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Nació en Francisco I. Madero, Dgo. El peor de los pecados es su primer libro de cuentos.Ha recibido el Premio Estatal de Periodismo Cultural “Armando Fuentes Aguirre” en los años 2000 y 2015 y el Premio Estatal de Periodismo de Coahuila, 2016 y 2017. Escribe cuento y ensayo. Es colaboradora regular del periódico El Siglo de Torreón. Su entrevista con Elena Poniatowska fue traducida al griego y publicada en la revista Koralli de Atenas. Ha publicado en diversas revistas nacionales y libros colectivos. Perteneció al taller literario de Saúl Rosales; es médica egresada de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C. y estudió la Maestría en Apreciación y Creación Literaria en Casa Lamm en la Ciudad de México.

lunes, 28 de abril de 2014

TORREÓN SEXUAL



Alguna vez escribí un artículo que titulé: “La profesión más antigua del mundo”, en aquella ocasión alguien me dijo que el nombre era incorrecto “¿No es ninguna profesión. Acaso tienen qué hacer maestrías o doctorados para ejercer ese oficio?” Refuté diciendo que, en general, se le nombra profesional a la persona que cobra dinero por realizar una actividad, a diferencia del que no recibe paga, que es el amateur o aficionado. Lo que sí creo, es que no sabemos muy bien, qué tan antigua sea como profesión, pues desconocemos cuántos siglos hace que las relaciones sexuales se comenzaron a utilizar como un servicio de compra-venta. Aunque al parecer surgió a la par de la institucionalización de la familia, ya que muchas mujeres se vieron en la necesidad de buscar el sustento a los hijos que no tenían un padre que los reconociera como tal. 
            Caminando por las calles de Torreón uno puede darse cuenta del gran comercio sexual que existe. Ya sea la prostitución de burdel o de calle: en cantinas como en “El tropicosas”  o calles como la Morelos o al final de la  Ramón Méndez, rumbo al aeropuerto. En Torreón existen muchos prostíbulos, como en otras ciudades, pero éstos se establecen como cantinas, tabledance, salas de masajes o estéticas.
            Es de llamar la atención que en muchos Estados de la Unión Americana, se anuncien, sin el menor recato, clínicas donde se practican abortos, pero contradictoriamente se cuidan mucho de disimular los lugares de prostitución. En Texas, por ejemplo, el aborto es legal pero la prostitución no. En Estados Unidos son pocos los Estados donde el comercio sexual es totalmente legal (por ejemplo, Las Vegas, la ciudad del pecado). Es extraño que las leyes, surgidas de la moral de la población, sean tan desequilibradas. En México no estamos muy avanzado que digamos.   
Aquí en Coahuila la prostitución (entre adultos, por supuesto) está permitida siempre y cuando se ejerza en los zonas dispuestas  para ello. ¿Establecimientos creados exprofeso? he aquí la vaguedad. Recordemos que en la administración de Carlos Román Cepeda, en el año de 1997, fue demolida la zona roja de nuestra ciudad, y a cambio se construyó el parque deportivo Los Fundadores. El cierre de la zona de Tolerancia no disminuyó la solicitud de este servicio, a pesar de que algunas personas dejaron de ejercer la llamada “profesión más antiguo del mundo”. No obstante, el resto buscó acomodo en una calle, en una esquina, y si su físico y edad se lo permitieron en un lugar establecido.
Hace cuarenta años la prostitución era un servicio casi exclusivo de mujeres para hombres, se podría decir que se comerciaba con el sexo socialmente permitido. Sin embargo, desde hace años los jóvenes homosexuales también han entrado abiertamente a este mercado. Igualmente existen hombres heterosexuales que son contratados por mujeres, y mujeres que contratan mujeres.  Pero está claro que las mujeres como consumidoras de este servicio y quien se los presta, todavía no salen a las calles, sino que está presente a través de los medios de comunicación como periódicos e Internet. 
Al parecer el cierre de la zona de tolerancia trajo beneficios inmediatos, pero no a largo plazo, ya que el negocio de la prostitución cada día va en aumento y en consecuencia el control sanitario se complica más. El conflicto real de la renta de cuerpos no es que caminen o no por las calles, lo grave, es el problema de salud pública que existe en torno a ello. Las personas que se prostituyen arrojan estadísticas alarmantes sobre la salud pública. Es un fenómeno social triste, especialmente, por la proliferación de enfermedades asociadas a este oficio, como: drogadicción, alcoholismo, sífilis, herpes, gonorrea y Sida, entre otras. La Secretaría de Salud no es capaz de tener el control de todas las personas que se dedican a esta actividad porque es prácticamente imposible, ello no justifica que halla tanto descontrol.
Por desgracia, la prostitución no va desaparecer por la “buena conciencia” de nuestros gobernantes, pues no está en sus manos inhibir la sexualidad de los demás. La forma más efectiva para disminuir la patología asociada a esta actividad es difundiendo las formas de prevención y terminando con la corrupción. Sí, que realmente se exijan las cartillas de salud y que no se acepten “mordidas” de quien no cumple con los requisitos para ejercer la prostitución.

