcito”, sino un abrazo del sueño, porque la tercera parte de la vida hay que estar en el mundo de Morfeo, y que… y que… Hay que asomarse a él para continuar aprendiendo. Por otra parte, no oculta su gusto por la música clásica cuando Liszt, Shostakovich, Mozart, Beethoven se convierten en incestuosas mascotas caninas, mismas que estuvieron a punto de llamarse Ninel y Niurka.

Con un lenguaje sencillo, pero con frases inteligentes y contundentes, como:
- “El espíritu pesa porque es pesada la vida de la moderna esclavitud”.
- “Hay días enfermos donde el respirar tiene un precio”.
- “No hay que desesperanzar a la gente. Al contrario, hay que obligarlos a la alegría”.
- “Ten mucho cuidado con lo que te metes en el cerebro. Recuerda que la tristeza y el sufrimiento producen adicción”.
- “La soledad es un mito”,
Angélica López Gándara logra la paradoja de que disfrutemos la lectura de su libro de cuentos El peor de los pecados, aunque éste sea el no ser feliz, y aun cuando nos presuma que ha “andado escasa de pecados”.



Graciela Guzmán
Mayo de 2010

jueves, 3 de junio de 2010

HABLA DE LO QUE SABES


Mañana en el taller de gráfica El Chanate (Matamoros 539 ote.) a las 8 p.m. presentaremos Daniel Maldonado y yo, el libro de cuentos Habla de lo que sabes, de Geney Beltrán Félix. Esto es literatura plasmada en alta definición. Nos dará mucho gusto verlos.

lunes, 31 de mayo de 2010

EL IMPULSO DE ESCRIBIR


Hace unas semanas fuimos convocados por Jaime Muñoz: Ivonne Gómez Ledezma, Daniel Maldonado, Daniel Herrera, Miguel Morales, Iván Hernández y yo, para compartir nuestra experiencia sobre por qué escribimos. El siguiente texto es el que leí en el Taller de gráfica “El Chanate”.
Como casi todos, de niña fui grafitera, descubrí que en una pared o en una puerta con un lápiz podía hacer algún garabato que testificara: “Angélica estuvo aquí”. En mi casa infantil alguna vez escribí en la esquina inferior de una puerta de madera la palabra: “pinchi”, así, con i. Aquello era un acto de rebeldía ya que en mi familia las llamadas malas palabras eran un verdadero sacrilegio. Pero Silvia, mi hermana mayor, a quien yo hacía mucho renegar, ampliaba mi vocabulario. Un día le jale el cabello, volteó a verme muy enojada mientras profería algunos pinchi. La palabra me gustó por eso decidí no ir con el chisme a las autoridades correspondientes (para mis papás era más grave decir una “malarrazón” que un estirón de trenza). No sucedió lo mismo un día que, a ella y a mí, nos pusieron a barrer: Silvia se encontró tirada en el piso una canica de las grandes; la lanzó con fuerza y ésta fue a topar con un espejo que, por supuesto, se rompió. Entonces escuché por primera vez en voz de niña un “¡ay, cabrón!”. Esa palabra no me gustó tanto, tal vez por eso en esa ocasión sí fui a delatarla y junto con la noticia del espejo roto agregué la palabra prohibida; era un gran placer poder repetirla sin ser castigada. Mi mamá amenazó a mi hermana con lavarle la boca con jabón. Claro, sentí remordimientos nomás de imaginármela arrojando espuma de fab limón hasta por las orejas.
Como decía, Silvia hacía crecer mi vocabulario de varias formas. Gracias a ella acerqué mis doce años a Hermann Hesse, con El lobo estepario y Bajo la rueda. Igualmente leíamos la novela Mujercitas de Louisa May Alcott donde aparecían cuatro hermanas, y ya que éramos cuatro niñas, nos poníamos a escoger en el dibujo de la portada con la que cada una se identificaba. Recuerdo que una de las protagonistas quería ser escritora y la novela planteaba que ésta no se casaría precisamente por eso, por aspirar a crear literatura. Quizá, inconscientemente, esa fue la razón por la que comencé a escribir tan tarde. Sí, después de varios años de casada, y cuando mis hijos habían alcanzando cierta independencia fue que me dio por expresarme a través de la escritura.
De niña leí otros textos, aunque nunca en orden como los Cuentos de los hermanos Grimm y los Cuentos de Andersen (muchos de estos relatos después los vi en películas de Disney acompañando a mis hijos). En la época de secundaria recuerdo el título de Pregúntale a Alicia. Diario de una joven drogadicta, de autor anónimo. En aquel tiempo no sabía diferenciar entre la buena o mala literatura creo que por eso lo leí. Aunque debo reconocer que todavía, a veces, me equivoco. Igualmente en mi desarrollo me acompañaron otras lecturas pero éstas fueron las más importantes.
Supongo que la tarea de escribir nació como una necesidad primaria de comunicarme y de decir “estuve aquí”, “por aquí pasé” o simplemente para tener la posibilidad de contar mentiras sin ser censurada. También creo que escribo porque los procesos de aprendizaje se esclarecen más en la palabra escrita, así, entiendo mejor la vida o me resigno más fácil a no entenderla. Y aunque no puedo decir exactamente a qué obedece este impulso, tengo claro que las personas a las que nos gusta escribir no podemos ser ingenuas y conformarnos con satisfacer un apetito o una catarsis, sino que tenemos la obligación de pararnos, como diría Newton, en hombros de gigantes para ver más allá, y de esa manera no caer en la autosimpatía y cuidar de no sorprendernos a nosotros mismos.

