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Nació en Francisco I. Madero, Dgo. El peor de los pecados es su primer libro de cuentos.Ha recibido el Premio Estatal de Periodismo Cultural “Armando Fuentes Aguirre” en los años 2000 y 2015 y el Premio Estatal de Periodismo de Coahuila, 2016 y 2017. Escribe cuento y ensayo. Es colaboradora regular del periódico El Siglo de Torreón. Su entrevista con Elena Poniatowska fue traducida al griego y publicada en la revista Koralli de Atenas. Ha publicado en diversas revistas nacionales y libros colectivos. Perteneció al taller literario de Saúl Rosales; es médica egresada de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C. y estudió la Maestría en Apreciación y Creación Literaria en Casa Lamm en la Ciudad de México.

jueves, 9 de febrero de 2023

ZAPOTECA: UNA REALIDAD NO ORDINARIA*

En El Siglo de Torreón 

Nadie es capaz de detener el tiempo ni la marcha de su propia soledad. Y cuando la soledad se vuelve absoluta se llama depresión, porque quien la padece tampoco se tiene a sí mismo. Vicente Marcial nació en Juchitán, Oaxaca, es sociólogo y lingüista de zapoteco. Él, alguna vez sufrió la enfermedad de la soledad absoluta y decidió curarse con una forma en la que, hasta entonces, no creía. Fue con su madre, doña Marcelina Cerqueda Jiménez, una curandera juchiteca a la que habían acudido personalidades como Graciela Iturbide, Elisa Ramírez, Lilia Down y Susana Harp, entre otras. Dña. Marcelina llevó a Vicente con varios curanderos para que lo sanaran. Vicente, despojado de vanidad, se entregó a los rituales que le aconsejaron los viejos sabios zapotecos o binni rusianda. Entonces, se sintió “gravemente curado” reencontrándose consigo mismo. Conversé con él de su madre y sobre la influencia de la lengua zapoteca, misma que le permitió concebir el mundo desde una visión distinta.

 Supe de doña Marcelina por su nieta Donají, quien me contó historias sobre las hazañas mágicas de su abuela paterna, decía que curaba con rituales hechos de palabras y plantas. Como aquel, en el que un amanecer de año nuevo, toda la familia se reunió frente al mar y doña Marcelina les hizo, a cada uno, una “limpia” invocando sus deidades protectoras. Extrañamente, al llegar a uno de ellos, se desató un viento furioso que hizo que la arena los golpeara; en ese momento todos sintieron que un escalofrío los recorría. Parecía que un espíritu maligno había huido. Eso duró unos instantes y después la calma regresó. Así, se alejaron ligeros de la playa. “Cuando pase la pandemia iré a Juchitán a conocerla”, yo me lo había prometido. Pero doña Marcelina, activa hasta sus últimos días, murió a los 95 años, hace cinco meses, sin haber padecido ninguna enfermedad crónica aparente. Después de su fallecimiento quise conocerla un poco a través de su hijo Vicente Marcial. Les presento la entrevista:

   --¿Cómo se autonombraba y desde qué edad tu mamá se dedicó a hacer sanaciones?

Se autodenominaba curandera, ni bruja ni chamana ni hechicera. Era una persona que sanaba a otros. Concebía su curación tanto de las dolencias físicas como las del alma. La gente que acudía con ella, realmente se sentía liberada de los problemas que cargaba. Comenzó con este oficio alrededor de los 50 años, pues tuvo una revelación. Aunque mi mamá era comerciante de maíz, almohadas, hamacas, artesanías y después de oro. Poco a poco hizo mejores inversiones y pudo darnos profesión a sus siete hijos. Decía que las personas no requerían del financiamiento del gobierno. “cuando la gente tiene voluntad simplemente lo hace”.

-- Lilia y tú tienen un hijo médico, ¿siempre creíste en la forma de curar de tu madre?

Nosotros, indígenas urbanos que fuimos a la universidad, éramos muy escépticos, porque no encontrábamos en estos procesos de curación un método científicamente comprobado. Yo consideraba que la mejor forma de curar era la medicina moderna, sin embargo, después comprendí que el tratamiento de muchas enfermedades no es exclusivo de la medicina alópata.

-- ¿Qué te hizo cambiar de idea?

