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Nació en Francisco I. Madero, Dgo. El peor de los pecados es su primer libro de cuentos.Ha recibido el Premio Estatal de Periodismo Cultural “Armando Fuentes Aguirre” en los años 2000 y 2015 y el Premio Estatal de Periodismo de Coahuila, 2016 y 2017. Escribe cuento y ensayo. Es colaboradora regular del periódico El Siglo de Torreón. Su entrevista con Elena Poniatowska fue traducida al griego y publicada en la revista Koralli de Atenas. Ha publicado en diversas revistas nacionales y libros colectivos. Perteneció al taller literario de Saúl Rosales; es médica egresada de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C. y estudió la Maestría en Apreciación y Creación Literaria en Casa Lamm en la Ciudad de México.

sábado, 21 de diciembre de 2013

LOS DÍAS DE MAMÁ

Una versión más corta de este texto se publicó hoy en la revista Siglo Nuevo. La presentación de Los días de mamá,  fue el día 9 de diciembre de 2013 a la 19:30 hrs., en el museo Arocena


 Felipe Garrido, Angélica López, Ruth Castro, Rosario Ramos y Marcela Pàmanes. 
Lograda la unión de las dos semillas, la de hombre y la de la mujer. Nos instalamos. Vivimos nueve meses en un lugar cálido sin esquinas ni rincones; llegamos a la habitación primigenia de temperatura precisa y alimento constante. El vientre materno. Sí, a la madre la conocemos desde el interior de su cuerpo. Ella no sólo nos alimenta de su sangre sino de sus alegrías y tristezas. En esa temporada crecemos con suavidad, entre los murmullos cardiacos y una voz femenina amortiguada por los fluidos amnióticos. Dormir y comer sin que nadie moleste. Allí dentro somos nuevos, jugamos con el cordón umbilical, pateamos, intentamos estirarnos y como entrenamiento succionamos el dedo pulgar. Todo nos es dado hasta que somos expulsados del paraíso uterino. Llega el día en que, sin importar horarios de oficina (esto si se salva de la cesárea) una señal dolorosa anunciará que llegó el momento de salir de allí. Somos desalojados por medio de dolores cíclicos que serán preludio de lo que será la vida. Así, hemos sido hijas y hemos sido madres.
Hablemos de la relación madre-hija. Hablemos de Los días de mamá, de Rosario Ramos Salas; un libro concebido, originalmente, como una carta para Carmen Salas Falcón. Un texto autobiográfico que tiene como guía la vida de Carmen, madre de la autora, quien le presta su voz para narrar en primera persona la historia de su familia. Ambas mujeres, protagonistas principales.
        El impulso de escribir este relato llegó junto al sufrimiento de Rosario ante el diagnóstico de una enfermedad terminal de su mamá, que finalmente, después de una vida de noventa y un años, la llevó a la siesta sin ruptura. Al intuir la cercanía de la muerte, Rosario comenzó a redactar lo que terminaría siendo Los días de mamá: un retrato familiar, donde la escritora acomoda a su madre en el centro, como pilar y guía de sus hermanos y de su padre. Un retrato en el que se pueden ver varios planos de tiempo y espacio ensamblados, todos, por la  nostalgia. De manera que es posible asomarse a la infancia traviesa de los niños Ramos Salas, a sus veranos en el club social San Isidro y a aquél viaje a Mazatlán cuando  Bartola conoció el mar. Bartola, la sirvienta vomitona de todo el camino, la que dormía desnuda para beneplácito de los chiquillos (hijos de Carmen y Heriberto) quienes de puntitas alcanzaban la ventana para convertirse en mirones. Miradas  que provocaron el despido de aquella “Maja desnuda”.
Rosario nos presenta a una simpática mascota “Chirrios” (como el cereal de moda). “Chirrios”: feo pero galán. El perro sin pedigrí que vivió como todo un don Juan: enamorado, vago y pendenciero, motivo este último causante de innumerables vistas al veterinario. “Chirrios” él que se negó a hacer sus gracias (aprendidas con estricto entrenamiento) en un concurso canino, simplemente, porque no le dio la gana.
        También acudimos a las citas de Rosario con el baile: para exorcizar el dolor y hacer fluir la alegría. En el fondo de la imagen observamos a la joven Carmen (en 1930) viajando en tren con su familia al reencuentro con su padre. De San Buenaventura a Torreón. Y después, a los 20 años de edad, casándose con Heriberto Ramos. Carmen: cantando, leyendo, aprendiendo y criando a nueve hijos. O estudiando Humanidades, a los 60 años, en el Claustro de sor Juana, en la ciudad de México. Notamos  sonrisas, ojos de confusión y el absoluto amor de la autora por su madre y su familia.
En la narración se plasman algunos momentos difíciles entre Rosario y Carmen, pero sobre todo el aliento de amor y sabiduría que Carmen lego a sus hijos. La escritora camina por los últimos días de su madre: la vejez, el lugar del olvido y el dolor. El retorno a la infancia. Vemos a la hija junto a la madre cuidándola como se cuida al recién nacido. Con abrazos y paciencia. En algún momento escuchamos a la niña-madre decir: “¿Tú y yo chocamos, verdad?”. “Mamá, ya no chocamos”, le contesta una Rosario cariñosa. Y es que las mujeres estamos incompletas si no nos reconciliamos con nuestras madres, porque llega un tiempo en que nos confundimos la una con la otra.
        Este libro es un reconocimiento que hace la autora a su mamá. Y digo reconocimiento no sólo como muestra de cariño sino también en el sentido de reconocer que en toda relación hay debilidades, y que en el conjunto desemboca la fortaleza. Finalmente queda la certeza de que los padres hacen todo lo que pueden por sus hijos. Entonces se entiende que aceptar a los padres es aceptar, por fin, al mundo. Es el reencuentro con la esencia.
Los días de mamá es una obra que se lee con suavidad y admiración: Hay que tener templanza para hablar de la madre de una, sin caer en la victimización o en la cursilería. Decir con serenidad que, a veces, se puede estar enojado con quien nos dio la vida, pero poseer la certeza del entrañable amor que se le tiene. Recordar que todos los sentimientos se complementan. Luego, quedarse en paz para decir: “No te preocupes mamá. (…) Cerraremos bien las puertas, no dejaremos abierta la puerta principal”.
Ramos Salas, Rosario. Los días de mamá. Torreón. Amanuense Editorial, 2013.