sábado, 29 de mayo de 2010

Gracias a Vicente

Muchas gracias a Vicente Alfonso por sus palabras expresadas en su columna El síndrome de Esquilo.http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/527929.el-sindrome-de-esquilo.html

jueves, 27 de mayo de 2010

GRACIAS

Muchas gracias a todas las personas que me acompañaron en la presentación de El peor de los pecados, especialmente a Magda Madero, Graciela Guzmán y Gregorio Muñoz quienes presentaron el libro. Aquí la reseña
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/527450.comparte-angelica-lopez-con-sus-lectores.html

martes, 25 de mayo de 2010

ENTREVISTA EN EL SIGLO DE TORREÓN

Les comparto la entrevista que me realizó el periodista Yohan Uribe para el períodico El Siglo de Torreón.

domingo, 16 de mayo de 2010

ENFERMARSE POR TELEVISIÓN


Es paradójico estar viendo un programa de televisión donde recomiendan no automedicarse y en los comerciales ser bombardeados con sugerencias para que las personas tomen todo tipo de medicamentos que se venden simplemente llamando por teléfono. Tengo la sensación que debido a los contratos que hacen las televisoras con los laboratorios, tienen la consigna de enfermarnos y así los mexicanos consumamos toneladas de medicamentos para no estar calvos ni gordos ni estresados, y que nunca nos duela la cabeza y que tengamos (hombres y mujeres) las piernas de Maribel Guardia.
Así las televisoras marcan la pauta de las enfermedades de moda, ya sea trastorno bipolar o tricofagia (comerse el cabello), anorexia o hiperexia; los que comen poco o los que comen lo de los otros. Para esto, los laboratorios tienen el medicamento adecuado de primer nivel o de cualquier otro. El objetivo es que las personas identifiquen cualquier síntoma o rasgo emocional como propio y deseen consumir el fármaco que las “liberará” de todo lo que les impide ser completamente felices.
En los días de asueto se me ocurrió ver una película por televisión en un canal de Televisa. Me hubiera gustado terminar de distraerme con dicho filme, pero resultó imposible porque la cantidad de comerciales era tal, que creo que hubiera visto en cuatro horas una película que en realidad duraba dos. En uno de los cortes comerciales conté 27, y de éstos 19 eran para anunciar medicamentos o artículos que supuestamente mejorarían la salud para los dolores articulares, bajar de peso, para evitar la eyaculación precoz o eyaculación tardía, eliminar varices, migraña, insomnio, gastritis o úlcera, estrés, gripa, etcétera. Decidí dejar de verlos porque consideré que si seguía fijando mi mente en tanto anuncio iba a terminar sintiéndome enferma y comprando unos tenis que tienen suela como de mecedora, o quizá hubiera adquirido un aparato (que se guarda en cualquier lugar) que me iba a agitar todo el esqueleto. El acoso publicitario no solamente se da en los espacios comerciales, sino en los propios programas y noticieros. Todo está encaminado para que los laboratorios aumenten sus ganancias sin importar que algunos fármacos tengan efectos secundarios graves. He sabido de personas que han empeorado sus padecimientos por usar tratamientos anunciados por televisión.
Hace unas semanas en los noticieros de Televisa mostraban reiteradamente la noticia de que los medicamentos de patente eran fácilmente falsificables. En seguida de la “noticia” mostraban una retahíla de anuncios de fármacos de marca Primer Nivel. Así pretendían dejar en nuestro cerebro la certeza de que la mejor opción estaba representada por el laboratorio de Primer Nivel de Carlos Slim.
Los legisladores han votado una ley que prohíbe la venta de antibióticos sin receta, sin embargo se trata de otra medida que no servirá de mucho, pues aunque es cierto que el automedicarse antibióticos ha traído como resultado que numerosas bacterias se vuelvan resistentes a éstos porque generalmente las personas no toman las dosis correctas y en el tiempo adecuado, y además muchas personas creen que todos los antibióticos sirven igual para una infección intestinal que para una de la faringe, la mayoría de la gente no podrá acudir a consulta con un especialista y entonces recurrirá a la compra de recetas que se venden en las propias farmacias, especialmente en las Similares.
En verdad al ver tanto comercial sobre padecimientos y su cura una termina sintiéndose enferma. Parece no ser suficiente la locura que estamos viviendo con la violencia por la que atraviesa el país, sino que aparte los medios de comunicación no ayudan mucho a la sanidad mental porque promueven el estar enfermo.
Tengo la percepción de que las políticas del gobierno no están encauzadas a resolver el problema de educación, y que solamente logran favorecer la corrupción.