Yo era director de la Casa de Cultura de Juchitán y habíamos terminado la restauración después de la primera realizada por Francisco Toledo, pero mis compañeros de trabajo se inconformaron por razones laborales e iniciaron una huelga. Me sentí traicionado. Estaba muy estresado y caí en depresión. Fui a contarle a mi madre y ella me llevó con varios curanderos y uno de ellos me hizo una “limpia”. Aunque lo importante de este proceso es que comprendí que la depresión era una soledad que va carcomiendo el estado de ánimo. Hay que ser consistentes en ponerse a disposición del curandero. Esa vez, me pidieron que llevará albahaca, huevos fertilizados, loción de azahar, cebolla morada, chiles verdes y limones. Los pasaron por todo mi cuerpo mientras emitían oraciones e invocaciones espirituales a seres protectores: Sta. Teresa de Jesús, Santa María Estrella del mar y al dios Sol y a Jesucristo, (existe un sincretismo entre la religión cristiana y la religión zapoteca). Dependiendo del tipo de enfermedad es la hora y el lugar en donde debe realizarse, algunos son frente al mar y al amanecer. Durante siete días me hicieron el tratamiento de sanación, de tal manera que me sentí apapachado, acompañado. Pero determinaron que debía seguir de manera individual. Me hicieron la encomienda de conseguir siete flores blancas distintas, durante siete días. Por la noche debía poner a serenar los pétalos de un tipo de flor blanca en una cubeta con agua y después bañarme con esa agua y dejar en el cuerpo los pétalos adheridos. La idea era que en cada uno de los siete días vayas esparciendo distintos aromas por tus caminos. Esto me hizo reflexionar con un pensamiento precientífico: yo pude recuperar la atención hacía mí mismo y por lo tanto recuperé mi autovalía. Esto me animó y pude enfrentar los desafíos que vinieron.

En otra ocasión que volví a enfermar, mi mamá y otro curandero concluyeron que en la medida en que yo no hablaba de mis problemas estos me enfermaban: me hicieron cortar unas hojas aromáticas (cordoncillo) que debía llevar al amanecer con trece arboles jóvenes a los que yo pudiera abrazar con un solo brazo y allí contarles todos mis problemas. Así logré mi catarsis confiándole a los árboles, llorando o gritando. Vi vacas pastando y a los árboles reproduciéndose, enfrentando tantos desafíos y sin embargo vivían y se multiplicaban, siendo prácticamente autosuficientes. Yo también podría hacerlo.

Mi madre me decía que se trataba de sacar a las personas de la oscuridad y abrirles el entendimiento para que lograran desplegar el conocimiento que en la cultura zapoteca se nombra guendabiaani, se trata de una denominación del espíritu. Entonces el conocimiento es el espíritu de luz. Cuando se alcanzan mayores niveles de conocimiento, significa que se tiene un espíritu de luz. Por eso el sol es un personaje importantísimo en la cultura zapoteca. Sin embargo, así como se invoca al sol también se invoca a la noche como el complemento del día. La luz y la sombra que tiene que ver con otros procesos profundos de nuestra personalidad dual: la realidad en la vigilia y los sueños. Por eso se invoca a las deidades pidiéndoles protección en el día y en la noche. Mi madre decía una frase bellísima: “Que la madre santísima te cubra con su manto divino tachonado de estrellas”, representando así, la protección en la luz y en la oscuridad

--¿Qué piensas de las personas que desechan este tipo de rituales de sanación?

Yo creo que lo consideran producto de la ignorancia, negando que muchos tratamientos actuales tienen su origen en la medicina ancestral. Existe una pugna de concepciones culturales en la que las personas prefieren lo moderno rechazando lo antiguo. Generalmente estás sanaciones están estigmatizadas porque tenemos un modelo de curación socialmente aceptado que es la medicina alópata.  

--¿Cuál es el concepto de enfermedad en la cultura Zapoteca?

En los conceptos mismos de la medicina occidental hay una contradicción constante entre la medicina alópata y la medicina tradicional. Sin embargo, independientemente de que exista una contradicción al interior mismo de la propia cultura, también chocan con otras formas de curación, en este caso de las culturas mexicanas y particularmente en el caso de mi gente, de mi pueblo zapoteca, pues en la medicina zapoteca existen conceptos totalmente distintos, incluso de la misma realidad y de la explicación de nosotros como seres vivos. Por ejemplo, la cultura que llegó a México es antropocentrista, pues el ser humano en el centro de toda la atención tanto filosófica como científica. En cambio, para la cultura zapoteca todos los seres vivos y las cosas son igual de valiosos.

En la medicina zapoteca se busca que el cuerpo tenga la temperatura ambiental, las enfermedades tienen que ver con el calor y con el frío: La fiebre y la inflamación son fuego y hay que atacarlos con su contrario, con frescura. Los reumas son fríos y hay que curarlas con calor. Se debe de atemperar el cuerpo, buscando que esté en armonía con el medio ambiente, allí entran otras medidas: comidas, bebidas, baños, fomentos… Mi madre tenía remedios muy eficientes para la sinusitis con semillas de mamey y maíz tostado que antes se diluían en leche materna, pero ahora es en agua hervida. Curaba la diarrea con hojas de guayabo… Usaba diferentes hierbas dependiendo de la enfermedad.

También existen las enfermedades del alma y aquí hay una situación muy particular qué tiene que ver con el guenda que es nuestro otro yo. Es decir, un ser humano se representa a sí mismo y a otro ser vivo que puede ser un animal del bosque, por ejemplo, si tú eres muy nocturna entonces probablemente tengas el espíritu de una lechuza o si eres muy nerviosa y te mueves mucho es posible que tengas el espíritu de un venado. Tu espíritu es el reflejo de ese animal. Para curar los males del alma se requieren también procesos distintos ya no físicos sino psíquicos, anímicos.

