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Nació en Francisco I. Madero, Dgo. El peor de los pecados es su primer libro de cuentos.Ha recibido el Premio Estatal de Periodismo Cultural “Armando Fuentes Aguirre” en los años 2000 y 2015 y el Premio Estatal de Periodismo de Coahuila, 2016 y 2017. Escribe cuento y ensayo. Es colaboradora regular del periódico El Siglo de Torreón. Su entrevista con Elena Poniatowska fue traducida al griego y publicada en la revista Koralli de Atenas. Ha publicado en diversas revistas nacionales y libros colectivos. Perteneció al taller literario de Saúl Rosales; es médica egresada de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C. y estudió la Maestría en Apreciación y Creación Literaria en Casa Lamm en la Ciudad de México.

sábado, 20 de diciembre de 2014

LA CAMERATA DE COAHUILA, 20 AÑOS DESPUÉS


El 1 de enero de 1994, México comenzaba a dar fuertes muestras de descomposición social y el levantamiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) era una muestra de ello. Además, en marzo los mexicanos nos estremecimos con el asesinato del candidato a la presidencia de la republica del PRI: Luis Donaldo Colosio. En ese mismo año la Camerata de Coahuila surgió como una prueba de que aún en tiempos difíciles el arte se abre paso para contradecir la barbarie. De manera que ni el posicionamiento del narcotráfico como poder ni la inseguridad ni la impunidad, en estas dos décadas, han detenido la evolución de la organización artística más importante de Coahuila.
Durante más de 20 años la Camerata ha sido la columna de la que se han desprendido otras organizaciones musicales que, de alguna u otra manera, se alimentan entre sí. Los conciertos de esta orquesta son parte de la vida de muchos laguneros. Sin duda la cultura de la música clásica en la región ha ido en aumento, y hoy en día, el público es más educado y conocedor.
No sabemos cuánto logra el arte mejorar una sociedad; no lo podemos cuantificar. Pero sin duda quienes acudimos a escuchar esta orquesta no concebimos la vida cultural de nuestra ciudad sin los viernes de concierto. Hemos sido testigos del crecimiento de la Camerata de Coahuila, sabemos el gran trabajo que su patronato y su director, el maestro Ramón Shade, han hecho. Reconocemos el esfuerzo que se ha necesitado para lograr mantenerla como una orquesta de gran calidad interpretativa, que representa muy bien, no sólo nuestra región sino el país.  
Por lo anterior, me dio mucho gusto que el escritor Saúl Rosales, convocado por el maestro Ramón Shade, me haya invitado a colaborar en la realización del libro conmemorativo del 20 aniversario de la Camerata de Coahuila, junto con Mussy Urow, Cristina Matouk, María Estela Morales, Rosa Gámez y Antonio Méndez Vigatá, nosotros realizamos la parte escrita de un libro que pronto saldrá publicado. Yo fui la encargada de recoger los testimonios de algunos de los solistas que han compartido su arte con la orquesta. En seguida cito parte de las palabras de destacados músicos, que han sido ayudado al desarrollo de la Camerata: El tenor Ramón Vargas, el pianista Jorge Federico Osorio, el compositor y director Manuel de Elías, así como el cellista Carlos Prieto.
“La Camerata se ha distinguido, desde sus inicios, primordialmente por su calidad, entusiasmo y entrega. Sin duda, la labor de esta orquesta ha contribuido de manera importante al enriquecimiento de la vida cultural de nuestro país.” Jorge Federico Osorio (pianista).
Es un privilegio tener una agrupación de esta categoría que representa, con mucha dignidad, lo que en México se puede lograr con inteligencia, empeño y talento.” Ramón Vargas (tenor).
“La Camerata de Coahuila, se ha constituido como una verdadera familia artística compuesta por músicos de alto nivel profesional, en donde existe el reconocimiento y la solidaridad entre todos sus elementos. Ello ha conformado una base de una gran solidez para su existencia.” Manuel de Elías (compositor y director“.
“En ocasión del vigésimo aniversario de la Camerata de Coahuila, envío mi más cordial felicitación a su director, mi admirado amigo Ramón Shade, y a cada uno de sus integrantes, por la extraordinaria labor que han llevado a cabo a lo largo de todos estos años. He tenido la alegría de tocar en numerosas ocasiones con la Camerata de Coahuila y de comprobar su excelente nivel, fruto del intenso trabajo que en todos los niveles han realizado su director Ramón Shade, músicos, empleados y patronato. La Camerata de Coahuila ha sabido sortear dificultades de muy diversos tipos a lo largo de su historia y se ha convertido en una orquesta ejemplar.” Carlos Prieto (cellista).

El libro que festeja los 20 años de la Camerata de Coahuila, pronto saldrá publicado y esperamos sea un digno homenaje para nuestra orquesta.

sábado, 6 de diciembre de 2014

LA DICTADURA DE ESTRADA


En agosto de 1990 se realizó el “Encuentro Vuelta: La experiencia de la libertad”. En esa ocasión se reunieron 40 intelectuales de todo el mundo; vinieron a México a discutir la problemática mundial en temas políticos, económicos, religiosos… Los debates fueron televisados por Televisa y fue allí cuando Mario Vargas Llosa bautizó al régimen priista cómo “la dictadura perfecta”, aludiendo al hecho de que, durante décadas, México había sido gobernado por un partido absolutista que sólo cambiaba la persona en la figura del presidente, lo que significaba que México vivía: “el mismo infierno con diferente diablo”. Aquélla vez lo dicho por el premio Nobel causó mucho revuelo, tanto, que se hablaba de la posibilidad de que Carlos Salinas, entonces presidente de México, le aplicara el artículo 33 constitucional, que se refiere al derecho del presidente de expulsar a cualquier extranjero que se inmiscuya en asuntos políticos del país.
            Veinticuatro años después, la frase de Vargas Llosa se estrena como película. La dictadura perfecta de Luis Estrada es una sátira política que, a partir de una idea salida de los foros de Televisa, exhibe a la televisora como uno de los principales operadores de la corrupción mexicana, que manipula a la población, a tal grado, que es capaz de decidir quién debe vivir en Los Pinos. El filme ha tenido mucho éxito, en parte esto se debe a que se estrenó veinte días después de la desaparición de 43 jóvenes estudiantes normalista de Ayotzinapa, Guerrero; un momento doloroso e indignante que ha sacudido a la sociedad mexicana y que ha desnudado, una vez más, la infiltración de la delincuencia en los círculos del gobierno.
            En La dictadura perfecta las acciones de los personajes están sustentadas, en parte, en los prejuicios e información que el espectador tiene, más que en el argumento del escritor. Alguien que no esté familiarizado con nuestra historia reciente verá una trama disparatada y grotesca. Desde luego, se trata de una parodia y lo grotesco forma parte de su naturaleza, pero, en este caso, la historia no se cuenta sola.
Esta película hace collages de personajes de la vida noticiosa y política del país. Allí se unen las dos televisoras principales del país en un logo que incluye los colores de ambas y toman algunos rasgos de sus principales periodistas. Saúl Lisazo en el papel de Javier Pérez Harris, conductor del noticiero principal, representa a Javier de la Torre y a Joaquín López-Doriga, aunque los ademanes y frases son de López-Dóriga. En el caso del Sergio Mayer, caracteriza al presidente Enrique Peña Nieto, pero casi todas sus palabras son de Vicente Fox. Damián Alcázar interpreta a Carmelo Vargas, un gobernador corrupto y asesino que trae a la memoria a René Bejarano recibiendo dinero, al gober precioso en su lascivia, a Humberto Moreira por el endeudamiento de un estado. Poncho Herrera en el papel de reportero caricaturiza a Carlos Loret y Joaquín Cosío representa a la izquierda en un personaje al que llaman “El Mesías” (en alusión a López Obrador), un hombre con ideales pero no con principio, ya que compra información obtenida de manera inmoral para atacar a sus enemigos.
Vemos mezcolanzas de historias como el caso Paulette, Florence Cassez; de narcotraficantes, políticos y periodistas que se desdibujan en la historia. No obstante es franco el ataque a Televisa, por eso sorprende que Estrada haya solicitado apoyo económico a esta empresa para su film; o se trata de un acto de cinismo o no estaba completamente consciente del sentido de su película. Raro también que al inicio le ofrecieron el apoyo y después se lo negaran. Seguramente leyeron el guion.

