Una versión más corta de esta reseña se publicó hoy en la revista Siglo Nuevo. Es el texto que leí el día 26 de junio en la biblioteca José García Letona en la presentación del nuevo libro del maestro Saúl Rosales
De der. a izq: Jaime Muñoz, Saùl Rosales y Angèlica Lòpez |
A muchos indignó la mutilación del
burro del Sr. Panza. Unos hablaban de la ignorancia de aquéllos que no sabían quién
era don Quijote y don Sancho adjudicándoles
atributos como si éstos de sangre fueran. Otros resignados llegaron a la
guasona conclusión de que este par, junto con sus equinos “andaban en algo” y que seguramente “estaban involucrados” y ese
fue el motivo por lo que el transporte de Sancho quedó con capacidades
diferentes. Aunque nadie precisó a qué cártel pertenecían estos caballeros
delincuentes.
El libro Don Quijote, periodistas y comunicadores, es un ensayo dividido en pequeños
subtemas, donde el autor, con su ingenio, va acoplando los mandatos cervantinos
al ejercicio del comunicador o periodista. Una obra que elogia a Cervantes y
que también es un reconocimiento a los periodistas. Y cuando indico
reconocimiento, lo digo no sólo en el sentido de homenaje sino también en
reconocerlos, en tanto que son personas con defectos y cualidades. Los caballeros de la
pluma o de la tecla, deberán ser idealistas, como el Caballero de la lanza; luchar
por los desvalidos y menesterosos, se quejaran como el quejoso, quejo-te, don Quijote y
darán voz al que carece de ésta. “ Y nosotros tendremos presente que algunos de
éstos escribanos se convertirán en “Caballeros del chayote” como dice Saúl Rosales
mientras explica: ”Chayote, palabra de origen náhuatl, en el ámbito de
la prensa y los otros medios de comunicación masiva adquirió el significado de
canonjía, soborno o prebenda; pago indebido, remuneración más o menos
clandestina. Porque algunos periodistas usurpan la actitud de héroe trágico de
don Quijote que, como caballero andante, se cree merecedor de canonjías o
prebendas remuneradoras y compensadoras y hasta llega a exigirlas”.
Aprecié este libro como un manual al que deberían acudir de manera indispensable todo aquél que se desarrolle en los medios de comunicación. Aunque el maestro Rosales aclara que en la época cervantina no existían los periódicos, en cambio sí lo que se conocía como “Hojas volantes”, hojas de una sola noticia que corresponden al rudimento que bajo efecto metamórfico se convirtieron en los actuales periódicos.
A continuación, un dodecálogo que extraje del libro de Rosales. Èl a su vez se apoyó en las enseñanzas de don Quijote, por ello dice a los periodistas y comunicadores lo siguiente:
Aprecié este libro como un manual al que deberían acudir de manera indispensable todo aquél que se desarrolle en los medios de comunicación. Aunque el maestro Rosales aclara que en la época cervantina no existían los periódicos, en cambio sí lo que se conocía como “Hojas volantes”, hojas de una sola noticia que corresponden al rudimento que bajo efecto metamórfico se convirtieron en los actuales periódicos.
A continuación, un dodecálogo que extraje del libro de Rosales. Èl a su vez se apoyó en las enseñanzas de don Quijote, por ello dice a los periodistas y comunicadores lo siguiente:
I.- El activismo de don Quijote
no puede dejar de intervenir donde quiera que vea necesidad, igual que el
periodista no puede guardar sus comentarios sobre la pobreza o los astronautas,
la internet o la ecología, la música juvenil o la enajenación de los
trabajadores. (…), es dilatado el campo en el que pueden cabalgar los
caballeros del bien.
II.- Digno oficio que por su
esencia requiere en el periodista mucho saber y mucha acción, mucha práctica,
mucho trabajo, sobre todo si es como don Quijote, un caballero andante iluminado
por el ideal del Bien.
III.- Don Quijote como patrono de
aquellos periodistas que creen que es posible construir una Utopía (aunque sea
por lo pronto nada más sus andamios) emplean su conocimiento y su capacidad de
opinar.
IV.-
Sé breve en tus razonamientos, que
ninguno hay gustoso si es largo, dicta don Quijote a Sancho, agregando que:
Nunca lo bueno fue mucho.
V.- El
periodista puede ser –es– objeto de la adulación a causa de su potencial peso
sobre la opinión pública y no falta periodista que use la adulación para
conseguir privilegios. Siempre habrá que volver a la severidad de don Quijote y
ante la adulación decir: que todavía
ofenden los castos oídos los intentos lisonjeros.
VI.- Lo que afirma don Quijote de
que grandes e inauditas cosas ven los caballeros andantes puede decirse de los
periodistas andantes. El periodista, mira, vive o escucha lo inédito para darlo
a conocer al receptor de los medios de comunicación masiva.
VII.- Para componer historias y
libros de cualquier suerte que sean, es menester un gran juicio y un maduro
entendimiento --otro adagio con rima,
escuchado frecuentemente entre periodistas, el que escribe se exhibe.
VIII.- Los caballeros de la
verdad. El periodista debe preocuparse por la verdad aunque: no todos pueden
estar al toque de la piedra de la verdad. Es decir, no todos pueden pasar la
prueba.
IX.- Al periodista: "...no le queda otro camino
para mostrar que es caballero sino el de la virtud, siendo afable, bien criado,
cortés y comedido y oficioso, no soberbio, no arrogante, no murmurador y, sobre
todo, caritativo”. No son pocas las ocasiones en que destella el molesto
relumbrón de la soberbia y la arrogancia de periodistas y comunicadores.
X.- Mucho o poco, los periodistas
contribuyen a gestar y sustentar la fama de personas, hechos e ideas en tanto que
con simultaneidad se despliega la de ellos.
XI.- El que se manifieste injusto, obviamente,
no será un periodista quijotesco porque no cabalgara como don Quijote
procurando el beneficio de los necesitados.
XII.- En cuanto a los Caballeros del Chayote, éstos
deberán de recordar que: los bienes
recibidos echan una cadena moral. Don Quijote no la quiere porque con su
extensión y con su peso le limita la libertad.
Don Quijote, es pues un superhéroe y su
superpoder estriba en la palabra, tiene un escudero y una segunda identidad en
donde es conocido como Miguel de Cervantes Saavedra. Celebro este nuevo libro
del maestro Saúl Rosales que nos muestra como llevar a la práctica las sabias
enseñanzas cervantinas.