 --¿Cómo fue tu formación como lingüista de zapoteco?

Yo soy sociólogo de profesión, pero he trabajado con lingüistas desde hace más de 40 años. He aprendido de lingüistas zapotecas y especialistas en zapoteco como Juan José Rendón en 1985 y Velma Picket en 1997. He hecho trabajos lingüísticos sobre todo de descripción gramatical. Todas las lenguas del mundo tienen una estructura propia de construcción y una estructura lógica de construcción. Hay alrededor de siete mil lenguas en el mundo, aunque son reconocidas oficialmente solo el 10 %, todas tienen un sonido básico y conforman en sí mismas un soporte, un alfabeto, tienen una gramática que funciona prácticamente como un artefacto de relojería, con toda precisión. El zapoteco cuenta con un alfabeto, porque, así como yo, existieron paisanos que se preocuparon por la lengua desde fines del siglo antepasado y de manera más consistente desde 1935. Fue una fortuna poder convivir con Velma, quien hizo su doctorado en lingüística zapoteca, y aprendió el zapoteco de Juchitán e hizo su tesis doctoral en inglés. Yo trabajé alfabetizando a mis paisanos zapotecas porque sólo aprendían el español y se estaba olvidando el zapoteco.

--¿Qué te gusta del zapoteco que no encuentras en el español?

Estoy convencido de lo que dice don Miguel León Portilla que cada lengua es una ventana para asomarme de manera distinta al mundo. Con lo que expresamos por medio de las palabras, asimilamos la vida. Cada lengua representa una forma de pensar. Una de las cosas que me llama muchísimo la atención son los problemas de género que enfrenta la sociedad moderna y ese problema de expresión del género en la gramática en todas las lenguas se aloja principalmente en el sistema pronominal. En el zapoteco el problema de género no existe porque la tercera persona no es solamente él y ella (ellos y ellas; masculino y femenino) como en todas las lenguas del mundo, sino que la tercera persona es laabe (el/la ser humano) laame (la/el animal) laani (el/la cosa). En el zapoteco lo importante es la diferenciación entre estos tres tipos de semejantes y en este caso los seres humanos independientemente de que sean hombres, mujeres, muxes, lesbianas y otros seres vivos. No hay género femenino o masculino, sino que expresa cada tipo de individuo.

--Sé que en la cultura zapoteca los muxes (homosexuales vestidos de mujer) son aceptados, ¿sucede lo mismo con las lesbianas?

Los muxes son aceptados y sucede igual con las lesbianas. Pero las lesbianas son más discretas que los muxes, los muxes son más ostentosos, les gusta lucirse y en el caso de las lesbianas creo que guardan más su intimidad.

--¿En qué consiste el tiempo sagrado para los zapotecas?

Para los cultos que hacía mi mamá y en general para la cultura zapoteca, se les tiene alto valor a los amaneceres, se denomina siadó’ para los zapotecas el primer día del calendario significa una deidad que representa al lagarto sagrado. No sabemos exactamente cuándo empieza, pero sí tiene un calendario que se compone de 20 nombres de días acompañados por 13 numerales, entonces esa combinación de 20 por 13 te da 260 días que son nombres irrepetibles durante los 260 días y el inicio del calendario zapoteca es xila o xiladó’ que significa el amanecer que es un momento sagrado, igual que el mediodía, el atardecer y la medianoche. En la concepción zapoteca desde el amanecer hasta el mediodía acompañan al sol los hombres guerreros y a partir del mediodía hasta el atardecer lo acompañan las mujeres sobre todo las mujeres que han parido y las mujeres que mueren en el parto. Prácticamente la primera esfera del tiempo corresponde a las mujeres.

* El libro de Carlos Castaneda Viaje a Ixtlán, habla de la “realidad no ordinaria”; se refiere a la posibilidad de encontrarse con espíritus de otras realidades a través del peyote y los hongos psilocibios como los usaba el brujo yaqui don Juan Matus. Sin duda, cada cultura tiene su “realidad no ordinaria”.  

 

 

jueves, 10 de marzo de 2022

 

CONFLICTO RUSO/UCRANIANO: UNA MIRADA ÍNTIMA

En El Siglo de Torreón

Nacida en Ucrania cuando ésta era parte de la URSS, Marta tiene como lengua materna el ruso. Cuando era niña vivió, en 1991, el cambio de régimen político al disolverse la Unión Soviética. Entonces, su reducida patria se erigió como un país independiente. Sin embargo, desde hace 8 años los límites territoriales de Ucrania con relación a Rusia se han vuelto confusos. Marta ahora vive en Eslovaquia, pero me cuenta que varias veces al día las lágrimas le brotan por la tristeza de saber que su madre y demás familiares corren peligro. Entrevisté a Marta vía Zoom, y aunque ella entiende bien el español, prefirió responder en ruso (otra persona me hizo la traducción al español). El cuestionamiento que le hice pretende mostrar una mirada íntima; una descripción del conflicto desde los lazos familiares y de amistad.

