Nalgatorio (Botero) |
La concepción del nalgamen ha ido cambiando.
Cada vez hay más personas que lo llaman correctamente: nalgas. Aunque en el
habla cotidiana se usan otras formas como trasero, pompas, nachas, pompis, cabus,
asentaderas, mondongo, fondillo, cachetes, tepalcuanas y culo, por mencionar algunos.
También la utilidad social de esta región anatómica ha ido transformándose. Antes,
desde el arribo a este mundo, comadronas y médicos recibían con una nalgada al
recién alumbrado, provocándose así, el primer llanto. Esta práctica es obsoleta.
Incluso ha disminuido su uso como correctivo, un par de nalgadas eran
excelentes para reprender a un niño, actualmente la mayoría de los sicólogos considera
que las nalgadas son en contra de los derechos humanos infantiles.
Asimismo, han sucedió ciertos hechos
macabros en lo que estos cachetes han servido de alimento. Un ejemplo: en la
novela Cándido de Voltaire le rebanan
el pernil a la sirvienta de Cunegunda, el amor de Cándido; en un momento de
crisis alimentaria unos rusos la obligan a cooperar con un poco de jamón, dejándola
con una sola nalga.
Parecería
una frivolidad hablar del nalgatorio, pero no lo crean, pues mucho se ha
perdido o ganado por un buen par de éstas. Habrá que tener presente que una
mirada furtiva o descarada al trasero resulta ser un acto, casi siempre,
cargado de erotismo; Schopenhauer diría que cuando aquéllas son de grandes
proporciones resultan más atractivas porque instintivamente los hombres ven en las
mujeres estos símbolos de fertilidad. Ya que lo único realmente trascendente es
la reproducción y por lo tanto la preservación de la especie, por ello, unos
glúteos generosos inevitablemente llaman la atención. Sin embargo, a
Schopenhauer se le olvido que también existe el amor homosexual, y en él, no
existe el fin reproductivo.
La publicidad ha dado demasiada importancia
a las nalgas (sobre todo a las femeninas) tanto que cientos de mujeres se someten
a cirugías para colocarse implantes o inyectarse grasa para agrandarlas. En
muchos casos el deseo de expandirlas ha tenido graves consecuencias (incluso
fatales) porque a muchos charlatanes les ha dado por inyectar aceites que
resultan tóxicos. Allí está el caso de la cantante Alejandra Guzmán. Actualmente
los traseros más famosos son los de Jennifer López y Kim Kardashian. En México
el cabus más o menos popular fue el de la bailarina Lyn May.
Así,
las gemelas divididas por la hendidura interglútea pueden ser bellas y se
hablará de calipigio (del griego kalós:bello y pygé: nalga) que se utiliza en referencia a aquellos que tienen
nalgas atractivas; si son enormes y desproporcionadas, la persona tendrá esteatopigia
(del griego stear, steatos: grasa, y pygē: nalga), hecho frecuente en mujeres de raza negra; los que
tienen una fijación por el nalgamen son pigofilos, de pigofilia (del griego
pigo pygé: nalga y filia: amor). Las hay pues, caídas,
paradas, bonitas, feas, planas (de Aspirina o Mejoral). Asimismo, oímos que al
mentiroso le dicen que es puro “pájaro nalgón” y si se ofrecen en repetición “nalga
pronta” se bautizará. Es importante dejar claro que, tratándose del nalgamen,
es asunto de cada quien ofrecer la parte o el todo en prenda de amor, con fines
recreativos, o bien, en catafixia.
Cuando
la redondez del pyge es de concurso
la circunferencia será de 90 centímetros y creerán que es un cuerpo perfecto con
medidas 90-60-90. La región más visitada por los medicamentos intramusculares
tiene sus tensiones, como las de aquél que lleva la culpa en esa región y
deambula con un caminar apretadito.
Por
último, no se habrá de exhibir partes tan nobles a los enemigos, que en otras
latitudes represente una gran ofensa.
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