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Nació en Francisco I. Madero, Dgo. El peor de los pecados es su primer libro de cuentos.Ha recibido el Premio Estatal de Periodismo Cultural “Armando Fuentes Aguirre” en los años 2000 y 2015 y el Premio Estatal de Periodismo de Coahuila, 2016 y 2017. Escribe cuento y ensayo. Es colaboradora regular del periódico El Siglo de Torreón. Su entrevista con Elena Poniatowska fue traducida al griego y publicada en la revista Koralli de Atenas. Ha publicado en diversas revistas nacionales y libros colectivos. Perteneció al taller literario de Saúl Rosales; es médica egresada de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C. y estudió la Maestría en Apreciación y Creación Literaria en Casa Lamm en la Ciudad de México.

miércoles, 13 de mayo de 2020

DON BENITO Y DON ANDRÉS (1ª. de tres partes)

EN EL SIGLO DE TORREÓN DON BENITO Y DON ANDRÉS

SIGNO DE FRANK
El presidente Andrés Manuel López Obrador se ha declarado juarista, tanto, que decidió vivir en Palacio Nacional, lugar donde despachó don Benito Juárez García, hasta el momento de su muerte en 1872, cuatro años antes de terminar su último mandato presidencial. Ambos personajes de la historia de México, tienen coincidencias y, naturalmente, muchas diferencias, en especial en la forma de gobernar. Compararé tres temas entre ellos: el primero serán sus enfermedades; el segundo la conducta religiosa; y el tercero, las decisiones de gobierno hacia la mujer, ¿qué tan feminista fue don Benito y cuánto lo es AMLO?
En este primer artículo me ocuparé de las coincidencias en las enfermedades de estos dos mandatarios. Benito Juárez García (1806-1872), sufría de diabetes, hipertensión, cardiopatía isquémica y sobrepeso. Las tres últimas condiciones las padece el presidente López Obrador (1953). Él ha dicho que es hipertenso y su cardiopatía es del dominio público, ya que distintos medios publicaron que sufrió un infarto al miocardio el 3 de noviembre de 2013 por lo que le hicieron una angioplastia con la colocación de un stent. Afortunadamente, a diferencia de Juárez, el actual presidente cuenta con medicamentos efectivos para la hipertensión y la isquemia cardiaca. Precisamente el amlodipino, que él toma, es un fármaco que mejora la circulación arterial sistémica y del corazón. En los tiempos de don Benito no existían medicamentos ni cirugías efectivas, sólo medios físicos que consistían en aplicar calor en el pecho para lograr vasodilatación. Está documentado, por las notas de su médico, Dr. Ignacio Alvarado, que el oaxaqueño murió con graves quemaduras en el pecho por el agua hirviendo que se le aplicaba. “Su diagnóstico fue que se trataba de una “angina de pecho” que se presentó con una serie de ataques sucesivos que le ocasionaban opresión en el corazón, dolores intensos e imposibilidad para respirar. Muy comentado ha sido también el brutal remedio que aplicó en el enfermo: agua hirviendo directamente en la región del corazón, logrando que éste volviera a latir por unas horas. Vino otro ataque más largo y de vuelta el agua que le dejó vivas ampollas sobre la piel”. Como se registra en el libro Muerte y vida eterna de Benito Juárez de María del Carmen Vázquez Mantecón. Juárez murió a los 66 años de un infarto al miocardio que en su tiempo le llamaban “Neurosis del gran simpático”. 
Como apunté, Juárez era diabético y aunque algunos columnistas han dicho que el actual presidente sufre de esta enfermedad, no hay información bien sustentada que lo corrobore. No lo sabemos. Las personas diabéticas, hipertensas y con altos niveles de colesterol en la sangre (hipercolesterolemia) tienen más riesgo de sufrir infartos. En el presidente López Obrador podemos observar un signo característico de hipercolesterolemia, se trata del llamado signo de Frank que consiste en una hendidura (o pliegue) que se forma en el lóbulo de la oreja. Esto se observa en muchos personajes de la historia; de allí que podamos deducir que tenían el colesterol alterado; por ejemplo, Adriano (Roma, 76-138 d. C.) las esculturas de él aparecen con este signo. El emperador Adriano murió de insuficiencia cardiaca, enfermedad que describe muy bien Marguerite Yourcenar en su novela Memorias de Adriano: “Hermógenes acabó por diagnosticar un comienzo de hidropesía del corazón; fue preciso aceptar las consignas que me imponía el mal, convertido de pronto en mi amo…” No hay retratos de don Benito en dónde se pueda señalar el signo de Frank, faltaría revisar las esculturas de su tiempo.
Juárez García, también tuvo que lidiar con una epidemia mientras era gobernador de Oaxaca en 1850. En esos años se presentó una epidemia de cólera, enfermedad por la que murió su hija Guadalupe de 11 años. El cólera es un padecimiento infeccioso provocado por la bacteria Vibrio cholerae. Hoy en día, las infecciones bacterianas son más fáciles de combatir por la existencia de antibióticos y porque son, digamos, más predecibles. En cambio, los virus son más misteriosos. Actualmente, AMLO enfrenta muchos retos con la pandemia de la Covid-19, no solo porque México tiene un sistema de salud muy deficiente sino porque él mismo tiene varios factores de riesgo que lo vuelven vulnerable ante el virus Sars Cov-2. El presidente tendrá que extremar precauciones en cuanto a su salud.