Esta entrevista me permitió tener una mejor visión sobre conflicto Rusia/Ucrania y me sorprendió la certeza de mi entrevistada al asegurar que la guerra había iniciado con dinero de occidente: muchos consideraran que es ingenuo pensar que podría ser de otra manera.

­Existe una larga historia en común, tanto cultural como genética, entre Ucrania y Rusia, consideras que el conflicto actual destruye una hermandad; ¿se trata de una guerra fratricida?

Muchos ucranianos y rusos entienden que ésta no es una guerra entre la gente, sino que es una guerra entre políticos. Desafortunadamente, otras personas no la entienden así, por eso surge odio entre la misma población ucraniana. En mi familia, por ejemplo, mis padres no están juntos, mi mamá tiene un segundo esposo que es un nacionalista ucraniano. Mi madre es ucraniana de raíces tanto rusas como ucranianas. Pero su esposo la considera a ella rusa. Y en esta situación de guerra, él dejó de hablarle. También la familia de él ya no se comunica con mi madre. La perciben como si fuera enemiga del pueblo. Aunque mi madre ha vivido toda su vida en Ucrania, ha trabajado en Ucrania, ama Ucrania y se siente ucraniana. Esto es a lo que muchos tememos: al odio entre familia, entre amigos.

Rusia ha sido una nación marcada por la guerra y eso la hace militarmente muy fuerte: ¿Los ucranianos tienen más miedo de las decisiones que vengan del gobierno ruso o de su propio gobierno?

 Antes de esta guerra, que empezó hace unos días, mucha gente temía las decisiones de los políticos de Ucrania. Pero por lo que está sucediendo ahora, todos temen las decisiones políticas de Rusia, de Putin, por supuesto. Creo que ese temor existe en ambos lados; rusos y ucranianos temen a las decisiones del gobierno ruso.

¿Qué otros temores tienes?

Yo temo que al terminar la guerra el odio surja con mayor proporción. Y sí, son muchos años en que los rusos y los ucranianos han sido como hermanos, pero después de esta guerra las relaciones pueden sufrir cambios que van a provocar el siguiente conflicto. Esto es muy triste y me preocupa más que todo.

¿La guerra ha debilitado los lazos afectivos?

Esto depende de cada individuo Para mí, algunas veces esto puede suceder, ha sucedido y, desafortunadamente, sucederá. Pero creo que la mayoría entiende que la amistad y la familia son mucho más importantes que la guerra. Conozco situaciones de algunos soldados ucranianos que cuando caen prisioneros soldados rusos, les piden un número telefónico para avisar a sus madres, para que puedan encontrarlos y sepan que están vivos. También existen otros que consideran a todos los rusos como la maldad más grande del mundo; hay un odio enorme, pero esto es muy personal, y no es posible decir, en términos generales, que todos los ucranianos odian a los rusos o todos los rusos odian a los ucranianos; pero existe cierto porcentaje de la sociedad ucraniana, no puedo decir con precisión, que son nacionalistas a ultranza que consideran que toda Rusia representa la maldad, pero no son la mayoría de los ucranianos.

 ¿Cuando termine la guerra, cómo vislumbras el cambio que viene, será para bien, para mal?

Esto, de nuevo, es muy particular en cada persona, porque ahora muchísimos rusos (colegas con los cuales estuve en contacto por muchos años) me escriben diciéndome: “No queremos la guerra”, “Nos avergüenza mucho nuestra política, nuestro presidente”. En todo el mundo salen a la calle decenas, cientos, miles de rusos, para mostrar su protesta en contra de la política rusa. Pero hay situaciones, como en mi familia, en que las relaciones realmente se puedan romper. Es como si ya no hubiera un camino de regreso. Repito, ese odio puede prolongarse muchos, muchísimos años y eso es muy lamentable. Puede ser que la guerra termine, pero la guerra interna entre la gente puede prolongarse.

Es recurrente la palabra odio en lo que me dices, ¿cuál es el origen del odio entre rusos y ucranianos?

