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Nació en Francisco I. Madero, Dgo. El peor de los pecados es su primer libro de cuentos.Ha recibido el Premio Estatal de Periodismo Cultural “Armando Fuentes Aguirre” en los años 2000 y 2015 y el Premio Estatal de Periodismo de Coahuila, 2016 y 2017. Escribe cuento y ensayo. Es colaboradora regular del periódico El Siglo de Torreón. Su entrevista con Elena Poniatowska fue traducida al griego y publicada en la revista Koralli de Atenas. Ha publicado en diversas revistas nacionales y libros colectivos. Perteneció al taller literario de Saúl Rosales; es médica egresada de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C. y estudió la Maestría en Apreciación y Creación Literaria en Casa Lamm en la Ciudad de México.

sábado, 30 de enero de 2016

PERROS POR LA MAÑANA


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Sucede que camino con la mañana y con la mirada abierta. Voy recogiendo la gracia, y a veces la hostilidad, de los perros. A cincuenta metros recorridos, desde mi domicilio hacia el oriente, hay una casa en donde viven seis perros, sin falta, uno de ellos, (un grandulón), me ladra frenéticamente.  Alguna vez lo vi escaparse de la reja que lo contiene, por eso me da un poco de temor. Una ocasión, cansada de su violencia “verbal”, hice lo propio: grité: “¡Cállate. Tonto!”. El ladrador se quedó desconcertado y en silencio. Yo había encontrado la forma para que dejara de molestar. Sonreí ante tan miserable logro. Al día siguiente repetí el grito. Y el perro ladró con más furia. Creo que esos ladridos me acompañaran mientras ambos sigamos haciendo lo mismo. En general, los perros entienden la intención de quien les habla. Por supuesto, no he estudiado sus procesos cerebrales, pero a lo largo y ancho de mis años han pasado ocho perros y puedo comprobar que sus personalidades son tan variadas como las de los humanos. Solo que ellos son mucho más nobles.
Llego al parque y le doy varias vueltas. Sin remedio, evoco a los antiguos hospitales siquiátricos donde los locos caminaban en círculos. Me agrada creer que el ejercicio hecho de esa forma me da salud en todos sentidos. En este lugar veo perros de raza pug caminando. Esos perrillos tan extraños representan un definitivo ejemplo del capricho humano. Después de que vi la serie Cosmos, supe que todos los canes son el resultado de la manipulación genética artificial. Se ha alterado la originalidad de estos animales como la de ninguna otro; infinidad de cambios a sufrido su ADN desde su ancestro, el lobo; “El humano a domesticado a sus depredadores y a algunos los volvió un chiste”. Un chiste, esos son los pugs. Debido a esa selección artificial ahora tenemos perros por demás extravagantes, inteligentes, nobles, fieros, cazadores, pastores, falderos, policías… Para cada necesidad o personalidad existe una raza.
         En ese parque he visto tres border collier jugando con su dueño; un señor con un bóxer muy desobediente. Anda por allí un chihuahua muy alegre que camina sin correa y que a veces parece perdido. He visto shith-tzu, cocker, puddle y de otras razas. Es rarísimo ver a alguien con un perro criollo o mestizo; damos excesiva importancia a la pureza racial de los canes, cuando, en general, en América no existe la pureza racial de los humanos; si fuera por eso los perros no querrían salir a pasear con sus dueños. Alegarían que somos humanos “corrientes o de la calle”.
         He visto otros perros que me caen bien: por la calle Laguna Norte, hay una pareja de éstos que sale a pasear sola. Algunas veces los he visto por las mañanas y otras antes del ocaso. Ese par de adorables ancianos son un basset hound y otro que parece cocker, (no estoy segura). El basset, que debe ser el más viejo, camina muy despacio y renco; sube la banqueta con mucha dificultad, primero levanta una pata y un rato después la otra y más tarde el resto. Lo hace con tanta dificultad y concentración que realmente me enternece. Aunque su amigo no anda tan lejos de eso. Ellos no necesitan de dueño que les señale el camino.
         También, he observado a un hermoso rottweiler, muy educado, a él lo pasea su dueña, pero ella no camina, sujeta la correa desde arriba de su Mercedes y él, a pata, caminando sereno. Yo quiero pensar que tan distinguida señora tiene algún problema de artrosis que le impide caminar.

