Aunque nadie lo ha bautizado así, a
veces pareciera que estamos en estado de sitio, desde luego es un título muy
delicado y ya que éste se denomina cuando una situación es considerada como un
estado de guerra pero que es declarado formalmente por el Presidente y avalado
por el congreso de un país: “El estado de sitio representa un concepto
equivalente al estado de guerra, y por ello se dan a las fuerzas armadas
facultades preponderantes para los actos de represión. Durante el 'estado de
sitio' quedan en suspenso las garantías constitucionales…”. En México, y principalmente
en Torreón, no se ha dicho que estemos en un estado de sitio pero tenemos
razones para estarlo. Hemos perdido las garantías constitucionales, la
impunidad es lo que impera. Y aunque se trata de una guerra entre bandos de
narcotráfico estamos francamente afectados. Ya todo es posible.
La palabra sitiar tiene dos
conceptos de diccionario, una: “Cercar, asediar una plaza o una fortaleza para
apoderarse de ella” y la otra “Cercar a uno cerrándole todas las salidas para
atraparle u obligarle a ceder”. Nosotros vivimos ambas, pero a la vez los
habitantes comunes también tratamos de ponernos a salvo de quienes están
haciendo la guerra. Sin embargo lo que el ciudadano ordinario hace resulta ser inocente
frente a una problemática tan compleja. Por ejemplo, el hecho de cerrar algunos
accesos a las colonias. ¿Qué es lo que se pretende con esta medida? ¿Detener a los
ladrones de casas y coches, o a los secuestradores y a los asesinos? Es muy
difícil que una barda los detenga, pues hay otros caminos que pueden seguir. En
las colonias cerradas esto generalmente funciona pero en las que son abiertas
no. Creo que es imposible, además en consecuencia se altera aún más el problema
de tráfico vehicular. Cerrar calles parece no ser la solución.
Será que somos tan ingenuos que
pensamos que los maleantes se encuentran únicamente en las colonias populares.
Los jefes viven mejor que los empleados y buscan habitar zonas de mayor confort
y que tengan un poco (sólo un poco) menos baches. Recordemos que más de una vez
se han dado tiroteos en casas de delincuentes que viven en las colonias
residenciales. Entonces, para qué las bardas en las calles, si nuestro vecino
puede ser un criminal. Agreguemos a eso que los mismas accesos clausurados
complican el transporte de las autoridades en casos de emergencia y lo mismo sucede
con las urgencias médicas porque hay que hacer recorridos más largos. Obstruir
calles está muy lejos de solucionar el problema de inseguridad, en cambio
aumenta la agresividad en la convivencia. Se reconoce como un acto desesperado
pero no por ser desesperado significa que sea efectivo. Imaginen que todas las
colonias decidan cerrar calles, el caos que representa para los habitantes de
las mismas y para lo que necesitan pasar por allí.
No cabe duda que Torreón está
viviendo uno de sus peores momentos de inseguridad. Hace días observaba cómo
muchos cruceros de la ciudad cuentan con cámaras de vigilancia, pero me percate
que son muy pocas las que afocan a la calle, la mayoría están dirigidas al cielo.
Tal vez buscan contar las nubes, los
pajaritos, pretenden descubrir un nuevo planeta o gravar de noche cuando caiga
una estrella fugaz. Otra medida inútil.
La mayoría (priista o no) esperaba
un cambio en la guerra contra el narcotráfico al entrar el nuevo gobierno
peñista, pero aquí en Torreón, lejos de mejorar cada día empeora.