La tuberculosis pulmonar se describe en la novela La
dama de las camelias. El francés, Alejandro Dumas, hijo (1824-1895)
detalla, en esta historia, la evolución natural, los signos y síntomas de esta infección.
Asimismo, es posible corroborar los tratamientos utilizados en aquella época.
La tuberculosis no tenía cura efectiva. Fue en los años veinte del siglo pasado
cuando se descubrió la vacuna antituberculosa y los antibióticos específicos
para tratarla.
La protagonista, siempre lleva
consigo una camelia. Joven y hermosa y prostituta; Margarita Gautier recorre
París con aires de inocencia y orgullo. Parece portar con arrogancia su oficio.
Dumas dice que es porque: “todavía se encontraba en la virginidad del vicio”.
La dama de las camelias renta caro su cuerpo bello y enfermo. Padece una
dolencia del pecho: la tuberculosis, única herencia de su madre. Margarita
capaz de apaciguar el calor de otros, no puede bajar su fiebre con nada; la temperatura
de su cuerpo aumenta por las tardes y por noches le viene con sudoración
profusa. Va a muchas reuniones sociales, pero cuando le asaltan los accesos de
tos con sangre (hemoptsis) se esconde donde nadie la ve.
Una historia basada en la vida de
Maríe Duplessis, fue amante del autor. La mujer extraviada, la perdida, La
traviata como le dice Verdi en la ópera, (aunque allí se llame
Violeta). Se hizo culta. Tocaba el piano
y leía novelas. Entre la literatura que frecuentaba estaba Manon Lescaut
(dos veces hecha ópera: por Massenet y por Puccini) escrita por el Abate
Prévost . Manon y Margarita misma debilidad, mismo oficio, Manon muerta en el
desierto, Margarita muerta en su cama, con el alma desierta.
Margarita
la que siempre come dulces, pero que cada día pierde peso. Tan delgada,
encantadora, y a veces, adorable “con ese extraño rubor rosado que les brota en
las mejillas a los tísicos”. Aunque algún tiempo parecía que se recuperaría.
Cuando va al campo con Armando Duval el único al que realmente amó. Allí se le
ve tan saludable, toma aire puro y se expone al sol. Cosa lógica su mejoría,
pues el bacilo de Koch, -bacteria
responsable de la enfermedad- es sensible a los rayos solares. Es una pena que
la felicidad dure tan poco. Armando y Margarita terminan separándose. Porque
una pasión así trae desventura. Se aman pero se ofenden. La ofensa reafirma la
pasión. “Haz como los demás: págame y que no se hablé más”, ella lo castiga.
Armando sabe que el desquite es insuperable cuando se utilizan las mismas armas
del “enemigo” y al ardor de los celos le envía un sobre con dinero: “Se ha
marchado tan aprisa esta mañana que se me olvidó pagarla. Ahí tiene el precio
de su noche”. Así, las circunstancias los obligan a la ruptura. “Pasé al estado del cuerpo sin alma, de cosa sin pensamiento”
murmura Margarita. Y de nuevo la cortesana se avienta al vicio, al vino,
al desorden. No come, se desvela y muere.
En esta obra es posible apreciar la barbarie en los
tratamientos médicos de siglos pasados. Un ejemplo, es la utilización de las
sangrías en los tuberculosos, a pesar de
que en estos casos debieron estar contraindicadas. Ya que la tuberculosis
avanzada provoca anemia al paciente; la enfermedad se agrava con las sangrías.
Alejandro Dumas, hijo escribió La
dama de las camelias a los veintitrés años de edad (1847). Una de las obras
más conocidas de la literatura universal. Narrada en primera persona. El
relator va cediendo la voz a los protagonistas. El tema principal es el amor
entre dos jóvenes, la tragedia se da por la muerte, pero el drama resulta del
oficio de ella: la prostitución, sin embargo este vocablo no se menciona en la
novela, al igual que la palabra sexo. Una muestra más de que el pudor está más
presente en las palabras que en los hechos. El recato de Dumas se palpa también
cuando habla de la dama que llevaba camelias blancas veinticinco días del mes y
camelias rojas los cinco días restantes, en alusión al ciclo menstrual. El
autor no explica de que se trata: “nadie ha sabido la razón de esa diversidad
de colores que señalo sin poder explicar...” Aunque existe una escena entre los
amantes donde lo sugiere. La dama de
las camelias, una novela apasionante.
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