Hace
casi dos meses se dio la noticia de que por primera vez se
había legalizado la marihuana con fines recreativos en Colorado y Washington (Estados
Unidos) y que ya no sería necesaria la prescripción médica como lo es en
California, Distrito de Columbia, Rhode Island, Nueva Jersey, Maine y otros. Por
ello, en nuestro país surgieron voces contradictorias: la mayoría de los
comunicadores están a favor de la legalización, mientras que los legisladores
dividen opiniones. Aparentemente la razón principal para legalizarla en México sería
desaparecer la criminalidad que se asocia a esta droga. Pero, ¿cuánto realmente
disminuiría los crímenes al hacerla legal? Recordemos que en Estados Unidos
casi no existen asesinatos por el combate a las drogas. Seremos testigos de los
beneficios y perjuicios de la legalización. Por lo pronto, el turismo en esos
estados, seguramente aumentará. Sabremos cómo van a controlar el consumo y si
usarán marihuanómetros.
La
marihuana (cannabis o cáñamo) es la droga ilegal más consumida en el mundo.
Ésta
es una planta milenaria que en sus efectos benéficos tiene la relajación e
intensificación de los sentidos, es antiemético (quita las náuseas) y
analgésico Existen estudios que demuestran que su abuso puede provocar incontinencia
fecal, conjuntivitis fatiga, dolores musculares, dificultades en el habla, esterilidad,
favorece la obesidad, la despersonalización, el trastorno bipolar y la esquizofrenia.
Quienes están a favor de esta droga generalmente basan su defensa en la experiencia
personal, citan a grandes personalidades que la han utilizado y exponen datos
curiosos como que la bandera estadounidense y los papeles de la primera declaración
de Independencia fueron hechos con fibra de cáñamo. También que en cirugía se
utiliza como sutura y que la resistencia del billete verde le viene por estar
hecho de esta planta. (La cannabis sativa
y la cannabis indica tienen usos
legales no sólo en cirugía sino en la industria textil y farmacéutica. Los
plantíos para fines textiles son de la variedad sativa que tiene muy poco principio sicoactivo: Delta 9 tetrahidro
canabinol o THC).
Uno
de los grandes defensores de la marihuana fue el astrónomo Carls Sagan. Un
artículo de él escrito bajo el seudónimo de “Mr. X” fue publicado en 1971 en un
libro titulado Marihuana Reconsidered,
en este texto habla de las ventajas que, como investigador, obtuvo al humo de
un “porro” y asegura que la marihuana le regaló una percepción mejorada de la
vida. Cualquiera que lea el artículo de Sagan creerá que consumir marihuana
únicamente le traerá beneficios. Sin embargo, la experiencia personal, aunque
se trate de genialidades, no es importante para tomar decisiones al momento de
legislar. Lo relevante proviene de las estadísticas, de estudios serios sobre
las sustancias, y si bien conocemos historias felices y creativas en el uso de
sicoactivos, en la mayoría de éstas no se trata del desarrollo de genios, pues “Si
natura non da, marihuana, LSD, cocaína, anfetaminas, opiáceos... non prestan” y
lo poco que se tiene lo pueden quitar. Aunque sabemos que el padre del
sicoanálisis, Sigmud Freud, era adicto a la cocaína; Bill Gates, Steven Job y
Aldos Huxley consumieron ocasionalmente LSD y que los Beatles probaron varias
drogas. Estos son algunos casos felices en el consumo de drogas. Pero la
mayoría de las noticias que nos llegan son de tabiques nasales, familias, carreras
y empleos destruidos, de hemorragias cerebrales y arritmias, de muertes por
sobredosis, de “malos viajes” terminados en tragedia.
Aunque
es cierto que la cannabis no ha provocado muertes directas en sus consumidores,
indirectamente le debemos demasiadas hemorragias. El humo del amor y paz
se vuelve dañino por la lucha de plaza. De acuerdo a eso la marihuana debería
ser legal. Pero, desgraciadamente en México aún no tenemos la educación ni las bases
para que los capos se vuelvan empresarios respetables como se considera a un
productor de tequila o de tabaco. Pronto sabremos si en Estados Unidos habrá
campañas de “si se marihuanea no maneje”.