          Me gusta ver que las personas hagan ejercicio acompañados de sus mascotas. Pero lo mejor es que recogen los deshechos de éstas. Lo desagradable del parque de Las Ranas es el atroz estado de la banqueta. Espero que quienes administran la Sociedad Cooperativa de los colonos de Torreón Jardín, un día se decidan a arreglarla.

sábado, 16 de enero de 2016

HUESOS DE SAN LORENZO O LA NATURALEZA DE LOS ESPEJOS


Los lectores naturales de Vicente Alfonso (Torreón, 1977) es decir, los laguneros, encontraremos, en su literatura, espejos en los que nos veremos reflejados. En su reciente novela Huesos de san Lorenzo (Tusquets, 2015) observamos lugares, apellidos o instituciones familiares, como el equipo de futbol Santos, el Hospital Universitario, el Sanatorio Español y la Camerata de Coahuila. También, podemos asistir a un colegio jesuita de nombre Ferreira, que, inevitablemente, leeremos como Pereyra; viajaremos por la carretera a Viesca; acudiremos a la vendimia de Parras y con arena en los ojos divisaremos a unos candelilleros que son estafados; nos divertiremos con los pasajes del Paulitos, aquel extinto burdel, lugar de iniciación sexual de muchos laguneros. Esta historia trata (si lo simplificamos) sobre los gemelos Ayala formando un triángulo amoroso con Magda, la joven que trabaja con ellos en un espectáculo de magia. Una trama en la convergen asesinatos, superstición, periodismo, investigaciones policíacas y futbol, entre otros.
         Vicente Alfonso, escogió para escribir Huesos de san Lorenzo, una excepción genética que el mismo vive como gemelo idéntico u homocigoto. Un hombre es genéticamente igual a otro, como una imagen en espejo, por eso confunde: “Eres tú o tu hermano./ Soy mi hermano”. Pero no sólo los gemelos pueden hacerse pasar el uno por el otro: todo actor de teatro, de la vida, interpreta a diferentes personajes. De allí que los protagonistas de Huesos… estén desdoblados: Los gemelos Ayala son Juan Borrado, el escapista; Magda González, la joven de la que se enamoran los gemelos, es la Niña Cande, que hace milagros; Farig Sabag, el sanador, es El Gran Padilla, ilusionista; la madre de los gemelos es Rosa Nava y Rosario Navarro… “No vemos el mundo como es, sino como somos” y buscamos lo que somos, buscamos nuestra identidad.
         Cuando terminé de leer este libro, ganador del Premio Internacional de Novela “Sor Juan Inés de la Cruz” 2015, tenía la certeza de que estaba ante una gran obra, por su historia, estructura, manejo del tiempo y el uso de narradores entrecruzados y eso me hacía valorar la inteligencia con la que el autor había construido su obra. Sin embargo, me llegó una desazón, mi instinto de lectora me decía que no había captado el universo completo. Mi incertidumbre fue resuelta por el propio autor al responderme una pregunta que hizo que desandará las páginas. Entonces reafirmé: Huesos de san Lorenzo permite varias lecturas,  por una parte, es una narración compleja que requiere lectores atentos de miradas múltiples que vean desde los ángulos del escritor, y en otro sentido permite una lectura con menos reto intelectual y esto es siguiendo la voz del psicólogo Alberto Albores, personaje que a modo de Cide Hamete Benengeli (narrador de Don Quijote) escribe su versión de los acontecimientos. Cabe destacar que si se siguen los capítulos numerados por separados encontramos que tienen cierta autonomía.
Los primeros lectores de Huesos… podrían no resolver todos los acertijos que plantea, pero al paso del tiempo sucederá, lo que con toda buena obra de arte: brotará una especie de resonancia mórfica (antiguamente llamada memoria colectiva) en donde cada reseñista, o cualquiera que la mencione, aportará elementos que permitirán, a los nuevos lectores, valorarla en su entero brillo. Aunque, la literatura de Vicente Alfonso ya es apreciada, esta novela será traducida al italiano, al turco y al alemán.