sábado, 1 de mayo de 2010

LIBROS DE CLÓSET

Todo mundo sabe que desde que el libro es libro, han existido los libros de clóset. Sus creadores han tratado de negarlo y la sociedad entera los ha rechazado diciendo: “seguramente nacieron con algún defecto, por eso están donde están”; “no es algo natural que un libro esté en un clóset cuando debería de estar en una librería o en una biblioteca”. Algunos han tratado de explicar el fenómeno de los libros de clóset argumentando que es porque a su padre le faltó carácter para buscar una editorial que los sacara a la luz, o en el caso de ser madre la autora, arguyen que le falló la figura paterna o que fue demasiado pretenciosa. Lo cierto es que la mayoría fueron hijos deseados, con escasísimas excepciones, como la del checo Franz Kafka, que no quiso a ninguna de sus gestaciones, pero se sospecha que fue la amargura por su fracaso como escritor lo que le hizo entregar su obra a su amigo, Max Brod, pidiéndole que a su muerte quemara los manuscritos. Sin embargo surge la sospecha: si no los valoraba, ¿por qué no los quemo él? Como es obvio, Brod no le hizo caso. Ahora disfrutamos una obra que salió del armario o del cajón de escritorio y anda libre por todo el mundo.
Existen libros que son productos de partos muy difíciles y han puesto en riesgo la salud de los progenitores; en el mundo hay muchos que nacen así y eso no significa que sean fenómenos. Actualmente los libros de clóset deducen que es al armario adonde la sociedad los mandó porque no encontraron los buenos resultados que se esperaba de ellos. Muchos que son de la misma naturaleza han tenido éxito y se exhiben sin prejuicios, pero surgen los críticos que dicen que un libro que se vende siempre es literatura “light”. Algunos lo son, pero ¿no es acaso la Biblia el libro más vendido de todos los tiempos’? ¿Entonces por qué despreciar a los libros de clóset si su único pecado fue nacer diferentes, es decir, sin apoyo de las grandes instituciones. La vida de los textos de armario es triste porque han tenido que vivir en el rincón oscuro, a veces con termitas u hongos, porque en las paredes del clóset pasan las tuberías y no son extrañas las filtraciones de humedad. Viven, si se pude decir “viven”, casi siempre sin que nadie los toque ni los abra para conocerlos; muchos mueren vírgenes porque a sus creadores les da pena exhibirlos ya que a veces son demasiados y todos de la misma tirada; por eso los esconden.
Aunque igualmente se hallan las creaciones libres, pero luego, porque a su dueño le avergüenza que le pertenezcan, los forran o los ocultan debajo del armario de blancos. Aunado a esto, se da un fenómeno por demás ridículo: hay personas que compran libros sólo para poseerlos y los coleccionan, y en el caso extremo de la cursilería los forran todos del mismo color dizque para que adornen algún lugar; estos últimos poseedores de libros son los más patéticos porque los tienen abandonados, nunca los leen y sólo los usan para enseñarlos a sus visitas.
En los últimos tiempos los libros de clóset se han organizado y han difundido sus derechos; alegan que no son menos que los que están a la venta para todos. Que sólo hace falta que la sociedad se concientice y voltee a verlos. Hacen grandes alocuciones sobre la diversidad; ¿acaso todos los textos de librería son buenos?... Si lo cierto es que sólo los autores muertos son certeza de calidad, ¿qué editorial se atrevería a publicar a un autor muerto siendo mediocre? En cambio es evidente que hay muchos autores vivos que escriben grandes éxitos llenos de tonterías.
Hablemos igualmente de tantas obras olvidadas, esas minorías que las organizaciones gubernamentales de cultura publican, ésas que se la pasan en condiciones igualmente terribles: amontonadas y empolvadas en bodegas; libros que tampoco verán la luz de una mirada, de unas manos que los acaricien, de una crítica.
Los libros de clóset serán, dentro de algún tiempo, un fenómeno histórico gracias a los e-book. Sí, gracias a la Internet que no discrimina nada.