Esta situación surgió en la historia de la URSS, decidieron que partes del territorio iban a pertenecer a determinado país. Por ejemplo, las regiones de Luganst y Donietz se adjuntaron a Ucrania, en esos lugares vivían solamente rusoparlantes que se identificaba culturalmente más con los rusos que con los ucranianos. Al adjuntarse a Ucrania por muchos años pertenecían a la URSS y en parte a Ucrania, pero el idioma oficial era el ruso. Cuando la Unión Soviética desapareció y Ucrania se convirtió en un país independiente, entonces el idioma ucraniano se estableció como oficial. En algunas partes de Ucrania ese tipo de problemas no existieron, porque no había una presión fuerte. Pero justamente en la frontera de los rusoparlantes con los que hablaban ucraniano, empezaron a surgir muchos problemas. Por ejemplo, en las universidades prohibieron a los profesores enseñar en ruso. Ellos tenían mucho tiempo, 10, 20 o 30 años con todo el material en ruso y fue necesario, de un momento a otro, enseñar en ucraniano. Eso fue para ellos casi imposible, porque los idiomas ruso y ucraniano son diferentes, y quien habla ruso no significa que pueda hablar en ucraniano, muchas palabras son completamente diferentes. La gente no entendía. En una ocasión, fui de vacaciones a Krimea, cuando era todavía parte de Ucrania y una mujer me dijo: “ayúdeme por favor con las tareas escolares”, pues su hija iba en el segundo año de primaria y no entendía los libros porque estaban en ucraniano, luego ella no podía ayudarle a su hijita porque no entendía el idioma.

En Ucrania hay una parte de la población con orientación nacionalista, y hubo muchos ataques del lado de los hablantes de ucraniano sobre los hablantes del ruso, ellos crearon muchos conflictos, por eso los rusos no se sentían a gusto en el territorio de Ucrania. Por otro lado, era comprensible que en Ucrania el idioma oficial fuera el ucraniano. La presión era muy fuerte, pero todo dependía de las regiones. Se podía hablar con alguien de una región sin problemas, mientras que en otra parte había enormes conflictos. Por ejemplo, en la región de Lvov hay muchos nacionalistas. Allí, hubo un caso de un músico que tocaba en la calle diversas canciones, al comenzar a tocar canciones rusas, se acercaron unos nacionalistas y le obligaron a arrodillase y por poco lo golpean. Nadie dijo nada, todos pasaban de largo. Como esos casos, muchos. Es así como del lado ucraniano también hubo ataques agresivos sobre la gente común y corriente. Pero eso no era siempre ni en todas partes, todo depende de las personas, dado que el país es grande, hay mucha gente diferente en situaciones diferentes.

Me platicas del problema de hablar ucraniano o ruso, el concepto de patria, para ti, tiene que ver con un idioma, con una región geográfica. ¿Cuál es tu concepto de patria?

Yo nací todavía en la URSS, entonces para mí la Unión Soviética era mi patria en un principio y por supuesto Ucrania. Cuando yo nací, en los primeros años de mi vida el idioma oficial era el ruso. Sin embargo, se podía escoger a qué tipo de escuela ir, ya sea a una de educación en ruso o a una en ucraniano. Yo fui a la escuela rusa y el ruso fue mi idioma materno, ya que mi mamá habla en ruso. Yo siempre tomé conciencia de que soy ucraniana, y en ese tiempo no había ningún problema de que hablara en ruso, era normal. En las ciudades, pueblos y aldeas hablaban en su mayoría en ruso. Después, cuando Ucrania se vuelve un país independiente, todas las escuelas empezaron a enseñar en ucraniano, yo estuve allá un par de años y me fui. Pero siempre he tomado conciencia de que yo soy de ucraniana. Soy una ucraniana que habla en ruso. Ahora cuando regreso a Ucrania, o regresaba antes de esta guerra, veía que toda la gente empezaba a hablar ucraniano; en los supermercados o en cualquier lugar. Esperaban que yo también lo hablara. Pero, para mí no hubo tal vinculación entre idioma y patria. Yo siempre tomé conciencia de que Ucrania era mi patria, donde yo nací. Amo Ucrania, amo los montes Carpatos, y por supuesto, me duele mucho lo que ahora sucede. Tengo muchos familiares, amigos y conocidos en Ucrania, que están en una situación de peligro.

El conflicto entre las regiones separatistas con la frontera de rusia tiene aproximadamente 8 años. Al existir la agresión de los ucranianos hacia las regiones separatistas, ¿cómo han vivido estos últimos ocho años?

Desde hace 8 años ha cambiado mucho la situación en el país. Porque después de la disolución de la URSS fue muy difícil levantar la economía y comenzar a vivir como un país independiente. Ucrania paulatinamente empezó a crear sus empresas y la economía mejoró. Ante esta situación, hubo algunos nacionalistas y cada vez más gente tomaba conciencia de que ésta era Ucrania y que se debía defender por eso mucha gente ha muerto en este conflicto desde hace 8 años. Sobre esto no se hablaba, pero continuamente había acciones militares que provocaban muertes en las regiones separatistas. Conozco personas que vivían en las regiones donde comenzó el conflicto (Lugansk y Donietz) que huyeron de allí. Otros tantos solo esperaron, no creían que hubiera guerra, pensaron que sería igual a lo que pasó en Krimea, que simplemente vendrían y se los llevarían a Rusia. Para ellos Rusia era un país muy cercano, así que ellos no querían la guerra, era más fácil decir que serían una parte de Rusia. Mucha gente creyó que todo ese cambio sería pacífico como en Krimea, pero desafortunadamente no sucedió así y muchos murieron, esto afectó la situación en todo el país, surgiendo este odio que ahora continua.