lunes, 14 de abril de 2014

El ORGULLO NACIONAL



Me sorprendió ver cómo los comentaristas mexicanos de espectáculos mostraron un orgullo desbordado cuando se anunciaron los premios Oscar de Lupita Nyong'o y Alfonso Cuarón. Los comunicadores se exaltaron hasta el ridículo. Desde luego, uno puede sentir cierta alegría por un mexicano que recibe reconocimiento internacional, pero, de eso, a llenarse de lágrimas y mocos, hay un gran camino de histeria. Además, considerar a Lupita Nyong’o mexicana es un absurdo, pues su nacimiento en nuestro país fue un mero accidente; sólo vivió aquí un año (algunas páginas de Internet dicen que fueron tres años). Técnicamente es mexicana, pero, sus orígenes y cultura son diferentes a los nuestros. Independientemente de que sea keniana y mexicana, por qué tanto escándalo. Tampoco es que deba disgustar, pero, ¿por qué necesitamos que otros nos presten sus triunfos? Eso es una postura miserable.
Arthur Schopenhauer, en su libro Aforismos sobre el arte de vivir, habla sobre el orgullo: “La forma más barata de orgullo es, no obstante, el orgullo nacional. Pues denota en su portador la carencia de cualidades individuales de las que éste se pudiera sentir orgulloso, ya que, de otro modo, no estaría recurriendo a algo que comparte con millones de personas”. De acuerdo a ello, muchos de los que se emocionan por lo triunfos ajenos seguramente también sienten vergüenza por la mala entraña de los delincuentes de nuestro país. Pero si yo no hice nada para que Cuaròn ganara un Oscar, tampoco moví un dedo para que el Chapo Guzmán fuera el delincuente más buscado en el mundo, por lo tanto, ni me enorgullezco del primero ni me avergüenzo por el segundo. No obstante, me gusta lo que logro Cuaròn. La alegría desbordada mostrada por la colectividad mexicana ante los triunfos ajenos habla mucho del fracaso individual.
Por supuesto, es inevitable el orgullo y la vergüenza por lo que son los otros con lo que compartimos un origen territorial y cultural, pero que la conducta y el estado de ánimo sea dictado por la derrota o el fracaso de los demás, es patético. El ejemplo más común es el de los fanáticos del futbol; algunos seguidores han llegado al extremo de morir si su equipo pierde. Recordemos lo que sucedió en el año de 1950 en la tragedia del estadio Maracaná en Río de Janeiro, Brasil. Se jugaba la final de la Copa Mundial entre Uruguay y Brasil, ganando Uruguay 2-1. Por ello hubo múltiples suicidios por parte de los brasileiros.
Sabemos que la Patria no da mucho para que podamos sentirnos orgullosos y sí da para vergüenzas. Gracias a los criminales que han modificado nuestra forma de vivir y de morir, podríamos decir que es una vergüenza ser mexicano. Sin embargo, habríamos de negarnos a sentir vergüenza por lo que hacen los demás. Antaño un 15 de septiembre podíamos asistir a la plaza principal de nuestra ciudad y gritar exaltados ¡Viva México! Sentir el arrebato de los colores y la música, creernos libres, sólo por eso. Jugábamos a que éramos independientes. Ahora no podemos jugar sin sentir temor.
Aunque la vanagloria mexicana nunca se ha proclamado para todos, pues también es frecuente que muchas personas se avergüenzan de su origen; el lugar, los rasgos físicos y el medio sociocultural al que pertenecemos son motivo de apocamiento a pesar de que no dependen de nuestra decisión. Así pues, por qué he de sentirme avergonzada de que el país donde nací este lleno de corrupción y criminalidad. La mayoría de los mexicanos nada tenemos que ver con eso, más que como víctimas de éstos. Sin embargo, ante el extranjero es difícil ser juzgado como individuo. Se nos juzga como mexicanos: si viajamos al extranjero seremos más revisados que un europeo. Porque en los aeropuertos, al latinoamericano, en general, se le asocia a droga en los intestinos o en los dobles fondos de maletas, como al árabe se le asocia al terrorismo por culpa de Bin Laden. Bin Laden nos afectó a todos los viajeros y gracias a él se nos ve desnudos en la revisión de los aeropuertos internacionales.Supongo pues, que la conducta de cada uno de nosotros ante lo vergonzoso o grandioso que han hecho los otros mexicanos tendrá que ver con la mesura; ya sea en la admiración o la reprobación de los actos. No con arrebatos neuróticos.