lunes, 26 de abril de 2010

MAGDA MADERO Y LA MALEABILIDAD DEL TIEMPO-ESPACIO

El siguiente texto se publicó en la más reciente edición de la revista Acequias editado en la Universidad Iberoamericana de Torreón.
“Desaparecer, he allí la gran pesadumbre, la gran tragedia para seres reales o imaginarios (…) Nadie quiere desaparecer y, para evitarlo, se inventan toda clase de ardides: El arte es un ardid contra el olvido…”. Estas líneas son del primer párrafo de la novela Arno y los ojos de Rea escrita por Magdalena Madero G. Se observa a Arno, el escritor, en sus movimientos cotidianos, por eso se sabe que vive entre libros y música clásica y que con frecuencia se asoma a través de la ventana. La mirada hacia afuera no le alcanza para inventar universos, entonces recurre a los libros y a la introspección; deduce e imagina. Revisa una y otra vez las incontables cuartillas que ha escrito y trata de darles unidad para conformar su novela. El lector verá cada uno de sus apuntes. Así, descubre a la pordiosera Rea, aquélla de los ojos esmeralda, a quien el novelista llevará a pasear por las calles de Torreón y le hará conocer a sus personajes.
A través de Arno, el personaje principal, Magdalena Madero logra crear historias en donde la estructura es un gran recipiente en el que se alojan múltiples narraciones que se comunican entre sí. Coloca intrigas que harán que el lector se vuelva naturalmente curioso; ¿qué pasa después o qué pasó antes? Todo será respondido. Una obra de 487 páginas plasmadas con una gran conciencia en el manejo del binomio tiempo-espacio; historias creadas en una atmósfera que permite percibir dimensiones que se contraen o se expanden de acuerdo con las vivencias de los personajes. De esta manera los protagonistas alargan la existencia en una plática, en tomar un café o en la añoranza de una caricia. Igualmente se es testigo de que la inmensidad se instala en los dos metros que tiene que recorrer un personaje hemipléjico. Asimismo se acorta la vida en un acto de sexo obligado que termina en asesinato. Se puede sentir el mundo encogido en un suicidio culposo. Allí, gracias a la habilidad literaria de la autora, la soga también consigue sofocar al lector. Se camina despacio en el gusto por la costumbre y el paso se acelera en el odio, en los golpes y en la lubricidad del autoplacer cuando el otro prefirió el abandono. La tristeza se estaciona, la felicidad corre. La violencia y la felicidad se parecen porque ambas son hijas de la rapidez, de la brusquedad; estallan en un universo contraído.
Magdalena Madero entreteje narraciones, pero también nos entrega valiosos ensayos. Arno, preocupado por escribir buena literatura, describe, en el primer capítulo, los recursos que deben tomarse en cuenta al momento de narrar; se deberá luchar para convencer, para seducir al lector. Por eso analiza cómo, por qué, dónde y quiénes formarán la estructura y la trama de la novela. Cuán necesario es que el escritor no sea sólo un retratista o que su obra no sea únicamente un confesionario; el literato tiene la obligación de rebasar la realidad, de no quedarse en la descripción. Madero nos trae personajes que discuten sobre filosofía, religión y literatura; éstos cuestionan la política de derecha y de izquierda. Por ejemplo, cierto personaje critica a los comunistas de coñac, como otro censura a los empresarios que se enriquecen a costa del sacrificio y humillación