Este tipo de películas deberían ser más para llorar que para reír. El único consuelo que deja es que en un país bajo dictadura, no sólo no exhibiría sino que a nadie se le hubiera ocurrido filmarla.

domingo, 23 de noviembre de 2014

UN SIGLO REVUELTIANO

El siguiente texto es un fragmento de un ensayo que el maestro Jaime Muñoz, me invitó a escribir con el motivo del centenario del natalicio del escritor durangueño José Revueltas:
1914, fue el año en que comenzó la Primera Guerra Mundial y el mismo que dio a luz a grandes escritores. En México fueron cuatro: Octavio Paz, poeta y ensayista (Cd. de México, 1914-1980. Premio Nobel de Literatura, 1990); Efraín Huerta, poeta (Silao, Gto. 1914 - Cd. de México, 1982); María del Carmen Millán, narradora (Teziutlán, Puebla, 1914 - Cd. de México, 1982. Millán, fue la primera mujer que se integró, como miembro de número, a la Academia Mexicana de la Lengua) y, José Revueltas (Durango, 1914- Cd. de México, 1976).
José Revueltas, llevaba en el apellido y en su cumpleaños (20 de noviembre) la rebeldía como destino; fue cubierto por el polvo resultado del estallido de la Revolución Mexicana y de la Primera Guerra Mundial. Provenía de una familia de artistas. Recordemos a sus hermanos: Silvestre, músico; Fermín, pintor estridentista y Rosaura, actriz, bailarina y escritora. Pareciera que los Revueltas hubieran sido moldeados por una sensibilidad creadora. 
            La vida y obra de José Revueltas, está muy bien sintetizada en el libro de ensayos de Carlos Monsiváis: Escribir, por ejemplo. Allí, el autor le dedica un capítulo titulado: “José Revueltas: Crónica de una vida militante”. Leyendo esa crónica no quedan dudas sobre los rasgos más sobresalientes de la personalidad de este duranguense. Por ejemplo, que fue un comunista e idealista inquebrantable, aunque le decepcionaron Stalin y otros del Partido Comunista Mexicano, por lo que fue expulsado de éste. También, deja clao que siempre fue perseguido por el Gobierno y que fue la causa de que, en cuatro ocasiones, su domicilio particular haya sido la cárcel: La primera, a los 16 años, vivió durante seis meses en la Correccional de Menores del DF, acusado de rebelión, sedición y motín; dos veces estuvo en las Islas Marías: una estancia de cuatro meses en 1932 y otra de diez meses, de mayo del 1934 a febrero de 1935. Y la última aprehensión, cuando fue acusado de ser el ideólogo del movimiento estudiantil del 68, esta vez permaneció dos años y medio en, irónicamente, el llamado “Palacio de Lecumberri”, una de las cárceles más brutales de México, ahora convertida en Archivo General de la Nación. (Aunque popularmente la falsedad de la palabra “palacio” se cubrió agregándole el adjetivo negro: “El Palacio Negro de Lecumberri”.) Es, en éste último encarcelamiento cuando escribió El Apando, novela que fue llevada al cine, en 1975, por Felipe Cazals.
            El hecho de que José Revueltas haya sido un novelista, ensayista, cuentista, pensador, periodista, dramaturgo, comunista, perseguido y preso, es el común denominador en sus biografías y libros. Pero también tenía buen sentido del humor, para ilustrarlo podemos citar la carta (presentada en Escribir, por ejemplo de Carlos Monsiváis) que el duranguense le envía al jefe de policía Luis Cueto Ramírez, después de ser liberado de la cárcel. La cito:

"Muy Señor Mío:

Sé que se me busca acusándome de subversión. Como están las cosas, mi vida, en peligro, no vale nada y bien puedo considerarme un sentenciado a muerte. En tal condición, y como reza la costumbre, tengo derecho a un último favor, que no se le niega a nadie y ahora lo ejerzo. Señor jefe de la policía: este condenado a muerte le pide, en uso de las prerrogativas de su inminente desaparición, y con la certeza de que su deseo será complacido, que vaya usted y muy respetuosamente chingue a su madre. 
Atentamente: José Revueltas"

Es en esa “mentada de madre” al final de la carta, es donde Revueltas hace un juego humorístico e inevitablemente se piensa en la risa como parte de la ironía de una vida llena de calamidades. 

sábado, 8 de noviembre de 2014

LA COMEZÓN DE SOR JUANA

Claro honor de las mujeres/ de los hombres docto ultraje/ que probáis que no es el sexo/de la inteligencia parte”

Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana (12 de noviembre, Nepantla Edo. de México, 17 de abril, 1651- Cd. De México, 1695) cambió su nombre al convertirse en monja, a los dieciséis años, por el de sor Juana Inés de la Cruz. A su muerte se agregaron otros sobrenombres como: “Décima Musa”, “Fénix de América”, “La primera feminista de América” en 1974, y desde hace algunos años es llamada: “La peor de todas”. Éste último se debe a que sor Juana firmó en el libro del claustro de san Jerónimo como “Yo, la peor del mundo” que fue cambiado por “La peor de todas”.
     A 326 años de su muerte, sor Juana deslumbra. Murió cuando apenas tenía 44 años, al contagiarse de tifus exantemático, mientras cuidaba a sus compañeras jerónimas de una epidemia. El tifus se trasmite a través de las heces del piojo. De lo que se deduce que sor Juan fue víctima de la costumbre de ese tiempo de no bañarse pues el tifus exantemático se evita con el baño frecuente y cambio de ropa; la comezón o prurito que se produce por la irritación de los deshechos del piojo en la piel hacen que el rascado permita el paso de la bacteria al torrente sanguíneo. Por eso sabemos que La Décima Musa falleció con fiebre, dolores articulares, náuseas y vómitos, causados por tifus, enfermedad que ahora se cura con tetraciclinas u otros antibióticos.  
     Sor Juana, al ser una mujer ilustrada, no era aceptado por las autoridades de la iglesia católica, por eso tuvo varios enfrentamientos. Esto está documentado en La carta atenagórica, Respuesta a sor Filotea que fue descubierta en 1981, por el sacerdote Aureliano Tapia Méndez, quien la encontró en la biblioteca del Seminario Arquidiocesano de Monterrey, N.L. La carta es un reclamo que hace sor Juana al padre Antonio Núñez, de la compañía de Jesús. Le pide, con una retórica elegante, que la deje en paz, que ya no la mortifique por escribir versos. (El libro Sor Juana Inés de la Cruz. Obras Completas de Editorial Porrúa en su última edición no incluye la carta al padre Núñez) En esta epístola se confirma el ingenio que la Decima Musa poseía para defenderse de sus enemigos. La escritora avienta palabras filosas con las que azuza a su contrincante; maniobra con inteligencia las cualidades del adversario para cubrirse y atacar. Escribe: “¿Las letras estorban, sino que antes ayudan a la salvación? ¿no se salvó San Agustín, San Ambrosio, y todos los demás Santos Doctores? Y Vuestra Reverencia, cargando tantas letras ¿no piensa salvarse?”. Es extraordinario comprobar cómo la escritora utiliza el arma del otro como escudo y espada. Sor Juana está lejos de la retórica bravucona, sin embargo, causó gran turbulencia en las conciencias de sus contemporáneos. Conocedora, se vale de la historia para explicar su condición de monja ilustrada: “Y si responde que en los hombres milita otra razón digo: ¿No estudio Santa Catalina, Santa Gertrudis, mi Madre Santa Paula sin estorbarle su alta contemplación ni a la fatiga de sus fundaciones el saber hasta griego? ¿El aprender hebreo? [...] Pues ¿por qué en mí es malo lo que en todas fue bueno? ¿sólo a mí me estorban los libros para salvarme?”. Le criticaban hasta la forma de escribir: “dicen que parece letra de hombre, y que no era decente, con que me obligaron a malearla adrede, y de esto toda esta comunidad es testigo”.
    Sor Juana, se dice a sí misma dócil, pero leyéndola es posible darse cuenta que, si bien trato de tener una vida atada a la práctica religiosa, no fue así en su práctica literaria, pues fue muy rebelde. Igualmente se puede apreciar que sor Juana renunciaba a la opinión violenta y ahogaba el grito del enojo con la palabra queda, pero intensa y efectiva.

domingo, 26 de octubre de 2014

DE LA VIDA MISMA

Hace dieciséis años conocí al licenciado Miguel Ángel Ruelas Talamantes. En ese tiempo, él era gerente general de El Siglo de Torreón y a mí me había dado por escribir y por enviarle mis textos. Así, sin conocerlo. Le llevaba artículos que no lograban publicarse, hasta el día que escribí uno que titulé “Una ama de casa y el futbol”, mismo que, ahora que lo leo, me parece que tiene fallas pero que es gracioso. Creo que esto último fue lo que le gustó.
Fue en diciembre de 1998 cuando recibí la llamada del licenciado Ruelas para decirme que iba a publicar mi texto “Una ama de casa…” en la sección de deportes. Recuerdo que mis hijos tenían nueve y cinco años y estaban muy divertidos, porque al colgar el teléfono me puse a gritar y saltar. Al fin aparecería una publicación mía en el periódico. Después él nos invitó, a mi esposo y a mí, a conocer las instalaciones de El Siglo. Durante estos años varias veces coincidimos en reuniones convocadas por el periódico y muchas veces lo llamé por teléfono para pedirle algún consejo sobre mi desempeño en esto de publicar. Siempre, siempre lo encontré dispuesto a ayudarme, pero sobre todo, veía la intención de trasmitirme su optimismo. “Tenga paciencia, todo encuentra su camino”, me decía.      
            El licenciado Miguel Ángel Ruelas, fue una persona muy importante para mí; él fue el puente que me permitió llegar a muchas personas a las que les tengo admiración y cariño. Una de ellas es Dña. Olga de Juambelz y Horcasitas Presidenta del Consejo de El Siglo de Torreón. Él nos presentó. Aquella vez me explicaba que doña Olga tenía un proyecto en el que yo podía participar. De esa manera comencé a publicar en la revista que nació con el nombre de Nosotros dos y que después cambio a Siglo Nuevo; desde su fundación hasta hora no he dejado de escribir en estas páginas.
            Él escribía una columna diaria que tituló “Un minuto de deporte” y  una dominical que se llamaba “De la vida misma”, en especial, nunca me perdí la segunda. En los últimos años yo le seguía los pasos a través de sus colaboraciones. Allí veía cuando se sentía enfermo o decepcionado de la gente y me enteraba se la nostalgia que sentía por su tierra natal (Miguel Auza, Zac.). Llegué alegrarme por su confesión de que él hablaba con las plantas, por lo que su esposa lo alentaba, en broma, a pertenecer a un club de jardinería. También, al leerlo, percibía lo orgulloso que estaba de su trabajo como reportero desde Europa y de las incontables entrevistas a tantas personalidades como Anthony Quinn, Clark Gable, Charlton Heston, John Wayne y Ann Margaret… No obstante, de todos sus últimas colaboraciones sobresalían las palabras felices que hablaban de sus nietos, en especial, recuerdo las sorpresas que le daba una inteligente nietecita. Varias veces leí sobre la idea de hacer un libro que recopilara lo mejor sus aportaciones periodísticas. 
Con tristeza, el 6 de agosto de este año, supe que el licenciado Miguel Ángel Ruelas se había ido para siempre, seguramente, a un mejor lugar. En mi fantasía me despedí de él y le di las gracias por haber sido la primera persona que me leyó y que confió en que podía escribir bien. Cabe decir que al principio yo escribía cuidando que nadie, cercano a mí, me leyera. Sentía como si estuviera haciendo algo indebido. Sin embargo, sabía que, de alguna u otra forma, las ideas y las palabras cambian su personalidad al ser publicadas, por eso acudí al autor de la columna “De la vida misma”. Sólo espero que la confianza que me tuvo no haya sido defraudada. Imagino la tristeza de su esposa, sus hijos y sus nietos. Aunque seguramente se sentirán afortunados de haber sido compañeros en este sueño (que es la vida) de un hombre tan noble, al que siempre recordaré con cariño y gratitud.

sábado, 11 de octubre de 2014

REUNIÓN DEGENERACIÓN

                                    

