Si los
candidatos a la presidencia de México siguieran las lecciones que don Quijote
le da a Sancho Panza, cuando éste fue gobernador de la Ínsula Barataria,
seguramente tendríamos un buen presidente. Pero, los consejeros de estos
políticos toman la vía contraria a la que siguió Panza, quien gobernó sólo por
diez días, pero que se tomó muy en serió su papel. Enseguida cito algunas de
las lecciones que le da don Quijote al Sr. gobernador Sancho Panza.
1. 1.-“Primeramente,
¡oh, hijo!, has de temer a Dios; porque en el temerle está la sabiduría, y
siendo sabio no podrás errar en nada.” No sabemos si los candidatos le temen a
Dios o no, lo cierto es que no existe ninguno de ellos que se asuma como ateo.
Incluso Andrés Manuel López Obrador se afilió a un partido cristiano. Antaño los simpatizantes de la izquierda eran atea.
2. 2.- “Lo segundo, has de poner los ojos en quien
eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que
puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte, como la rana que quiso
igualarse con el buey; que si esto haces, vendrá a ser feos pies de la rueda de
tu locura.” ¿Qué tanto se conocen a sí mismo los candidatos? ¿Les ganará la hinchazón del poder y adquirirán lujosas casas
blancas, amarillas, rojas o azules?
3. 3.- “Haz gala,
Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de
labradores; porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte”. Es
importante mantener fresco el origen, pero tampoco hay que extraviar el buen juicio
y llegar al extremo de ufanarse como Jaime Rodríguez “El Bronco” al decir en el
debate: “Mi madre es analfabeta y es mi héroe”. No le dio vergüenza no haberle
enseñado a leer y escribir a su mamá, ¿cómo podría mejorar la educación,
alguien así?
4. 4.- “Procura
descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico, como por entre
los sollozos e importunidades del pobre, cuando pudiere y debiere tener lugar
la equidad, […] Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de
la dádiva, sino con el de la misericordia.” No faltan los apoyos económicos a
los candidatos para solventar las dádivas a los pobres a cambio de su voto. El
que llegue a la presidencia tendrá que pagar los favores del rico, porque los
pobres seguirán sollozando. Así, la vara de la justicia será doblada y no por
misericordia precisamente.
5. 5.- “Al que has
de castigar con obras no trates mal con palabras, pues le basta al desdichado
la pena del suplicio, sin la añadidura de las malas razones.” Sí Andrés Manuel
López Obrador está arriba en las encuestas está demás que pierda su tiempo
tratando de ofender a Ricardo Anaya con eso de “Ricky Riquín Canallín”.
6.
5.-“Mira, Sancho, si tomas por medio a la virtud
y te precias de hacer hechos virtuosos, no hay para qué tener envidia a los que
los tienen príncipes y señores; porque la sangre se hereda, y la virtud se
aquista, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale”. Habla de la
virtud en cuanto a hacer el bien; todos basan su discurso en ello; todos
prometen que bajaran los índices delictivos y de violencia; erradicaran la
corrupción y mejorarán la economía. ¿De qué manera pueden ser virtuosos sin
estrategias viables?
7. 6.- “Si trujeres a tu mujer contigo (porque no es
bien que los que asisten a gobiernos de mucho tiempo estén sin las propias),
enséñala, doctrínala y desbástala de su natural rudeza, porque todo lo que
suele adquirir un gobernador discreto suele perder y derramar una mujer rústica
y tonta.” Hemos visto a todas las posibles Primeras Damas y no son rústicas ni
tontas. Y ya no hay la posibilidad de un Primer Caballero quien le robaba
cámara a la excandidata Zavala.
8. 7.-“Nunca te
guíes por la ley del encaje, que suele tener mucha cabida, con los ignorantes
que presumen de agudos”. Esperemos que el próximo presidente de México, no haga
gala de mucho encaje y que haya leídos más libros de los que ha escrito.Un presidente como Sancho Panza, cuando fue
gobernador de la Ínsula Barataria, sería bueno para nuestro país. Pero,
necesitaría a un Quijote de asesor, qué, siendo loco, era sabio cuando quería.