Ovidio, el poeta, también nació en
marzo igual que el otro Ovidio. El romano sí era de lujos, pero no de carros
deportivos, ya que en el siglo I
a, de C, no existían. Venía de una familia de rancia estirpe, por eso se trasportaba
en caballos finos. Pertenecía a la clase social ecuestre; la única que poseía caballos.
De allí viene la palabra caballero. Respecto a los gallos, seguramente, Ovidio
estaba de acuerdo en definir al hombre como uno de ellos, pues admiraba a los
filósofos griegos: Diógenes había tomado un gallo para desplumarlo y aventarlo
a la escuela de Platón, diciéndole: “He aquí tu hombre, Platón”. Eso en
respuesta a Platón, que había dicho que el hombre era un animal bípedo y sin
plumas. Ovidio debió haberse divertido con eso del hombre/gallo.
Ovidio
tenía un hermano con el que era muy unido, pero éste murió a los 20 años. El joven
falleció de enfermedad y no de balazos, porque en aquellos tiempos, tampoco
existían ni pistolas ni ametralladoras Browning M2. El padre de
Ovidio era propietario de muchas fincas y estaba muy cerca del poder, pero de
todos modos su hijo fue desterrado por el emperador Cesar Augusto, quien fue
famoso por exigir excesivo tributo de la plebe. En aquellos tiempos los plebes,
también eran carne de cañón; bueno, eso es un decir, no se habían inventaban
los cañones. Ovidio era muy irreverente, pero huyó como un ratón, hacía
Rumania; Augusto lo obligó al exilio porque le había faltado al respeto y lo
hacía parecer débil ante su pueblo.
El
emperador había proclamado leyes contra el adulterio, al mismo tiempo que
Ovidio publicaba su obra El arte de amar, en la que promovía la
infidelidad. A los señores aconsejaba: “Si a pesar de tu cautela se descubren
vuestros hechos, negadlos tenazmente [...]. Pero no os mostréis sumiso ni más
cariñoso que antes, porque esta señal indicaría mucho el ánimo culpado”. Y el
consejo para las mujeres era: “Sí ponéis vuestro cuidado en engañar a los
maridos, no confíes vuestras cartas sino a manos de una sierva fiel [...].
Escribir al amante como a una mujer y firmarlas con el nombre de él. O escribid
las letras con leche fresca, las cuales no se pueden leer sino echando polvos
de carbón”. El poeta les daba consejos sin distinción de sexo. Eso me lleva a
una cuenta de Twitter que ostenta ser de Ovidio Guzmán López. Él pregunta: “¿Qué se ve más feo? ¿Una
mujer que sea infiel o un hombre que sea infiel?, a ver digan”. Luego el mismo
se contesta: “Una mujer infiel siempre será una puta, un hombre infiel
será un cabrón, así que no vengan a decir que somos iguales pinches viejas
pendejas”. Los dos Ovidios sobajan a la mujer. Aclaro, esto no se trata de una comparación,
sino de una simple curiosidad generada por la igualdad del nombre. Señalo que el
romano aconsejaba a la mujer e igual la ofendía: “Persuadir firmemente a que
todas se pueden coger; y las cogeréis, dándoos maña”. Sólo que el poeta vivió
hace 20 siglos y queda absuelto por la erudición de su obra. Al otro Ovidio también ha sido
perdonado.
Ovidio
era guapo y mujeriego, pareciera que decía: “Siempre con una y con otra me
verán pasear”. El poeta tuvo tres esposas y procreo muchos hijos, pero una de
sus hijas fue su favorita. En El arte de amar Ovidio no sólo se ocupa
del adulterio sino también de todo el arte del cortejo: de la higiene, los modales, los gestos,
los cosméticos, los celos, la ropa, las palabras, y hasta de las posturas de
cuando dos se hacen uno. Así, sugiere: “Llevad bien hecha y sin manchas la
toga. No tengáis asquerosa la lengua, los dientes llenos de sarro, ni naden los
pies en amplio calzado. No llevéis la cabeza deformante trasquilada. [...] No
tengáis largas y con suciedad las uñas, ni sobresalga pelo alguno en las
ventanas de la nariz. Evitad que os huela mal el aliento y el cuerpo a
soquina”. Y cuando está con la mujer le invita a que “No exhalen los sobacos
olor a chotuno, ni las piernas estén ásperas con el duro vello”. Las desalienta
en el uso excesivo de pedrería, “pues lejos de atraer, ahuyenta”. También dice
que las que tienen cara larga les vendrá bien un peinado con partido en medio;
las de cara redonda, un peinado alto. Asegura que no se debe usar ropa
multicolor. Todo un asesor de imagen. Las obras, más famosas, escritas en verso
de Publio Ovidio Nasón son El arte de amar y la Metamorfosis. Él
vivió 60 años.
Ovidio significa el que cuida ovejas. Y al parecer el
mexicano sí cuidó de su rebaño: “No tiren, yo soy hombre, no cobarde, hay
familias y niños, no voy a poner resistencia”. Dijo al ser capturado. Por qué le pusieron así al hijo del Chapo, ¿sería por el poeta o por
la serie infantil de televisión de los años 80: Ovidio y su banda?