de los demás. Pero lo valioso es que los argumentos de ambos se contradicen con solidez e inteligencia. Los contrastes en esta obra fueron procurados para que el lector pudiera descubrir la ternura de un padre hablando con las ardillas sólo para divertir a sus hijas, o por el contrario, ver a un hombre golpeando a un niño culpable de no ser hijo de éste. La autora nos interna en la dialéctica que todo lo rige; “Ser o no ser”, se pregunta Hamlet; “Ser o no ser, mejor los dos”, dice la escritora. Eso es lo factible, porque la realidad en “ser y no ser” es una “y”, no un “o”, lo que hace la diferencia. Es la inclusión y no la supresión de la contradicción. La contradicción es lo que late en el mundo, es una condición palpitante en el hombre, y ésta no se puede suprimir, es imposible. Así que ni siquiera se tendría que cuestionar. Y para reafirmarlo, la autora cita a Heráclito: “Entramos y no entramos en los mismos ríos, somos y no somos”.
Los ensayos que más me sorprendieron se relacionan con las novelas Ulises, de James Joyce, y Manhattan Transfer, de John Dos Passos. El primero se titula “Odisea y anti-Odisea en el Ulises de Joyce”; en él la idea defendida es que el Ulises es una antítesis de La Odisea, en donde los personajes son opuestos. Penélope es la mujer fiel que espera a Odiseo más de 20 años, mientras Molly es infiel y no ama. La Odisea es un largo viaje al extranjero, el Ulises es un viaje al interior en un solo día: el 16 de junio de 1904. “Joyce transforma los años en minutos”, asegura la autora. Además descubre una idea misógina en el Ulises: “Gran revelación el Ulises. Monumento despreciable que denigra a la mujer, aunque aclaro, sólo en contenido. Ni qué objeción inventarle a la forma y al impresionable naturalismo con que Joyce asume la vida”. En cambio, en el segundo ensayo -en contestación al primero- declara: “Joyce se vale de estos tres personajes de alguna manera para desacralizar la vida, la muerte y al hombre mismo por la soberbia de creerse la creación excelsa de la naturaleza”. Y también se opone al ensayo anterior diciendo: “Tal vez Joyce puso en su exacta dimensión al hombre y a la mujer, a ésta, como hembra siempre en celo dispuesta a desencadenar reacciones a diestra y siniestra, desafiando el amor a la vida, a los hombres”. Asimismo transmite la admiración de la autora por la novela Manhattan Transfer de John Dos Passos, expresando: “Una novela de argumentos inmediatos, ocasionales; de vidas que transitan por una ciudad agobiada, pero dinámica; trasnochada pero despierta (…) una novela donde uno se enfrenta a la decepción de no ser nadie y de luchar contra todos”.
En la novela de Magdalena Madero G. se aprecia la riqueza de un lenguaje natural, que no simple, muy de acuerdo con la condición de cada uno de los personajes y de lo que en ellos acontece, lo que la hace ser de fácil lectura, aunque haya que detenerse en algunas páginas para saborearlas o reflexionar sobre lo que éstas dicen.
Arno y los ojos de Rea, una excelente novela que espero que muchos disfruten y aprendan de ella, como lo hice yo. Y de mi parte, como dice la última frase de esta obra: “¡Ni una palabra más!”

Texto leído en la biblioteca “José García de Letona” el jueves 1 de octubre. La novela fue presentada por Jaime Muñoz, Rosa Gámez, la autora y Angélica López Gándara.

Arno y los ojos de Rea, Magdalena Madero G. Edición de autor. Torreón, Coah. 2009.