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Nació en Francisco I. Madero, Dgo. El peor de los pecados es su primer libro de cuentos.Ha recibido el Premio Estatal de Periodismo Cultural “Armando Fuentes Aguirre” en los años 2000 y 2015 y el Premio Estatal de Periodismo de Coahuila, 2016 y 2017. Escribe cuento y ensayo. Es colaboradora regular del periódico El Siglo de Torreón. Su entrevista con Elena Poniatowska fue traducida al griego y publicada en la revista Koralli de Atenas. Ha publicado en diversas revistas nacionales y libros colectivos. Perteneció al taller literario de Saúl Rosales; es médica egresada de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C. y estudió la Maestría en Apreciación y Creación Literaria en Casa Lamm en la Ciudad de México.

sábado, 12 de agosto de 2017

LA TREGUA DE BENEDETTI


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Mario Benedetti (1920-2009) fue un escritor uruguayo que publicó alrededor de ochenta libros;  muchos de sus poemas son conocidos como canciones que, en su mayoría, han sido interpretados por Joan Manuel Serrat. El poema más famoso hecho canción es “Te quiero”: “Si te quiero es porque sos/ mi amor, mi cómplice,  todo./ y en la calle, codo a codo,/ somos mucho más que dos…”
        Su novela La tregua es una historia apasionante que ha sido llevada al cine en dos ocasiones: una versión argentina filmada en 1974 y otra mexicana en 2003. Se trata de una obra escrita a manera de diario, en donde Martín Santomé, el personaje principal, va narrando su día a día durante un año. Santomé es un empleado de oficina, que lleva una vida mediocre; es viudo desde hace veinte años; tiene tres hijos y cuarenta y nueve años. La novela se desarrolla en la ciudad de Montevideo, Uruguay. Y a pesar de que los primeros días descritos son el tedio de la cotidianidad, el narrador tiene la habilidad de dejar en suspenso al lector; esperando saber que pasará el día siguiente.
        Diferentes vertientes de esta historia me parecen destacables. Primero que el personaje de Martín Santomé a los cuarenta y nueve años ya siente que la muerte está cerca; está tramitando su jubilación para dedicarse, lo que le queda de vida, al ocio, pero la vida le ofrece una tregua, y esta le es dada por la presencia de Laura Avellaneda, una muchacha que entra a trabajar a su oficina y que tiene solamente veinticuatro años, la mitad de su edad. La atracción entre ellos se va dando poco a poco, hasta consolidarse. La presencia de la joven le devuelve la imagen de su esposa a la que él estaba imposibilitado para recordar físicamente. Compara los cuerpos de las dos jóvenes y las encuentra igualmente hermosas. Luego, inevitablemente compara el cuerpo de él e Isabel, su esposa muerta, y el de él y Laura, su joven amante. Se siente miserable; fue joven con Isabel y es viejo con Laura: “Desde la calvicie desequilibrada (el lado izquierdo es más desierto); la nariz más ancha, la verruga del cuello, hasta el pecho con islas pelirrojas, el vientre retumbante, los tobillos varicosos, los pies con incurable, deprimente micosis”.  Se reconoce como una caricatura de sí mismo.
        La razón por la que una persona mayor se enamora de una joven, generalmente no necesita explicación; la juventud es atractiva por sí misma. No se cuestiona al viejo sino al joven. En esta novela la relación de una muchacha con un hombre que le dobla la edad no huye de los estereotipos que, en este caso, radican en dos posibilidades: La primera es que las jóvenes buscan a los hombres mayores por interés económico y el segundo es que tienen carencias afectivas de la figura paterna. A la joven le faltó padre. Benedetti se va por la idea freudiana; pues su amante no conoce a su padre biológico y el que cree que es su progenitor es un hombre distante de ella.  Y a pesar de que los amantes son personas libres tienen una relación secreta como si estuvieran cometiendo un delito. Ella le reclama el egoísmo de él en cuanto a la burla que una pareja, dispareja en años, provoca en la sociedad: “Usted no quiere parecer ridículo pero no tiene inconveniente en que yo lo parezca”; ella también se siente ridícula. Llama la atención que Martín Santomé nunca menciona a Laura, su amante, por el nombre propio sino que se refiere a ella por su apellido: Avellaneda, como si no lograra asirla del todo.
        Otro de los tópicos que me parecen sobresalientes es el constante rechazo que manifiesta Martín hacia Santini, un compañero de la oficina que siempre lo acosa con sus confesiones y que le cuestiona sobre si la homosexualidad es algo inmoral o no. Santomé manifiesta el rechazo hacia el empleado porque es homosexual y lo llama, repetidas veces, maricón. Sin embargo, lo interesante está en su reacción al enterarse que su hijo favorito es homosexual, igual que su compañero de trabajo.
        Martín sufre al pensar en lo que le dijo su mejor amigo al confesarle su amorío: “Quiero decir que a mí me parece muy claro todo el problema: lo que te pasa es que tenés miedo que dentro de diez años ella te ponga cuernos”. Sí, él tiene miedo, celos de todos los hombres que se le acercan a Laura y más cuando ella ríe. Tiene temor de que ella exija tener hijos, pues él no desea tener más. No obstante ninguno de sus miedos llegan a realizarse; el final es por demás sorpresivo. La Tregua de Mario Benedetti es una novela para leerse sin interrupciones.