Al centro con mi amigo Dr. Roel López García, en diciembre de 1985
(fotografía cortesía de mi querida Dra. Ado Gutiérrez)
Es común que cuando un grupo de exalumnos, de cualquier escuela o facultad, al anunciar una reunión agreguen la palabra “degeneración”. Unen la preposición y el sustantivo, en lugar de separarlos: “Reunión de generación”. Un mal chiste, que trae la fantasía del “degenere” en una connotación sexual. Pero para gracia, o desgracia de algunos, ese tipo de degenere nada tiene que ver con estas reuniones de nostalgia.
Acudí a una fiesta con mis excompañeros de la facultad de medicina: “Reunión Degeneración XXV”, así aparecía en el grupo de Whatsapp. La consigna era que nadie podía ir con su pareja, no importaba si ésta era del mismo sexo o no. Al ir en solitario surgía la ilusión de que manteníamos el estado salvaje y puro en el que navegamos a los dieciocho. Allí concluí que estas fiestas sí son de degenere, pero no sexual, sino del que abarca la degeneración del cuerpo, de los órganos, de los tejidos… Un sábado de octubre, después de 28 años de egresados, saludamos: pelo escaso o canoso o pintado; células adiposas multiplicadas sin pudor; arrugas descaradas al sonreír; desfilaron los males de columna, de cadera, de hombros; por aquí y por allá, saltaban los: “¿Sabías qué fulanito estuvo muy grave?” Y, “¿sabían de aquellos dos que se fueron hacía la luz eterna? “Sí, en paz descansen”. Por desgracia, la degeneración también alcanzaba al pensamiento: “Oye, no me acuerdo de eso” “Perdón, me equivoqué de nombre” “¿Ése quién es?”. Aunque, hay que reconocer que algunos/as, lucían mucho mejor que antes. Sea lo que fuere, estas reuniones resultan muy divertidas y conmovedoras.
En 1981, ingresamos 120 jóvenes a la Facultad de Medicina de Torreón, más de veinte no terminaron la carrera. De esta Generación nacieron dos patólogas, un cirujano cardiovascular, un cirujano trasplantólogo, una inmunóloga, una investigadora, un traumatólogo, una dermatóloga, tres médicos legistas, tres siquiatras, cirujanos generales, ginecólogos/as, pediatras, anestesiólogos/as, médicos familiares y generales… Por lo demás, encajamos, casi, en la media nacional de cualquier estadística: en número de matrimonios, hijos, solterías, preferencias sexuales, enfermedades, etc.
En esa reunión, vino a la plática aquella época en la que, mis hermanas y yo, vivíamos en un departamento ubicado en la calzada Colón, casi esquina con bulevar Revolución. Un compañero de la facultad rentaba un departamento continuo al nuestro. Con él compartimos muchas vivencias. Entre otras, que éramos foráneos y que el dinero que nos debería durar quince días no siempre aguantaba tanto. Entonces, íbamos al comedor del DIF. Cobraban cinco pesos por una comida de muy mala calidad, ¿qué esperábamos por cinco pesos? Lo peor sucedía cuando alguna asociación filantrópica hacía cena en viernes y les sobraban pan o canapés, y ya que estas personas son tan caritativas, toda esa comida iba a parar al DIF: sin el menor cuidado para su conservación, sin refrigerarla y a veces sin cubrirla. Duraban almacenados sábado y domingo. El lunes nos ofrecían un pan que era una verdadera arma, tan suave como una quijada de burro. Podríamos haber matado a cualquier Abel que pasara por ahí. En cuanto a los canapés, no miento si digo que se trataba de comida de diez tiempos: entraban en un tiempo pero salían en nueve. Nos desnutríamos por tanta diarrea. La inmunidad del sistema digestivo, la de mi amigo y la mía, se la debemos a la comida del DIF Torreón.
Dra. Velia Soto, yo, Dr. Luis Araujo, Dr. Roel López
Mi amigo tenía otra forma, más elaborada, de evadir el hambre. Se autonombró “Becario de Soriana”. Él iba al departamento de salchichonería y quesos, pedía probar de esto y de aquello. Luego, ordenaba un cuarto de kilo de queso y otro tanto de carnes frías; se paseaba por toda la tienda poniendo algunas cosas en el carrito. Mientras, se iba comiendo su pedido. De la tienda salía sin comprar nada, pero con medio kilo de queso y jamón dentro de su oronda barriga. Él, con frecuencia entraba a nuestro departamento a decirnos: "Las invito a comer" y ya que sabíamos en que consistía tal invitación, la respuesta siempre era la misma: "Estás loco." Nos daba miedo que apareciera una foto nuestra en la página policiaca de El Siglo, con la leyenda: "Jovencita robaba comida y la guardaba en su estómago."
Aquella fue una tarde de risa y de afectos renovados. Abrazo a todos mis compañeros de la Generación XXV de la FMUAC, Unidad Torreón, a los que asistieron a la reunión y a los que no, también.

lunes, 6 de octubre de 2014

BERLIOZ Y LA FUERZA DE LA MÚSICA

Esta entrevista fue reconocida con el Premio Estatal de Periodismo Cutural de Coahuila, 2015

Compartí con el maestro Sergio Berlioz, las sensaciones que me provocaron: su poema sinfónico, Toledo, la ciudad de las generaciones que trata sobre la expulsión de los judíos de España y su quinta sinfonía, La luz de mayo, que refleja la lucha intelectual que envolvió la batalla de Puebla. Es interesante conocer la intención primigenia del creador de estas obras, ya que nadie sabe qué vida va a tener una obra de arte o en qué se va a convertir. Por ejemplo, ¿De qué manera, Rossini, podría haber imaginado que la obertura de su ópera Guillermo Tell, iba a ser reconocida como la música de El Llanero Solitario?


Pariente indirecto del músico francés Héctor Berlioz, hijo de padre francés y madre judía; el mexicano Sergio Berlioz es musicólogo, compositor y director de orquesta. Es autor de cincuenta y nueve obras musicales y vino a Torreón, el 11 de septiembre al TIM, a ofrecer la conferencia "La palabra contenida de la canción a la ópera". Sergio Berlioz nos hace sentir el pulso de la historia a través de la música:

