En
la literatura hay varias novelas donde
el tema es la pederastia, desde luego en éstas no se menciona la palabra ni
siquiera están escritos para que el lector tenga conciencia que son historias
donde el amor se usa como arma para legitimar el daño a un menor de edad. Aunque,
el arte per se no tiene moral, pero
es imposible que el lector no tenga un juicio moral sobre la conducta de los
personajes.
Sin duda, Muerte en Venecia del alemán Thomas Mann es una de las novelas más
fascinantes que he leído. Allì, el protagonista Gustav von Aschenibach, un homosexual
en la sexta década de la vida, decide irse a Venecia, a pasar una depresión
emocional, allí, se enamora de Tadzio un hermoso adolescente polaco. La novela
resulta entrañable por las descripciones de paisajes venecianos y por los
diálogos internos y tormentosos del protagonista, quien se pasa todo el tiempo
observando al adonis al que sólo logra dirigirle un saludo. Jamás se atreve a
acercársele. Este libro es un homenaje a Platón, a la sensualidad y a la
belleza en todos sentidos.
Otra obra de pederastia es Memoria de mis putas tristes del
colombiano Gabriel García Márquez, en la que a un viejo decide: “El
año de mis noventa años quise regalarme una noche de amor con una adolescente
virgen.” Según la novela este viejillo que se las da chico superpoderoso,
se enamora de la niña. Sin embargo, a lo más que llega es a dormir con ella sin
llegar a tener sexo. La diferencia de los protagonistas en Muerte en Venecia y Memoria
de mis putas tristes, es, además de la orientación sexual, que en la
primera el hombre se siente patético y acabado a la mediana edad, en cambio el
personaje de García Márquez se siente lleno de vigor y optimista. Me cae mejor
el personaje de Mann porque no es superfluo, en cambio el carcamán del de
Macondo es bastante pretensioso.
Quizá una de las obras más conocida
donde el protagonista se enamora de una menor de edad sea Lolita del ruso Vladimir Nabokov. La narración en este caso es
totalmente diferente: un hombre cincuentón Humbert, se enamora de su hijastra adolescente, con la
que consume su amor una vez muerta la madre de ésta. Sin embargo, aquí la
jovencita es descrita como muy amalditada por lo que se pasa la vida burlándose,
aprovechándose y haciendo sufrir a su enamorado, al que abandona para casarse
con un joven.
En México, y en la vida real, hemos
tenido a pederastas “ilustres” como el empresario, ahora preso, Succar Kuri y el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial
Maciel. Ahora tras la renuncia del Papa Benedicto XVI han surgido
diferentes versiones del porqué de su retiro. Algunos aseguran que fue después
de que se dio un golpe en la cabeza en su viaje a México, otros que era porque
se sentía simplemente cansado y otros más que tenía que ver con información que
le fue robada por su mayordomo. La verdad nunca la sabremos. Lo cierto es que ya
vimos que la salud de un Papa no es impedimento para que ejerza su mandato, recordemos
las condiciones físicas lamentables en las que hacia sus apariciones Juan Pablo
II.
De cualquier manera, la renuncia del
Papa Benedicto XVI vuelve a mover las historias de pederastia que se han encubierto
desde el Vaticano. El mismo día de la renuncia del Papa
el abogado Jeff Andreson, de Estados Unidos, que lleva los casos de cientos de
víctimas de pederastia, por parte de sacerdotes católicos, amenazó con demandar
a Joseph Raztinger ante cortes de EU y La Haya por violación a derechos
humanos. Y se asegura también que: “Expertos internacionales han afirmado que
la renuncia de Benedicto XVI es producto de los abusos sexuales de sacerdotes
católicos en todo el mundo, incluyendo a mexicanos, y también por casos de
corrupción financiera dentro del propio Vaticano.” Como se ha publicado en el periódico El Informador de Guadalajara, Jal. Desde luego no sabremos cuánto
procedan tales demandas pero lo cierto que la iglesia católica no termina con
el lado oscuro de los abusos sexuales hacía los niños.
Uno de los peores crímenes en contra de los niños es el abuso
sexual.