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Nació en Francisco I. Madero, Dgo. El peor de los pecados es su primer libro de cuentos.Ha recibido el Premio Estatal de Periodismo Cultural “Armando Fuentes Aguirre” en los años 2000 y 2015 y el Premio Estatal de Periodismo de Coahuila, 2016 y 2017. Escribe cuento y ensayo. Es colaboradora regular del periódico El Siglo de Torreón. Su entrevista con Elena Poniatowska fue traducida al griego y publicada en la revista Koralli de Atenas. Ha publicado en diversas revistas nacionales y libros colectivos. Perteneció al taller literario de Saúl Rosales; es médica egresada de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C. y estudió la Maestría en Apreciación y Creación Literaria en Casa Lamm en la Ciudad de México.

domingo, 20 de mayo de 2018

OJOS AZULES DE MORRISON


La novela Ojos azules de la escritora norteamericana Toni Morrison es la historia de tres familias los Bredlove, los Mac Teer y la de un hombre llamado Soaphead Church, entre otros personajes. En esta obra entramos en la intimidad de madres frustradas que se refugian en la Biblia, que regañan a los hijos porque comenten la imprudencia de enfermarse. Madres que le dan más cariño al gato que a sus niños; vemos la discriminación de “la gente de color” hacia “los negros”. Mujeres que tratan bien a sus patrones, pero no a su propia familia. Ojos azules es la vida de Pecola Bredlove, la niña negra a la que su padre violó dos veces y que en la segunda vez la dejó embarazada. Pecola sufre porque la han convencido de que es fea, por eso le pide al sanador Soaphead Church que la transforme y le vuelva los ojos azules como las niñas blancas o como las muñecas que se reciben de regalo en Navidad. Church es un pederasta cuya vida se entrelaza con la de Pecola a la que hace envenenar un perro prometiéndole  así, los ojos azules que tanto desea.
            La novela de Toni Morrison trata sobre racismo y describe cómo el odio de los demás termina volviéndose autodesprecio. También, en cierta forma, es la explicación del porqué una persona, que en esencia es buena, puede hacer actos de maldad y perversión. Morrison expone las razones de la conducta de cada uno de sus personajes. A pesar de que al principio de la novela se aclara que veremos los cómo y no los por qué, pero en los cómo se van integrando los por qué: Cholly, el papá de Pecola, por ejemplo, no conoce a sus padres y sólo sabe, por las palabras de la tía que lo adoptó, que su madre intentó dejarlo morir entre la chatarra. Su padre también lo abandono. Sufre humillaciones por parte de hombres blancos. Se trasforma en un paria que termina violando a su hija en una arranque de ternura alcoholizada. Pecola casi sólo recibe trato amable de unas prostitutas que llaman perros, a todos los hombres. “¿Cómo lo haces? Quiero decir, ¿cómo consigues que alguien te quiera?” pregunta la niña negra que en la escuela y en su vida cotidiana es tratada con brutalidad; su única salvación posible: la locura.
            La estructura de la novela de Morrison es muy compleja y me resultó difícil su lectura porque tiene juegos de palabras, como quitar espacios o al principio repetir tres veces el párrafo inicial, primero quitándole las mayúsculas y la puntuación y luego eliminando mayúsculas, puntuación y espacios entre las palabras. Todo ello para representar la locura en la que se encuentra Pecola, la protagonista. El inicio funciona como un aviso para al lector que se topará con las desgraciadas vidas de personajes sórdidos.
            El tiempo en el libro de Morrison es circular inicia con el monólogo desquiciado de Pecola y termina con otro monólogo de ella misma, pero este último en realidad es un dialogo de la protagonista que se disocia. El círculo se cierra porque presenta dos puntos de vista del mismo hecho con diferentes narradores. La autora divide la novela en cuatro partes que corresponden a las estaciones climatológicas, comenzando con el otoño, seguido del invierno, primavera y verano.
Morrison recurre a varios narradores: a una narradora omnisciente:  “Pecola está en algún rincón de aquella casita marrón a la que ella y su madre se trasladaron, en un extremo de la ciudad, donde una puede verla incluso ahora, de tarde en tarde.” También recurre a una narradora personaje que es Claudia, la niña hermana de Frieda e hija de los Mac Teer. Ojos azules trascurre en varias en ciudades de varios estados, entre ellos: Illinois, Ohio y Misisipi, en los Estados Unidos de los años cuarenta.
La obra de la escritora Toni Morrison, quien actualmente tiene 87 años, es una mirada desde su condición de escritora afroamericana, por ello plasma sus propias experiencias, de tal manera que no sólo hace una crítica social a la discriminación sino también hacia su propia raza y las pretensiones en que se cae debido a los cánones de belleza establecidos por una sociedad predominantemente blanca. El negro no reconoce su propia belleza racial; se tiene que parecer al blanco para poder ser aceptado y aceptarse a sí mismo.