─¿Se puede considerar una ironía histórica el hecho de que los tres más grandes músicos estadounidenses (Leonard Bernstein, Aaron Copland y George Gershwin) sean judíos de origen ruso?
─Si los tres hubieran nacido donde nacieron sus padres estaríamos hablando de compositores rusos. Esa es una demostración de que no solamente el elemento genético lleva al entendimiento de un pueblo, sino que el lugar de nacimiento y el entorno son importantes. Para ser creador, en cualquiera de las manifestaciones, hay que ser fiel a la esencia, fiel a donde uno viene. No aparentar lo que no se es. Hay que estar en paz con los orígenes. En el caso de estos tres compositores, son judíos, nacidos en Estados Unidos, de padres rusos. Y que su música suene como suena, es precisamente por eso. Para bien y para mal. Si estos músicos hubieran llegado a una cultura formada, donde ya hubiera una reflexión y un arte perfectamente bien articulado, por ejemplo, Alemania, allí nunca hubieran dejado de ser extranjeros. Pero los tres llegan a un lugar en formación, que está creando su tradición, entonces ellos ayudan a definir lo que es ese lugar. Rhapsody in Blue de Gershwin, West Side Story de Bernstein y Salón México de Copland, no dejan de ser obras de compositores judíos/rusos que están enseñando cuál es el camino de la música, no es la música la que les enseña a ellos. No se trata de una ironía, es el reflejo de lo que es América.
─¿Necesariamente la biografía de un músico es su obra?
─Eso se ha cuestionado mucho. Las obras de arte son, hasta cierto punto, autómatas y autónomas. Son independientes de quién la creó. Pero uno no debe de estar preocupado por la vida del creador para entender la obra. No significa que si conozco bien la vida de Beethoven, necesariamente, me va hacer comprender mejor su obra. A veces la biografía del compositor es una sucesión de anécdotas que no explica su arte. Obviamente, es un reflejo autobiográfico en donde están las preferencias estéticas, gustos, ambiciones, obsesiones… Cada compositor está en su música.
─En el caso de su poema sinfónico: Toledo, la ciudad de las generaciones, éste no es autobiográfico pero tiene que ver con la historia de sus ancestros.
─ Sí, es mi pueblo, mi familia. Pero en ese caso yo escogí eso y Toledo… sonará independientemente de mí. Es un poema sinfónico que habla sobre la expulsión de los judíos de España. Yo, como compositor que también es judío, tengo un referente histórico. Yo mismo me quedo asombrado. Esa es una obra que me rebasa. Las obras se van armando por sus propias necesidades expresivas. Existen por sí mismas.
─¿Lo mismo se aplica para su obra  La luz de mayo?
Mi Quinta sinfonía fue un encargo del Gobierno del Estado de Puebla; fue un reto para mí, porque no suelo aceptar obras con temática previa, pero eso me obligó a meterme más en uno de los momentos más emblemáticos de la historia nacional y pude, primero, comprender su importancia capital y después encontrar el camino para hacer viable una obra musical con recursos musicales. En este caso el palpitar del corazón de Juárez recibiendo la noticia del arribo de los franceses a territorio nacional fue el motivante del primer movimiento, el segundo es la célebre carta de Víctor Hugo a los mexicanos, cantado por un tenor, después vino el tercer movimiento donde se arma el pueblo para la batalla y finalmente el cuarto movimiento con el final del poema al Cinco de mayo de Guillermo Prieto "Álzate,oh patria" con el coro a plena voz y que concluye con la frase de Zaragoza: "¡Los libres no conocen rivales!"
─¿Tomando en cuenta la vida de Richard Wagner, ¿existe, por parte de los judíos, un rechazo a su obra?
─En Israel hay un enorme conflicto para hacer Wagner, pero no solamente allí, yo cada vez que dirijo Wagner, entro en ese conflicto. Es como si despertará a un dragón dormido. Actualmente estoy leyendo un libro de él, traducido al español, que se llama La música y los judíos. Yo no había podido leerlo porque mi alemán no es tan sofisticado como para leer algo tan denso como Wagner. Amo la música de Wagner, pero sé que era un hombre antisemita. Hay varias caricaturas de personajes judíos en su obra, eso lo hace antipático y si uno ve su biografía se da cuenta de que él era un ser detestable. Su libro es atroz, contiene un delirante y profundo antisemitismo. Él dice que los judíos siempre serán extranjeros, les niega el derecho a la ciudadanía y asegura que nunca podrán comprender la música de su entorno. Sin embargo, allí están los ejemplos de su pregunta, Gershwin, Copland y Bernstein, si ellos hubieran llegado como hijos de rusos a Alemania, los cuestionarían. En cambio llegaron a Estados Unidos y se adaptaron. Wagner apuesta a que un judío jamás se adaptaría. Eso está mal, porque es mentira.
¿Qué tan importante es la aportación de los judíos a la música de concierto?
Existe una producción de música vernácula en el pasado, pero la participación, en la gran música de concierto, fue a partir del siglo XIX. Un ejemplo es Felix Mendelssohn. Él y su familia se convirtieron al cristianismo, se hicieron protestantes luteranos. Lo hicieron para poder adaptarse. Incluso cambiaron su apellido a Mendelssohn-Bartholdy, para diferenciarse de los judíos que se mantenían en su fe. Mendelssohn es nieto de unos de los grandes pensadores judíos: Moses Mendelssohn que es quien establece la ilustración judía o haskalá. Él logra que los judíos tengan carreras liberales. Cuatro de los seis hijos de Moses se volvieron cristianos.
            Después de Mendelssohn, el más notable compositor judío fue sin duda Gustav Mahler. Mahler hace el papel de Noé y su arca bíblica con la música: aglutina todos los recursos musicales posibles de su época y hace de ella, como lo diría al gran compositor finlandés Jean Sibelius, "Mi música busca crear mundos habitados con todos los recursos técnicos posibles". Después de éste compositor austriaco, la lista de notables compositores de origen judío es extensa y muy representativa del siglo XX y de los que va del XXI, desde Schönberg hasta Plillip Glass, pasando por los autores norteamericanos ya expuestos, el suizo Ernst Bloch y su emblemática rapsodia hebráica "Shlomó" (Salomón) y en nuestro medio nacional Daniel Katán y Samuel Zimann.
─Respecto a la interpretación, en los compositores actuales es posible saber cómo desean que su obra sea interpretada, ya que pueden dirigirla, pero compositores del pasado, ¿se sabe cómo querían que se oyera su música?
─Eso es una lotería. Hay varias formas de interpretar la música del pasado. Yo creo que hoy hacemos mejor música, tenemos más información y mejores intérpretes. El nivel técnico que han alcanzado las orquestas haría que Mozart se quedará pasmado ante el rigor y cuidado que lo hacen. O quizá, se habría desencantado y hubiera dicho: “Las orquestas del año 1700 eran más imperfectas pero eran más cálidas”. No sabemos, hay muchas posibilidades.
─En el libro Cómo escuchar música de Aaron Copland dice que “para una brillante ejecución por parte de los músicos, también se requiere de una brillante audición”, ¿está usted de acuerdo con él?
─Absolutamente. Lo complemento con algo que dice Alejo Carpentier en su ensayo sobre la novela latinoamericana: “para que haya novela tiene que haber novelística”. Para que Carlos Fuentes escribiera, como lo hizo, tuvo que haber, desde tiempos de Sor Juana, una novelística que permitiera que alguien dedicara horas y horas para leer La región más trasparente, Tierra Nostra, Cristóbal no nato… Si una sociedad llega a permitir que alguien escriba 800 páginas que se publiquen, que se lean y reconozcan, se debe a que existe una novelística.
Cuándo Ramón Shade y la música van a tener todo lo que se merecen; cuando el público necesite la música. Por eso hay que generar una necesidad musical; la Camerata es la máxima joya de la corona de Torreón y es el máximo proyecto de un hombre valiente. Lo digo bien claro: Ramón Shade es un hombre que ha apostado a esta ciudad y creado una orquesta con un sonido particular, con una serie de cualidades sonoras que lo hacen distintivo. Conozco a Shade desde hace 30 años pero hace varios años que no lo veía, lo que me parece muy favorable para lo que estoy diciendo. No es para alagar a un amigo, lo digo con el estímulo de la distancia, que me ayuda a comprender que lo que él está haciendo es importante. Eso tiene que ser recompensado con un público preparado, que esté dispuesto a escuchar y descubrir todas las propuestas que el director y sus invitados traen a esta ciudad.
En su conferencia, usted dijo que: "El canto es la prolongación de la palabra", de acuerdo a este concepto, ¿los pájaros cantan?
─No. El único ser que canta con la intención, el cuidado y el placer de hacerlo es el ser humano, porque tienen las condiciones neuronales para ello. Los pájaros no cantan, se comunican, miden distancia. Si me pregunta, ¿el arte existe en la naturaleza? La respuesta es categórica: No. El arte es un acto de voluntad, de inteligencia. A mayor arte mayor inteligencia. Son muy inteligentes Tchaikovsky, Wagner, Bach… muestran su inteligencia al crear algo que no existía. Los pájaros son para el músico lo que el paisaje es para el pintor. Son materia prima. El sonido de un pájaro puede ser muy bonito: lo toma un compositor, lo elabora y se lo da a una flauta. El pájaro no hace música. Ahora, si los pericos nos imitan y quieren tener una conversación con nosotros, pues eso se lo dejamos al ornitólogo, no al músico.
La luz de mayo, Quinta sinfonía de Sergio Berlioz                                        