jueves, 3 de abril de 2014

LITERATURA OMNÍVORA



Cuando leo, con frecuencia pongo atención en lo que se come en los cuentos y novelas. Al igual que el vestido y el habla, el comer delata la geografía, época, educación, cultura y nivel socioeconómico de los personajes. Últimamente he revisado la comida de la que habla Miguel de Cervantes en su obra cumbre: El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Desde la primera página encontramos sus costumbres culinarias: “Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda.” Podemos observar que la dieta de los personajes de El Quijote se basa principalmente en productos de origen animal; un cocido que contiene “más vaca que carnero” y luego, los famosos “duelos y quebrantos” que es una tipo tortilla de huevo a la que se le agregan sesos y riñones de cordero, además de tocino, cebolla picada y perejil. Allí dice que su comida de domingo es palomino y el único vegetal, como platillo principal, son las lentejas, alimento de los viernes.
En diversos pasajes de la novela del manchego, desfilan platillos basadas en leche, requesón, queso ovejuno, ollas podridas (estofado al que se le ponen todo tipo de carnes, especialmente de cerdo), gallinas francolines (un tipo de gallina africana) y tasajo. Hay: bellotas, avellanas, uvas, calabaza, fruta seca, manzana, berenjenas (“los moros son amigos de berenjenas”) que son otros de los vegetales a los que alude Cervantes.
Se puede destacar que, en general, las narraciones en las que se incluyen descripciones de copiosos banquetes siempre acuden a una dieta basada en productos de origen animal. Y es que los personajes literarios son retrato de la realidad: omnívoros. Además, al parecer la corriente más fuerte del veganismo o vegetarianismo puro (sin lácteos ni huevos), surgió apenas a mediados de la década de los 40 del siglo pasado. Esto se establece no sólo con la idea de tener una alimentación más sana sino que se trata de una actitud ecológica y de protección hacía los animales. De esa manera se pretende evitar el sufrimiento animal.
También sabemos que, según la Biblia, el alimento original del primer hombre fue un vegetal (el fruto que comió Adán, que por cierto, no dice que haya sido una manzana). Adán y Eva comían plantas antes de desobedecer a Dios, pues se alimentaban del Jardín del Edén. Igualmente científicos y zoólogos, como Desmond Morris, aseguran que de acuerdo a la evolución los primates ancestros del hombre eran herbívoros
Sin embargo, surge un hecho curioso: los animales mamíferos-carnívoros toda su vida tienen una dieta de origen animal y los mamíferos-herbívoros como las vacas cabras, caballos, jirafas, gacelas, elefantes, etc., tienen como primer alimento la leche materna, es decir, un producto de origen animal; el resto de su existencia son herbívoros. Pero, la cabra no es capaz de digerir un filete como el león tampoco digiere una ensalada. Nosotros que somos la punta de la cadena alimenticia podemos nutrirnos de plantas y animales. Nuestra anatomía y fisiología da para eso. Desde la dentadura hasta las secreciones de enzimas digestivas (salivales, estomacales, pancreáticas y biliares) nos permiten asimilar las grasas, proteínas y carbohidratos, cualquiera que sea su origen. Al parecer el cuerpo humano tiene mecanismos que le permiten adaptarse a cualquier dieta. Un ejemplo: los esquimales que rara vez comen frutas y verduras y por el contrario el hábito que muchas personas han adquirido al tener una dieta vegetariana. Aunque hay controversia en la alimentación puramente vegetariana en los niños.
No sabemos si la evolución vaya encaminada a cambiar la naturaleza omnívora del hombre y que dentro de muchos miles o millones de años volvamos al origen herbívoro. Pero, hasta ahora en la literatura no se habla de grandes manjares que tengan como platillo principal una vianda llena de lechuga, brócoli y hermosas rodajas de tomate.