sábado, 5 de mayo de 2018

VERROEN Y QUÉ BLANCA MÁS BONITA SOY



Resultado de imagen para Qué blanca más bonita soyDolf Verroen es un escritor holandés de literatura infantil; actualmente tiene noventa años. En su página web podemos deducir que se trata de un hombre divertido  que juega con sus pares de lentes, usándolos de todos los colores, dice que los necesitó desde los tres años y que creía que llevar anteojos era una cosa de tontos; ochenta y siete años después, un legado literario y múltiples premios le han hecho cambiar de opinión sobre esta característica física. Pero la característica más sobresaliente de la literatura de Verroen es que aunque escribe para niños su mensaje también va para los adultos. Por eso le llama a sus obras “literatura infantil para adultos”. Digamos que sus libros son como el nuevo cine infantil; se narran historias que llevan dobleces, de tal manera que un niño las ve de un modo y el adulto de otro, pero ambos las disfrutan, aprenden o sufren con ellas. Uno de los libros más sobresalientes de este escritor es Qué blanca más bonita soy, una novela  que retrata de manera convincente lo que fue la esclavitud en el siglo XIX.
Qué blanca más bonita soy se desarrolla en una finca en el campo en donde se siembra té que los esclavos recogen. El tema es, pues, el maltrato atávico hacia la raza negra. La esclavitud vista por una niña que es ajena a las manifestaciones del dolor causado por el rechazo y la cosificación de las personas. Es una historia contada por María, una niña que en su cumpleaños número doce recibe, entre sus regalos, un vestido, unos zapatos, una fusta y un esclavo llamado Koko.  A ella le parece muy natural que le regalen a un pequeño  esclavo de siete años, mientras sus tías lo consideran abominable pues lo propio sería regalarle una esclava, una mujer que pueda darle masajes. A María lo que más le preocupa es no tener pechos: “Cómo serán mis pechos. Quiero unos pechos como los de mamá” “Y sigo sin tener pechos” se queja, una y otra vez; más tarde quiere casarse con su primo Lukas, un hombre mayor que ella.
La narración se centra en describir (con un lenguaje sencillo) la vida de María y su familia europea. Familia blanca y rica que compra y vende esclavos según sus necesidades. Esclavos que desconocen que vienen de África. Ellos sólo saben que llegaron del mercado y que recibirán veinte azotes si intentan escapar. La mamá de María llora todo el tiempo porque su esposo se compró una negra  que es muy bonita, por eso ella la vuelve fea clavándole un tacón en la mejilla. Y en el sustrato de cada línea se va tramando la historia de Lukas con la esclava Ula con la que tiene un hijo “ni blanco ni negro” de eso se percata la niña casi decepcionada. Verroen hace un retrato muy convincente de la esclavitud en donde la crueldad permite que una mujer blanca pueda ahogar a un niño negro sólo porque éste llora: “El niño de mi esclava estaba también siempre berreando… Insoportable, yo le había dicho algo tres veces. Entonces mi paciencia se terminó. Lo cogí. Y lo mantuve un tiempo bajo el agua. Después, el silencio fue definitivo”.
En esta novela, aunque el autor no lo dice directamente, se puede inferir que se desarrolla a mediados del siglo XIX porque la comunicación se da a través del telégrafo y la trasportación es en carruajes; en el epílogo el autor dice que sucedió en Suriname. El libros se lee como prosa pero físicamente se ve como si se tratara de versos. Sin embargo, es únicamente una cuestión visual que (quizá) un autor de literatura infantil como Verroen lo utiliza pensando en hacer más fácil la lectura para los niños y el hecho de que a cada uno de los pasajes les ponga título hace más ligera y comprensible la historia. A pesar de que las escenas son terribles todo está escrito con una maliciosa dulzura. El manejo del tiempo en esta obra es lineal sin ninguna regresión. No hay forma de confundirse. Verroen utiliza la primera persona para contar su historia.