domingo, 28 de septiembre de 2014

ENVIDIONAUTAS


El color de la piel habla de la raza, de las enfermedades y de las emociones. Las razas, son en grandes divisiones: blanca, amarilla y negra. Igualmente, hay enfermedades que cambian el color de la piel como es el caso de personas que se pone amarillas porque le ha subido la bilirrubina, a causa de trastornos del hígado, páncreas o sangre. Si está pálido tendrá anemia, si azul o cianótico será muestra de un defecto cardíaco o pulmonar. Cara roja o rubicunda la del hipertenso; el cara rosada (o soplador rosado) corresponderá al bronquítico crónico. Colores de manchas serán diagnosticadas por dermatólogos. A la par, el color dérmico habla de las emociones: Nos ponemos rojos de vergüenza, y -algunos dicen- morados y hasta negros por enojo; amarrillos (o pálidos) de miedo. Y el que viaja en la envidia; el envidionauta se pone verde, “Se puso verde de la envidia”. Aunque tal afirmación no es en sentido literal, pero se refiere a la creencia de que la envidia causa enojo y ello aumenta la secreción biliar y la bilis es verde,verde brillante. De allí que el envidionauta sea verde.

La envidia (RAE) significa sentir tristeza o pesar por el bien ajeno. La envidia “es el único pecado que no produce placer” (Manuel Pereira, dixit), todos los demás hacen que quien los comete la pase bien, por lo menos en el momento, aunque después sufra las consecuencias. No siempre. Según el catolicismo es parte de los siete pecados capitales: soberbia, ira, avaricia, gula, pereza, lujuria y envidia. La envidia surge de la comparación que hacemos de los demás con nosotros mismos, pero esto es sólo entre las personas que tenemos cerca, a quienes generalmente consideramos de un nivel semejante -intelectual o económico-  al nuestro, y que, sin embargo, tiene logros de los que carecemos.

En un ensayo titulado “Sobre la envidia” de Lesker Kolakowski dice: “A un escritor le puede dar un patatús, por no decir un ataque de locura, si algún otro escritor le hace la cochinada de recibir un Premio Nobel”. Esto, podrá sucederles a quienes pertenecen a su mismo círculo, el resto no sufrirá, por el contrario correrán a comprar sus libros y la admiración hacia el autor aumentará.

Kolawoski hace esta reflexión: “La sola aspiración de igualar a los demás, a los que han alcanzado algún éxito, no es nociva ni destructora, siempre y cuando estimule a un mayor esfuerzo; en cambio, si es nociva y destructora cuando lo que se aspira es a que nadie le vaya mejor y cuando todo mi esfuerzo se encamina a querer perjudicar a ese otro, más eficaz, con la esperanza de poder reducirlo a mi propio nivel, para que, de esta manera estemos ‘parejos’. Es algo que vemos muy común ‘que nadie duerma tranquilo mientras yo no puedo dormir’”. De lo anterior podemos concluir que a veces no es malo sentir envidia sino hacer mal uso de ella, la podemos utilizar para corregir nuestra conducta. El ensayista asegura que la envidia, como emoción social, es imposible de eliminar (por la desigualdad en las clases sociales), pero afirma que la envidia individual se debilita a través de la razón, garantizando que la inteligencia es un factor indispensable para combatirla, ya que un envidioso cuando se descubre como tal, también da cuenta de su pequeñez, sin embargo ocultar la envidia es algo realmente difícil, pero si nos percatamos de que la sufrimos, es posible abstenerse de manifestarla, e insiste el autor, “para esto se requiere de inteligencia”.

“La envidia no perjudica mayormente a aquel contra el que va dirigida, ya que él fácilmente la podrá pasar por alto con solo ver que el envidioso no hace más que poner en ridículo a su propia persona”, asegura Kolakowski, sin embargo la historia da cuenta de muchos envidionautas que han cometido crímenes impulsados por este sentimiento.

