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Nació en Francisco I. Madero, Dgo. El peor de los pecados es su primer libro de cuentos.Ha recibido el Premio Estatal de Periodismo Cultural “Armando Fuentes Aguirre” en los años 2000 y 2015 y el Premio Estatal de Periodismo de Coahuila, 2016 y 2017. Escribe cuento y ensayo. Es colaboradora regular del periódico El Siglo de Torreón. Su entrevista con Elena Poniatowska fue traducida al griego y publicada en la revista Koralli de Atenas. Ha publicado en diversas revistas nacionales y libros colectivos. Perteneció al taller literario de Saúl Rosales; es médica egresada de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C. y estudió la Maestría en Apreciación y Creación Literaria en Casa Lamm en la Ciudad de México.

sábado, 16 de agosto de 2014

EL VIEJO VIAJE DE MANUEL PEREIRA

Un viejo viaje, novela del escritor cubano Manuel Pereira, describe la vida del pintor Lucio Gaitán, funcionario cubano que durante, aproximadamente, tres horas sufre el dilema de regresar a su patria (Cuba) o quedarse en España; “ser o no ser…” La historia inicia cuando el pintor llega al aeropuerto de Barajas, en Madrid, y termina cuando el avión (retrasado), despega hacía lo que el autor considera un zoológico, establecido por el “zoocialismo” cubano.
Para el narrador (una tercera persona, mimetizada con el protagonista) hablar de países comunistas es hablar de grandes zoológicos en los que existe un dueño y cuidadores de jaulas que vigilan que ningún animal escape. A cambio, el enjaulado, recibirá su ración diaria de alimento de mala calidad; “la proletarización de las especies”, dice el autor. Un hombre nuevo viviendo “una indigencia planificada”. Individuo, que, de acuerdo a las reglas oficiales no deberá viajar fuera del zoológico ni estar expuesto a la cultura capitalista. La utopía que lo mismo censura a Los Beatles que a Einstein y donde los “zoodadanos” están obligados a vigilarse unos a otros.
Lucio Gaitán no quiere regresar a esa “rencorosa noción de igualdad”, a aquel lugar de la envidia. La envidia, “el único pecado que no produce placer”. Desea quedarse en un país capitalista, en la jungla, donde estará en libertad. Pero, ¿podrá un animal de cautiverio, sobrevivir en la selva?, ¿podrá conseguir su propio alimento? ¿Podrá sobrevivir a la nostalgia? Porque, finalmente, cuando se vive dentro de Cuba, la fantasía está en otro sitio, pero en el destierro se sueña con la patria hasta el último suspiro. Cuba se vuelve condena. De todas formas, nunca se escapa por completo de la isla.
        Esta novela es una crítica al régimen de Fidel Castro, pero no de manera radical sino que el autor manifiesta sus dudas, sobre si es posible vivir con decoro siendo expatriado, valora lo bueno que tiene en la isla, el amor hacia su familia, y especialmente a su madre, a la que sabe, no podrá ver más, una vez que haya sido nombrado traidor a la patria o “gusano”. Una decisión difícil porque está consciente que: “Aunque la chinche permanezca semanas enteras en la butaca del cine, no significa que le guste la película que están proyectando”; ansía su libertad pero no desea perder a quienes ama.
Pereira, hace un recuento de los que han dejado el país, unos en balsa, otros pidiendo asilo en alguna embajada del país al que viajaron, ya sea difundiendo la cultura o como deportistas. Otros que lograron “escapar por vía vaginal o penal”, es decir, casándose con una mujer u hombre extranjeros. Cuenta historias de personas que perdieron la vida en la búsqueda de la libertad, tantos balseros muertos, ahogados o insolados. Por eso, es comprensible que muchos cubanos desarrollen el gusto por las cadenas, por la jaula.
Manuel Pereira, asegura que en el comunismo impera el ocio, ya que los ciudadanos no se esfuerzan por trabajar, ¿para qué? Si no tienen posibilidades de comprar algunas comodidades, de todas formas recibirá los mismos sueldos y no tendrán posibilidades de mejorar: “De ahí que les sobrara tiempo para dedicarse a los placeres del sexo en lo que quizá fuera el único aliciente del Zoo. (…) Siendo, además lo único que no estaba racionado por el Estado. La lujuria generaba un remedo de libertad”.
Lucio, el protagonista, deja ver la confusión que le provocan los “amigos de la revolución, o de Cuba”, esos “comunistas comedores de caviar”. La mente escindida de los que piensan como Marx pero viven como Rockefeller, ésos, que no soportarían ni un día viviendo como el cubano común. Sin embargo, hacen visitas al Comandante y son recibidos de la mejor manera. En parte también porque Cuba es otro paraíso fiscal.  
En Un viejo viaje se hacen alusiones quijotescas como el personaje del “Verde Gabán”, un hombre que vigila a Lucio en el aeropuerto; “La ínsula barataria” para referirse a cuba; el licenciado Vidriera, un extraño personaje germofóbico, que saluda con los codos para que no le contaminen con bacterias. También hay menciones de otros autores como Milan Kundera o George Orwell.
Manuel Pereira es un escritor muy prolífico ha escrito: cuento, novela, poesía y ensayo. Sus más recientes obras (publicadas por Textofilia) son Un viejo viaje (novela) Mataperros (Cuentos) y El ornitorrinco y otros ensayos (ensayo) Fue discípulo y amigo de José Lezama Lima, amigo también de Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Alejo Carpentier y Eliseo Alberto, sólo por mencionar a algunos personajes relevantes con los que él ha convivido.    
Pereira, Manuel. Un viejo viaje, Editorial Textofilia. 2010. Ciudad de México.