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Yalitza no ganó el Oscar a mejor actriz
y para muchos esa fue la transformación de su carruaje en calabaza, pero en
realidad la carrera de esta joven apenas comienza. Por lo que he visto en sus entrevistas
se trata de una muchacha inteligente que sabe contestar bien a los ataques
malintencionados y a los halagos excesivos. Siempre se le vio serena y
contestando con mesura. Sin duda, el reto será su preparación como actriz y que
los productores y directores no solo la llamen para hacer el mismo papel.
Seguramente hay grandes historias en la que pueden explotar su talento natural.
En nuestro país ya hemos vivido exageraciones
por este premio, por ejemplo, cuando ganó en 2014, a mejor actriz de reparto, Lupita
Nyong'o, nacida en México, de origen keniano. Es curioso que ni con Salma Hayek
o Adriana Barraza y aún con Marina de Tavira se haya hecho tanto alboroto.
La
actriz oaxaqueña apareció en varias portadas de revistas, pero para que no
quedara duda de la discriminación que hay en México, la revista Hola la exhibió en una imagen en la que
le estilizaron la figura haciéndola más delgada y aclarándole el tono de su
piel; trataron de esconder sus rasgos indígenas. Como si los únicos cánones de
belleza fueran los de la raza blanca. La mente discriminadora sólo ve los
estereotipos que la televisión a difundido y quedan ciegos hacia otro tipo de
belleza. El resultado de Hola fue que
la joven se alejó de su imagen real. Otras revistas, con más visión y cultura,
no le hicieron photoshop.
Podría decir que es extraña la forma en
que se manifiesta el racismo; por un lado, el racismo basado en el fenotipo se
denota en “Pinche india”, pero también hay un racismo cultural, que menosprecia
todo lo que proviene de los pueblos originarios, o de lo rural. Nos quejamos
del racismo que existe en Estados Unidos hacia los mexicanos. Sin embargo, México
es un país racista, y muchas personas para que no digan que lo son se vuelven
al otro extremo sin darse cuenta de que en la exageración se hace aún más patente
la discriminación. Al parecer no podemos ser ecuánimes y ver con naturalidad
que una joven mexicana tenga talento, festejarlo no por el color de su piel, ni
por su origen, sino simplemente como un acto de solidaridad hacia la capacidad
de una mujer mexicana.
El 24 de febrero, día en que se entregó
el Oscar, en la plaza Río de Janeiro de la colonia Roma, se colocaron cinco
pantallas gigantes para que las personas vieran los premios Oscar y el éxito de
la película Roma de Alfonso Cuarón. Y ya se habla de lo que aumentará la
plusvalía en esta colonia a causa de la película. Qué, si no fuera porque es
una de las zonas que más se daña en los temblores, vivir en la Roma sería tan
costoso como vivir en Manhattan. Somos tan exagerados.