 Quiero exponer momentos que precedieron a esta guerra: Todo comenzó con la llamada Revolución Naranja que sucedió en la capital Kiev, en la plaza Maidan o Plaza de la Independencia que se encuentra en el centro de la ciudad. Dijeron que fue una protesta en contra del poder, pero realmente yo sé por mis amigos, por mucha gente, que esa protesta no fue en contra del poder; sucedió que a muchas personas que trabajaban en empresas trasnacionales les dieron dinero para que fueran a Kiev a la plaza a “protestar”. A ellos les pareció normal que sus jefes les pagaran como si fueran a una comisión de trabajo a Kiev, les pagaron la vivienda, les pagaron cada día como si estuvieran trabajando, aunque no trabajaban, simplemente estaban parados ahí, tomando cerveza y platicando con sus amigos. Esa fue la revolución, una revolución pagada por alguien. Y quedó claro que no fue Rusia quien la pagó, sino que lo hizo alguien de occidente. Después, cambió el presidente, entró en funciones otro e inició esta guerra. En general, en este par de años, todo esto está ligado. En ese entonces se dieron pasos que terminaron en el conflicto actual, pero este conflicto venía preparándose desde hace muchos años atrás. Por supuesto, yo no puedo saber cuál es el objetivo final de esta guerra.

¿La gente común desconoce los verdaderos motivos de la guerra?

Desde hace 8 años, este conflicto fue como creado artificialmente. A quienes les pregunto contestan: “Nosotros no sabemos que está pasando”. Un grupo es separatista, otro nacionalista, un tercer grupo está con Rusia. Y nadie sabe en concreto qué sucede. Pero nadie quiere esta guerra. Esto no es de gente que defiende su patria y quiere la guerra. Esta no es una situación como en México cuando llegaron los españoles y los mexicanos quisieran defender su patria. Es una situación completamente diferente. Simplemente acá algo pasó y desde ese momento es como si no se entendiera nada.

Parte de la población, en los primeros días de esta guerra, creía que nadie iba a atacar a la población civil (pacífica), pero desafortunadamente esto cambió, están muriendo mujeres, niños, hombres. Las ciudades están cerradas. La madrina de mi hermano se encuentra en una región en la que no puede salir a la calle por temor a que le disparen. La situación es muy mala, y si la gente creía que no iban a atacar a la población civil, está claro que sí la atacan.

 ¿Hay algo que quieras resaltar?

Mucha gente cree que no habrá tanto odio y que, incluso en esta guerra, las personas seguirán siento compasivas, pero está surgiendo la verdadera naturaleza del individuo y algunos solo quieren hacer dinero. Ahora casi toda Ucrania se quiere mudar a los Carpatos. Mis padres viven allá y por eso están relativamente seguros. La parte alta de los Carpatos ya pertenece a la Unión europea. Y muchos, en los Carpatos, rentan muy cara la vivienda, y otros lo dan gratuitamente, otros piden mucho dinero para trasladarlos allá, y otros lo hacen sin cobrar. Muchos odian a los rusos y ni una palabra en ruso se permiten decir. Otros, por el contrario, entienden que todos somos personas y que debemos apoyarnos unos a otros. Que los rusos que mueren también tienen padres. Los soldados no tienen elección, simplemente les dan órdenes de ir a matar o de lo contrario los matan; ellos son como todos. Yo creo en la gente, pienso que la guerra se frenará y no se prolongará por mucho tiempo. 

miércoles, 5 de agosto de 2020

EL VENENO ESTÁ EN LA DOSIS

El temible veneno negro (Coca Cola) |

 

El Siglo de Torreón

Hace algún tiempo visité Chiapas; tierra de jade, ámbar, café, chocolate y magia; tierra fértil y, paradójicamente, tierra de mucha pobreza. Una de las cosas que más me sorprendió fue que, en San Juan Chamula, casi todo mundo llevaba una Coca-Cola consigo. Había hombres que, además, cargaban una botella de plástico llena de pox, un aguardiente hecho de maíz. Al entrar a la iglesia del lugar vi que la ceremonia religiosa incluía un ritual en el que se sacrificaban a una gallina, pero antes, con el cuerpo de ésta hacían una especie de limpia a la Coca-Cola que después se tomarían. Hay lugares en donde este refresco tiene tintes místicos, eso no ayuda a fomentar una nutrición adecuada. En México, tenemos un grave problema de salud pública provocado por una dieta con exceso de azúcares y en general, de carbohidratos y grasas.