sábado, 20 de septiembre de 2014

ROBAR UN LIBRO NO ES ROBAR

Ir a la entrevista con el escritor cubano Manuel Pereira en El Siglo de Torreón

El sábado 16 de agosto, en el DF, Manuel Pereira -escritor cubano, naturalizado español en 1993- me concedió una entrevista. Creí que iba preparada: había leído su blog, entrevistas y sus libros: El Ornitorrinco y otros ensayos donde aprecié su erudición; su novela, Un viejo viaje, en la que vi el dolor y la confusión de un hombre antes del exilio y Mataperros, cuentos inspirados en su niñez, llenos de nostalgia, sin embargo, al momento de la entrevista sentí que no sabía nada. Discípulo de José Lezama Lima, amigo de Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Alejo Carpentier y Eliseo Alberto, entre otros, Manuel Pereira es, además, un hombre amable y generoso.
Al llegar a su departamento situado en “Mixcoac, patria chica de Octavio Paz”, como me dijo al preguntarle su dirección, me sentía privilegiada de conocer a un autor del que había apreciado las huellas intelectuales de “Diez mil años de literatura” (título de una entrevista que él le hizo a García Márquez). E igualmente, me emocionaba palpar las huellas físicas de su amistad con grandes escritores: fotografías, cartas, autógrafos… En especial, me entusiasmaba ver la edición de Rayuela que contenía dos dedicatorias. La primera, la fantasía de una autodedicatoria en la que Pereira imitaba la firma de Cortázar: “Al joven novelista Manuel Pereira” (La Habana, 1969) y la dedicatoria real, la del propio Julio Cortázar, que dice: “Esta dedicatoria invalida la de la página siguiente, salvo que mantiene la amistad y le agrega el gran afecto de Julio”. (La Habana,1980).
Guiada por la calidez de Patricia, su esposa (mexicana) llegué a su departamento, nos sentamos en la sala y comenzamos la entrevista.
-Maestro Pereira, en su literatura hay mucho de su ideología política. ¿Qué representa para usted?
Para mí la literatura es una especie de sacerdocio, es casi una religión. Pero me interesan los temas sociales, así que la ideología política resulta de la lucha de clases, como la describió Marx. Es una lucha permanente y constante a lo largo de la historia, en todos los países, sin excepción. Yo viví eso entre los diez y los doce años, desde las posiciones de Castro. A esa edad no sabes nada, te ponen en el disparadero, te suben a un camión y te dan una ametralladora, o un uniforme de alfabetizador, y te dicen lo que debes de hacer.
-¿Qué cosas buenas trajo la Revolución Cubana?
-Hubo un buen nivel de instrucción pública durante muchos años. Pero eso ya no existe. Porque toda esa relativa bonanza se debía al subsidio soviético. Se debía a una ayuda descomunal de muchos miles de millones de dólares, no al resultado de la productividad nacional.
-¿También China subsidió a Cuba?
-No. Aunque un poco, al principio. Pero como a Fidel le gusta mucho injuriar; insultó a Mao y se acabó. Así que fue la Unión Soviética la que, durante treinta años, enviaba barcos con armas, trigo, combustible, maquinaria, ropa… Por eso fue posible establecer un sistema educacional bastante sólido y que, comparado con América Latina, era muy superior. Recuerda, hay tres niveles: primero está la instrucción pública, luego viene la cultura y, después, la erudición. En Cuba era buena la instrucción y había cierto nivel cultural, allí había un Instituto del Libro, una Casa de las Américas y una serie de instituciones oficiales que publicaban libros buenos, de García Márquez, Carpentier, Carlos Fuentes. Pero Borges no, él estaba censurado. Igual que Vargas Llosa. La Biblia y Freud, también censurados. Eso es cultura a medias, o sea cultureta censurada, y no propicia el verdadero mejoramiento humano del que hablaba Martí. Por supuesto, así no se llega a la erudición. El camino de la erudición es durísimo, hay que ir escalón por escalón, como los aztecas escalando la pirámide del sol para alcanzar la cima; llegas con la lengua de fuera. Para llegar a la erudición no hay ascensores.
La buena instrucción de Cuba se ha evaporado de unos quince años para acá. Cuando uno entra a un chat cubano y ve tantas faltas de ortografía, se da cuenta de eso. El nivel que se alcanzó en los 80 se ha perdido. Ahora no hay papel para publicar libros, antes los tirajes eran de 50 mil ejemplares y los precios eran regalados. La gente leía. El país está en crisis, Raúl Castro lo dice públicamente. No lo tengo que decir yo.
-Leí que, de niño, usted robó el libro de Julio Verne Aventuras de un niño irlandés, que por esta razón lo llevaron a la jefatura de policía y que para liberarlo, su papá inventó una frase que le adjudicó a Martí, ¿cuál fue la frase?
-Él dijo dos frases en ese discurso frente a los policías de Batista. Allí en las oficinas de la cárcel donde, curiosamente, mucho antes estuvo preso Martí. Me robé el libro cuando tenía nueve años, en la librería más grande de Cuba: “La moderna poesía”. Lo vi y me gustó la portada. Luego me lo metí debajo de la camisa. Estaba junto con otro niño que también estaba robando en otra tienda enfrente. Los dos salimos corriendo. A mí me atraparon a la vuelta de la esquina. Me jalaron de la oreja y me llevaron a la policía. Estaba asustado. Desde el vestíbulo podía ver a los presos tras los barrotes. Me preguntaron mi nombre y, como me llamo igual que mi papá, enseguida fueron por él, se encontraba a doscientos metros en un bar. Mi papá hacía sándwiches y algunos de sus clientes eran policías. Ya en la jefatura habló con el librero que quería dinero porque el libro que se había estropeado al caer al suelo sucio durante mi carrera. Pero de pronto mi papá se subió en una silla y empezó a soltar un discurso. Él era medio analfabeto, escribía con muchas faltas de ortografía, pero tenía el don de palabra, era del sindicato gastronómico, era un luchador social y estuvo preso un par de veces. Esa es mi parte de izquierda. Tengo también mi zona de derecha, la heredada de mi madre aristocrática. Yo soy el compendio de los dos. En el discurso mi padre cito a Martí: “Para ser libres se necesita ser cultos”, esa frase ha regido toda mi existencia hasta hoy. Él siguió con su perorata y agregó: “Y Martí dijo, que robar un libro, no es robar”. Esa frase no la dijo Martí, la inventó mi papá. Papá pagó el libro y me enamoré de la obra de Julio Verne. Mi madre se avergonzó mucho y me fue comprando poco a poco todos los libros de Verne. Entonces me convertí en un lector voraz.

-Usted mantuvo una relación epistolar con Marguerite Yourcenar, ¿qué influencias femeninas ha habido en su literatura?
-Cuando conocí –literariamente- a Marguerite Yourcenar yo ya estaba formado. Mi influencia literaria es Lezama Lima. No significa que yo escriba como él, él fue mi guía en la selva de los libros, digamos. Después está Alejo Carpentier, Cortázar y García Márquez. Tengo la influencia de estos cuatro hombres porque los traté mucho, llegamos a ser amigos.
Yo establecí una relación epistolar con Marguerite Yourcenar, pero no llegué a conocerla. Ella fue una revelación para mí, un fogonazo, un resplandor. Porque yo no había leído a ninguna mujer que me convenciera, hasta que me topé con su obra. Estoy hablando de narrativa, porque poetisas hay muchas y muy buenas, desde Safo de Lesbos para acá. Cortázar fue el primero que me habló de Yourcenar. Luego leí a Selma Lagerlöf y a Karen Blixen, otras dos escritoras poderosísimas, a las que añadiré a la mexicana Nellie Campobello. Estas escritoras que te digo son la fuente viva de su propia obra. A Marguerite le escribí y tuvo la amabilidad de contestarme. Yo digo que tuvimos un amor epistolar -aunque era mucho mayor que yo-, pero murió antes de que pudiera conocerla. Esa mujer era y es genial. Ella no era una mujer que escribía para las mujeres, ella escribía para los dioses. La literatura no tiene sexo, no se divide en masculina o femenina, sino en buena o mala. Ella no es una influencia literaria en mí, pero sí lo fue en la escala de la erudición, ésa fue la lección que recibí de Marguerite Yourcenar.
 Por otra parte, las influencias femeninas más importantes son mi madre y mi abuela. Mi madre no era literata, era costurera, pero sí leía mucho, cada noche antes de quedarse dormida. Yo la veía dando puntadas, con mucha seriedad, muy concentrada, en su Singer. En cierta forma yo hago costuras cuando escribo, doy pespuntes y hago dobladillos, bordados. Hago cosas que aprendí con ella, viéndola. Mi madre me enseñó el arte y la belleza. Ella tenía las paredes de la casa llenas de reproducciones de pinturas de Renoir con mujeres desnudas o semidesnudas. Mi madre era una esteta sin saber que lo era. Todo en ella era refinamiento.
La otra mujer de gran influjo en mi vida fue mi abuela, que era una aldeana española analfabeta que emigró a Cuba en 1926. Era maga, bruja, (“meiga” en gallego) pues hablaba a solas con el fuego de sus fogones y, de niña, saltaba las hogueras en la Calle de los Pulpos, allá en Galicia, en las noches de San Juan. Ella me transmitía la magia ligada a la cocina gallega, los potajes, los calderos, las fabadas, los cuentos de fantasmas y de hombres lobo deambulando por los bosques de Galicia. Eso encendió mi imaginación cuando yo era un niño, pues pasé gran parte de la infancia con ella.
Así que las dos mujeres que más influyeron en mí no son escritoras, pero sí eran entidades poéticas y mágicas: hadas o musas.
-¿Dios tiene algo que ver con la experiencia humana?
-Yo soy gnóstico. Aclaro, no agnóstico. Busco llegar a Dios a través del conocimiento. Aunque los gnósticos no decimos Dios sino Pleroma. Yo fui ateo un tiempo. En Cuba era obligatorio. Los gnósticos pensamos que el mundo está regido por el Demiurgo, un dios subalterno. Lezama, Borges, Youcenar eran gnósticos. Muchos grandes escritores han sido gnósticos. Yo no digo que sea el conocimiento el único camino para llegar a Dios, pero es el que yo escogí. Porque hay quien tiene fe ciega y va a la Villa de rodillas y con una piedra en la cabeza, ellos son felices; hay que respetarlos. Pero ése no es mi sendero. Mi sendero es la gnosis. 

