En el pasado mundial de futbol en Alemania se presentó una ópera sobre futbol escrita por un músico contemporáneo alemán. Hubiera sido divertido y justo presentar el Ballet La edad de oro de Dmitri Shostakovich ya que en el 2006 se cumplieron cien años de su natalicio. Y también porque el ballet La edad de oro cuenta una historia, precisamente, sobre futbol. Es díficil imaginar que el espacio del balón, los penaltis, los fuera de lugar, las faltas, los tiros de esquina, los tiros libres, los silbatazos, las tarjetas amarillas y rojas, los expulsados, los once contra once, los árbitros y los abanderados, cupieran en la cancha de los violines, violas, chelos, flautas, timbales, cornos, directores y batuta. ¿Es posible que actividades tan contradictorias provoquen sensaciones parecidas?. La música, la más abstracta de las artes, a la par del deporte; lo concreto, lo tangible. Al fin y al cabo los dos son hechos culturales. Entendiendo como cultura la definición primigenia que dice que cultura es todo lo que el hombre le ha agregado a la naturaleza en la búsqueda de sentirse mejor. Y si uno se mueve entre el escenario de los conciertos clásicos y el escenario de los partidos de futbol clásicos, ambos hechos provocan visiones opuestas. Así, en el intermedio de una ópera rodeados de gente elegante se pueden ver pasar las viandas con camarones y salmón noruego; el vino, tinto y francés. En cambio en los estadios de futbol mexicanos, en cualquier momento, se ve pasar el papel canela que envuelve las tortas de chorizo y se oye al vendedor anunciar las “chelas” bien frías. Algunas señoras serias y elegantes en el teatro de ópera, algunas porristas en calzones meneando el trasero lo más sensual posible. Del “bravo maestro” al “arbitro eres un culero y chinga tu madre”, del aplauso rítmico del encore, al tamborazo y “vamos, vamos Diosito santo, por favor, por favor, que metan un gol”. Los adagios y los allegros hasta la sublimación musical, de la tristeza a la alegría hasta el llanto futbolístico, donde las lágrimas no distinguen al ganador o el perdedor. Se puede agregar que del estadio de futbol la mayoría de las veces la gente sale decepcionada, y en la ópera rara vez pasa eso, porque las personas aunque no les guste el espectáculo muchas fingen que sí.
El libro Shostakovich. El arte amordazado por la autoridad del escritor alemán Bernd Feuchtner corrobora que, en efecto, Shostakóvich compuso un ballet La edad de oro; una obra en tres actos, dividida en 37 fragmentos y que cuenta la historia de un equipo de futbol soviético que va a jugar a un país capitalista. Los jugadores capitalistas están representados por los sonidos del jazz, shimmy, tango... La presentación de dicho ballet hizo enojar a las autoridades comunistas rusas, porque al parecer el partido de fútbol musical fue ganado por los extranjeros, ya que el predominio del sonido fue de el Jazz, tango, etcétera. Esto les pareció decadente y perverso a las autoridades rusas. Dmitri Shostakóvich (San Petersburgo1806-Moscú 1975) vivió una relación de amor por el comunismo durante su juventud, pero lo despreció en su madurez. A esto ayudó la censura de su obra hecha por Stalin. La música más importante de Shostakovich son los dos conciertos para piano, los conciertos para cello y violín, sus sinfonías y cuartetos. El hijo de Dmitri: Maxim Shotakovich vive actualmente en los Estados Unidos, es pianista y director de orquesta.
El libro Shostakovich. El arte amordazado por la autoridad del escritor alemán Bernd Feuchtner corrobora que, en efecto, Shostakóvich compuso un ballet La edad de oro; una obra en tres actos, dividida en 37 fragmentos y que cuenta la historia de un equipo de futbol soviético que va a jugar a un país capitalista. Los jugadores capitalistas están representados por los sonidos del jazz, shimmy, tango... La presentación de dicho ballet hizo enojar a las autoridades comunistas rusas, porque al parecer el partido de fútbol musical fue ganado por los extranjeros, ya que el predominio del sonido fue de el Jazz, tango, etcétera. Esto les pareció decadente y perverso a las autoridades rusas. Dmitri Shostakóvich (San Petersburgo1806-Moscú 1975) vivió una relación de amor por el comunismo durante su juventud, pero lo despreció en su madurez. A esto ayudó la censura de su obra hecha por Stalin. La música más importante de Shostakovich son los dos conciertos para piano, los conciertos para cello y violín, sus sinfonías y cuartetos. El hijo de Dmitri: Maxim Shotakovich vive actualmente en los Estados Unidos, es pianista y director de orquesta.
Les dejo de La edad de oro la "Danza para dos jugadores de soccer soviéticos"