         La frase del médico suizo, Paracelso: “Todas las sustancias son venenos, no existe ninguna que no lo sea. La dosis diferencia un veneno de un remedio”, aplica para cualquier alimento: “El veneno está en la dosis”. El subsecretario de salud Dr. Hugo López Gatell, ha dicho que la Coca-Cola es “veneno embotellado”. “La chispa de la vida” que nació como jarabe para la tos, es muy adictiva porque contiene cafeína y grandes concentraciones de azúcar. Esta bebida estadounidense está tan arraigada en los mexicanos que no sólo se usa para acompañar las comidas sino para la debilidad porque dicen que les “bajó el azúcar o la presión” e igual se utiliza para cocinar. Otros usos son aflojar tornillos, quitar el sarro de los baños, eliminar óxido, etc. Es verdad, puede llegar a ser un veneno, pero al momento de ingerirlo no hace sentir mal al envenenado, al contrario, actúa como estimulante. Es una sustancia de la que no se percibe el daño a las primeras dosis (excepto cuando descontrola a un diabético) sino hasta que se va acumulando en el cuerpo al consumirse a grandes dosis y por tiempo prolongado.

         No solo la Coca-Cola y los refrescos embotellados, son los que tienen colapsado el Sistema de Salud Mexicano: la obesidad, hipertensión y diabetes están haciendo que la pandemia de Covid-19 sea más letal, también porque consumimos grandes cantidades de comida industrializada, fabricada con conservadores, grasas trans (que elevan el colesterol) y altos contenidos de sal y azúcar; comida que se vende en todos lados, es barata y satisface al comensal, su sabor es agradable y es real “no puedes comer solo una”. De allí, que seamos el tercer país con más muertes en el mundo por Covid-19.

         Existe una polémica que asegura que las hamburguesas son perjudiciales para la salud comparada con los tacos. Se dice que debemos consumir más la comida nacional porque es más sano. Pero nuestra comida es saludable siempre y cuando se consuma en las porciones adecuadas. La comida rápida y la llamada comida chatarra tampoco son insanas por sí mismas sino por el proceso industrial con el que están fabricadas; si estos alimentos se cocinan en casa se desecha la parte insana, pero si se ingiere más de lo necesario resultará perjudicial también. Lo mismo pasa con los tacos que si se comen demasiados dañan al organismo. Se reafirma así: “el veneno está en la dosis”.

         Los hábitos alimenticios y de actividad física han cambiado en todo el mundo. La tecnología ha hecho que seamos más sedentarios y las necesidades económicas provocan que las personas coman de manera desordenadas y sin horarios fijos. Con frecuencia se come en el lugar de trabajo, de allí que las personas no consuman nutrientes de forma balanceada; se alimentan apresuradamente, no sólo porque el tiempo es limitado, sino que, en algunos casos es por ansiedad o estrés. El comer rápido es un factor que favorece la obesidad, al igual que los malos hábitos de sueño y, por supuesto, la falta de ejercicio. Si a ello le agregamos un deficiente sistema de salud y la irresponsabilidad de muchos ciudadanos que no usan cubrebocas y no mantienen la distancia social en la pandemia de Covid-19, el panorama resulta muy desalentador.

         Es un discurso infantilizado echarles la culpa a las administraciones anteriores de nuestras enfermedades; por supuesto sí tienen culpa, al igual que el actual gobierno, pero los ciudadanos debemos ser más responsables con nuestro cuerpo. La función del gobierno está en mejorar los hospitales, hacer programas y campañas efectivas de educación nutricional y fomento a la salud, que incluye el etiquetado de los productos; muy importante para que el consumidor tenga consciencia de lo que ingiere. Asimismo, debe legislar sobre la publicidad y los lugares en dónde se vende comida industrializada. Todos sabemos lo difícil que es llevar una vida de hábitos saludables, pero los programas gubernamentales de medicina preventiva ayudarían bastante.