        Vicente Alfonso, recurre a la técnica del collage, (el ejemplo más sobresaliente es Rayuela de Julio Cortázar) en la que se expresan los hechos con notas periodísticas, ensayos y citas hemerográficas. Igualmente acude a todas las formas de narradores: omnisciente, primera, segunda y tercera persona; pero lo que envuelve todo es una voz omnisciente que encierra una historia y otra... (caja china). Los hechos se repiten vistos por otros ojos, por ejemplo, el capítulo de “Expediente abierto I” (p. 34) es casi idéntico al último, excepto porque se repite un párrafo de “Sesión de terapia I” (p. 15). Huesos de san Lorenzo de Vicente Alfonso, una asombrosa novela.

sábado, 2 de enero de 2016

NIETZSCHE Y LA MÚSICA

                                              
 “La música nos habla a menudo más profundamente que las palabras de la poesía, en cuanto que se aferra a las grietas más recónditas del corazón”.
Friedrich Nietzsche 
Todas las artes se nutren entre sí, por eso no es de extrañar que en la literatura existan abundantes referencias musicales. Incluso se han llegado a imitar las estructuras musicales para el desarrollo de una obra literaria. Así, Jacques Mercanton (uno de los prologuistas de la novela Ulises) asegura que James Joyce eligió la forma más sabia y difícil para un episodio del Ulises: la fuga. Joyce escribió un libro de poesía: Música de Cámara. Hay autores que, aunque son conocidos por su literatura, reflejan sus conocimientos musicales, es el caso de Alejo Carpentier, Milan Kundera y Alessandro Baricco, entre otros. Por otra parte existen otros que, aunque son famosos por su literatura, también compusieron música. En este caso se encuentran: Friedrich Nietzsche, Jean-Jacques Rousseau, Ernest T. A. Hoffmann (mención aparte merece la escritora mexicana Sor Juana Inés de la Cruz, quien en uno de sus poemas habla de un libro de música que escribió y que tituló El caracol. Por desgracia se encuentra perdido). Como decía, los citados anteriormente han sido famosos por sus libros, pero de igual forma acudieron al pentagrama para plasmar sus ideas y sentimientos.
El filósofo alemán Friedrich Nietzsche, (Alemania 1844-1900) escribió, entre otras obras: El nacimiento de la tragedia, La gaya ciencia, Más allá del bien y el mal, Ecce homo y, la más famosa de todas, Así habló Zaratustra (o así hablaba). Textos que no cualquier estómago puede digerir; en cambio, cuando escuchamos su música no necesitamos de aperitivos ni digestivos, la música de Nietzsche es de fácil consumo, es dulce, con fuertes influencias de la música religiosa. Y desde donde yo la veo ¾la oigo¾ no refleja la profundidad ni el tormento y, por supuesto, tampoco la genialidad que alcanzó su ideología filosófica pues Nietzsche, es un filósofo que revolucionó el pensamiento.
A los 100 años de su muerte y para festejar la vida y obra nietzscheana, en el año 2000 la Universidad Autónoma de México y la Facultad de Filosofía y Letras, realizaron un concierto que llamó “Cien años sin Nietzsche”. Se interpretaron solamente obras de este filósofo y músico alemán. Del concierto surgió un disco que contiene dieciséis obras entre lieder y trabajos para piano. El disco viene acompañado de una biografía basada esencialmente en la relación de Nietzsche con la música. Trae datos extraordinarios, por ejemplo: que a los diez años el pequeño Friedrich ya dominaba al piano varias sonatas de Beethoven, y que el día que su padre le regaló un volumen con las partituras de doce sinfonías de Haydn (adaptadas a cuatro manos), el joven escribió: “Un escalofrío de gozo me traspasó como un trueno entre las nubes; así pues, de verdad, el más grande de mis deseos se había cumplido; ¡el más inmenso!” Expresión que descubre la profunda pasión que el niño ¾en ese entonces únicamente músico¾ tenía por las partituras.
Nietzsche se inició en la música por la influencia de su padre, Karl Ludwig, un pastor luterano, quien era un buen pianista y amante de la música sacra. La primera composición musical del músico-filósofo fue a la edad de ocho años. La escribió después de escuchar El Mesías, de Händel. A los doce años realizó composiciones más formales que a través de su vida llegaron a sumar 70 obras, dentro de las que se encuentran: composiciones vocales, instrumentales, coros a capella, música sacra, música de cámara y música orquestal. Un hombre que ha inspirado cerca de trescientas obras musicales (sin duda la más conocida es la de Richard Strauss, Así hablaba Zaratustra). Se dice que Hitler, escuchando a  Wagner y leyendo a Nietzsche, le vino la idea de la búsqueda de la pureza de la raza aria.

Aunque, popularmente, lo que más se conoce de Nietzsche, es que estando loco por la sífilis, beso a un caballo y por esa frase, ahora tan gastada, de: “lo que no te mata te hace fuerte”.