-Por último, Maestro, ¿cuántos idiomas habla?
-Francés, italiano, gallego, portugués, ruso, aunque el ruso se me olvida, lo hablo sólo si estoy en Rusia, sobre todo si hay mujeres, entonces me vienen las palabras (risas). Leo el inglés sin problemas, hablarlo es harina de otro costal, necesito práctica.
Después, me mostró fotografías y la dedicatoria de Cortázar en su ejemplar de Rayuela. Vi el “paramecio” que aparece como leitmotiv en su novela Un viejo viaje y que no es otra cosa que la medida del pie de su madre que él llevaba a sus viajes para comprarle zapatos. La plantilla de papel tiene unas inscripciones: “número 37, negro, medio tacón o sin tacón, más estrecho que esto no lo resisto”. Luego, nos despedimos con la promesa de volvernos a encontrar.

sábado, 13 de septiembre de 2014

PALABREVEJERA EN EL MAR

¡La carretera no está tan bien como la habíamos imaginado!/ Bueno, pero sí hicimos la mitad del tiempo. ¡Valió la pena!/ Acérquense para que les pongan una pulsera de plástico que los identifique como huéspedes del hotel. Dicen que es por nuestra seguridad y que porque hay gente que registra dos personas y mete a más de cuatro a la habitación./ ¡Bah! Qué lata./ ¡Ay! Qué tiene./ ¿Cuatro? ¿Todos adultos?/ Sí./ Dejamos las maletas en el cuarto y vamos a comer./ Comí demasiado, siento que no puedo respirar./ Descansamos un poco y salimos.
Mija, cámbiate de ropa. Vamos a caminar a la playa./ ¡Suegra!, lo que usted quiera, es gratis para ustedes: el paracaídas, el barco, la banana, lo que quiera. Gratis. No les cobramos nada, ¡suegrita!. Anímese. Convence a tu mamá, ¡hey, tú, la de los ojos verdes!./ ¡Una mala palabra! (pensada)/ Risas (mentales) Seriedad (aparente)/ ¡Mira! Ahí está tu hermano dile que venga a meterse al mar./ Ay, mamá, El viejo y el mar ya se escribió y Moby Dick también./ ¡Ja ja!. Sí, habla como viejo pero no es Moby Dick, en absoluto./ Voy por tu papá./ Déjalo descansar, además de las horas de manejo, madrugó para hacer ejercicio. Está cansado./ Aquí en Mazatlán, nunca falta la camisetas de futbol del Santos, en cualquier lado./ Bueno. Esta es nuestra playa./ ¡Anda, vamos a meternos al mar!/ ¡Espérame, no me sueltes la mano!/ ¡Yo ya no quiero entrar al mar contigo. Ya ves, nos aporrean las olas. ¡Ahora sí, voy por papá! ¡Adiós!
¿Te sientes cansado?/ No, estoy bien./ ¿Qué libro trajiste? El hombre mediocre de José Ingenieros/ ¿Y qué tal?/ Demasiadas florituras. Denso. Apenas lo comencé/ Yo traje Dios en la tierra de José Revueltas. Revueltas tiene un lenguaje muy exuberante./ ¿Qué es?/ Son cuentos en los que le reclaman a un dios tuerto. Un dios de un solo ojo, mismo que no le sirve para ver sino para lanzar fuego y pestes a las criaturas que siguen creyendo en él. Ya casi lo termino. Con frecuencia su ambientación es como de literatura esperpéntica.
Este libro de Regenesis, es sobre biología sintética y cuando lo termine lo voy a volver a empezar, para que se me quede grabado/ No exageres mijo/ No tienes idea. Pocos tienen idea de los cambios que están por venir. Imagínate, la esperanza de vida aumentó al doble en menos de 100 años, y seguirá aumentando. Las bacterias nos pueden salvar. Ahora están experimentando con bacterias E. Coli que tienen la capacidad de comer solamente células cancerosas. La quimioterapia va a dejar de existir. Están sintetizando muchas sustancias idénticas a las del ser humano, esto curará muchas enfermedades. El primer ejemplo es el de la síntesis de insulina humana hecha por bacterias. Y, ¡chécate!, se descubrió una enzima que se encuentra en las personas que se divorcian. El ambiente hace que se manifieste más ahora, eso es, en parte, un ejemplo de cómo funciona la epigenética. Date cuenta. Qué significa eso para la religión y para voluntad. ¿Existe realmente el libre albedrío? Los gays creen que su orientación sexual es una decisión, pero pronto, científicamente, se demostrará que no es así. Entonces poco a poco la discriminación desparecerá. No será por las marchas o exhibiciones que a diario se hacen, será la ciencia la que los libere definitivamente, en cualquier sentido. Todos deberíamos de entender que “La gloria del ser humano radica en nuestras propias diferencias”, como decía Jung. Es una estupidez pretender ser igual a otro. Los movimientos sociales  son necesarios pero logran poco comparado con la ciencia. O, ¿quién crees que ha hecho más por ti, las feministas o él que creó la píldora anticonceptiva?. Todo tiene que ser holístico, en el sentido de totalidad, por ejemplo; el arte y la ciencia son variaciones sobre el mismo tema, pero para crear nuevas ideas, ambas (arte y ciencia) necesariamente tienen que estar unidas.
Ya son las diez de la noche, mijito, vamos a cenar. ¿Por qué hay tanta gente allí?/ Están viendo a una tortuga que está desovando. Siento que no escuchas bien lo que te digo, mamá/ Claro que sí.
Oye esta canción, se llama “Pedro Pedreiro”. Se trata de un hombre que siempre está esperando/ Pero, está en portugués, mijita/ Yo te digo lo que dice (…) en resumen, su existencia es esperar y no vivir/ Qué maravilla, déjame escucharla de nuevo…