martes, 14 de julio de 2020

REMEDIOS COVID-19


Políticos y religiosos han propuesto remedios para la Covid-19. Mencionaré algunos: la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero usa unas gotas hechas con “nanopartículas” de cítricos; el padre Solalinde habla de la alcalinización de la sangre a base de tés; el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, dice que la pobreza es un escudo contra el coronavirus. El presidente López Obrador usa imágenes religiosas como protección y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, consideró la posibilidad de aplicarse luz ultravioleta o desinfectantes dentro del organismo. Actualmente, también está de moda el consumo de gotas de dióxido de cloro o MMS (Miracle Mineral Solution). Son innumerables los intentos por curar la Covid-19. Sin embargo, la desesperación provoca más vulnerabilidad porque, distraídos por la desinformación, no se aplican las verdaderas medidas preventivas, que son las que definen la pandemia. Hablaré de estos y otros remedios.
         Es entendible que se crea que unas gotas con altos contenidos de vitamina C eviten que el coronavirus entre al cuerpo, ya que siempre se ha dicho que la vitamina C o ácido ascórbico, ayuda a prevenir la gripa, aunque no hay estudios fehacientes que lo demuestren. Además, la Covid-19 no se puede considerar gripa. Es ingenuo pensar que los cítricos podrían detener un virus tan contagioso y letal.
En cuanto al tema del pH (potencial de hidrógeno) que habla de alcalinizar la sangre. Esta información tiene años circulando; promete terminar con el cáncer y con otras enfermedades degenerativas y ahora también, dicen, cura el coronavirus. El pH de la sangre es ligeramente alcalino de 7.35 a 7.45, estos parámetros sólo se modifican en condiciones patológicas (imposible enumerarlas aquí). La razón por la que se cree que es bueno alcalinizar la sangre, (algo que afortunadamente no sucede ni con tés ni alimentos) es porque se sabe que las células cancerosas se reproducen más en medios ácidos, pero esa acidez no es de la sangre sino de la propia célula y cambiar el pH de la célula es más complejo que tomar un té. Hay mucha información distorsionada al respecto. Desde luego, la buena alimentación ayuda a que no nos enfermemos o que la gravedad disminuya. (No existe un pH de menos 1 o de 17, la graduación del pH va de 0 a 14, el 7 sería el límite entre acidez y alcalinidad, o sea el valor neutro).
         Respecto a la pobreza como medio de protección contra la Covid-19, el tema tiene muchas aristas. Los primeros en enfermarse fueron personas que tienen la posibilidad de viajar, pero sería excesivo llamarlos ricos por ese solo hecho. Asimismo, hay un estudio que demuestra que en los indigentes la letalidad del coronavirus es menor y la teoría es que, al estar expuestos a tanta suciedad, tienen mejor inmunidad. En contraparte la revista Forbes ha revelado que un 71 % de las muertes por Covid-19 en México, son personas de muy baja escolaridad y desempleadas, por lo tanto, son pobres. Concluimos que, aunque la enfermedad es muy democrática, si tienes comorbilidades y un servicio médico deficiente es más probable que haya complicaciones y dificultades para resolverlas, excepto si duermes en la banca de un parque. Además, el coronavirus ha llegado a todos los países, sin importar el tipo de economía que tengan.
         Sobre la luz ultravioleta: ésta es muy importante, no sólo la artificial que se usa para desinfectar espacios y superficies sino la natural, la del sol que nos hace sintetizar vitamina D. Hay mucha información que demuestra que la mayoría de las personas que murieron por Sars-CoV2 tenían deficiencia de vitamina D, por ello se recomienda exponerse al sol diariamente (de 10 a 15 minutos) o tomar la vitamina en cápsulas, ya que muchas personas no la sintetizan, aunque se asoleen. Es cierto que no evitará el contagio, pero si hay más posibilidades de que sea menos grave. Al igual que la vitamina C no hay riesgo en consumirla si es a dosis prescritas por el médico.
         En cuanto a las gotas de dióxido de cloro conocidas como “milagrosas”, es peligroso consumirlas porque cuando se combinan con un ácido se transforman en lejía, por eso quienes las toman deben tener cuidado de no ingerir alimentos ácidas o vitamina C. Las autoridades sanitarias están alertando sobre su consumo. Hay personas sin escrúpulos que la venden, diciendo que es la panacea y que cura todo. Por fortuna este tipo de productos duran poco en el mercado, pero pueden causar daños irreversibles en los consumidores. Aunque la lejía es muy buena para lavar platos y ropa, es igual que cualquier desinfectante: no se bebe.
         Hablemos de la fe religiosa contra la pandemia: No encontré ningún estudio que dijera si los ateos se enferman más que los creyentes, o viceversa. Yo tengo fe en que los científicos encontraran la solución.
Al ser una enfermedad nueva, la Covid-19, los médicos también se han equivocado, no sabían cómo tratarla, pero la experiencia de los países que la padecieron primero ha servido muchísimo. Actualmente se han establecido medidas generales: Si es leve solo paracetamol y líquidos, si se complica con neumonía, lo primordial es el uso de oxígeno, antibióticos, antinflamatorio y antipiréticos. En los primeros pacientes europeos se descubrió que se moría por una tormenta de citoquinas; una sobrerreacción del cuerpo hacía el virus, donde se liberan sustancias que dañan a todos los órganos. De allí surgieron el uso de inmunomoduladores (algunos de ellos anticuerpos monoclonales) o antinflamatorios como Tocilizumab, Lenzilumab, Cobicistat, Sarilumab, Aviptadil, Siltuximab, Bevacizumab Fingolimod, Gimsilumab, Ruxolitinib y esteroides como la dexametasona. Posteriormente, en las autopsias descubrieron las micro y macrotrombosis, entonces agregaron al tratamiento los anticoagulantes como heparina y otros. Se han usado antivirales como Remdesivir, Favipiravir lopinavir, Ritonavir, Umifenovir; antiparasitarios como Ivermectina e Hidroxicloroqina/Cloroquina y antibióticos como Azitromicina. (estos tres últimos fármacos no demostraron un beneficio real) De los que se han obtenido resultados, un poco más alentadores son el Remdesivir y la dexametasona. También utilizan el plasma de personas que ya padecieron la enfermedad (plasmaféresis). Aún no se demuestra que el virus se destruya por alguna de estas medidas, pero si se disminuyen los daños y la mortalidad. La distancia social, el cubrebocas y el lavado constante de manos son nuestras mejores armas. Lástima que aún no lo entendamos.