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Nació en Francisco I. Madero, Dgo. El peor de los pecados es su primer libro de cuentos.Ha recibido el Premio Estatal de Periodismo Cultural “Armando Fuentes Aguirre” en los años 2000 y 2015 y el Premio Estatal de Periodismo de Coahuila, 2016 y 2017. Escribe cuento y ensayo. Es colaboradora regular del periódico El Siglo de Torreón. Su entrevista con Elena Poniatowska fue traducida al griego y publicada en la revista Koralli de Atenas. Ha publicado en diversas revistas nacionales y libros colectivos. Perteneció al taller literario de Saúl Rosales; es médica egresada de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C. y estudió la Maestría en Apreciación y Creación Literaria en Casa Lamm en la Ciudad de México.

domingo, 15 de enero de 2017

ADRIANO EL DE MARGUERITE


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Memorias de Adriano de la escritora francesa Marguerite Youcernar (1903-1987) es una obra que, al igual que Ulises de James Joyce o el mismo Don Quijote de Miguel de Cervantes, es un libro para personas con cierta experiencia lectora. Esta obra es una novela histórica escrita en primera persona de manera epistolar, donde el destinatario es Marco Aurelio y el remitente es el emperador romano Adriano. La historia se desarrolla en el primer siglo y principios de segundo, después de Cristo; reconstruye la vida de Adriano desde su niñez hasta su muerte.
           Memorias de Adriano está apoyada en hechos históricos; es una obra escrita con mucha pasión. Es sorprendente porque libró las dificultades que implican recrear la vida de hace 20 siglos. Por eso se entiende por qué la autora tardó 30 años de investigación para publicar su portentosa novela. No obstante, una vez escuché a alguien asegurar que Yourcenar había incurrido en muchos anacronismos; que hablaba de hechos imposibles en su época. Yo pensé que se trataba de tenedores, ropa interior o cualquier otro objeto aún no inventado en esa época o algún defecto estilístico o de semántica. Pero ella se basó en los textos de la época para poder hablar como ese entonces. Leí con detenimiento las páginas de Memorias… buscando tales anacronismos e investigando cualquier detalle que me parecía que no correspondía a la época en cuestión. Y en una de esas, leí un pasaje en el que Adriano sufre de hemorragias nasales y da entender que siente la sangre latir dentro de sus arterias; tal pensamiento sería imposible en esa época ya que en ese tiempo se creía que las arterias llevaban aire y no sangre de allí el nombre de arteria que en griego significa tubo de aire; se sabía que las venas tenían sangre pero se creía que las arterias conducían aire. Pensé que la autora se había equivocado. Sin embargo, la del error fui yo, porque en otras líneas escribe: “…tan sutil como el paso del aire vital en las arterias; el pulso de la tierra volvía a latir”. Otro pasaje que consideré errata es cuando menciona la enfermedad de Lucio (a quién había nombrado su sucesor) que era la tisis, porque consideré que en ese tiempo no se había descrito esta enfermedad (ahora conocida como tuberculosis) en la que van expulsando, poco a poco, los pulmones. Pero, allí menciona al primer especialista en tisis: Rufo de Éfeso y una vez más Yourcenar tiene razón. No encontré anacronismos en Memorias… pero no significa que no los tenga; me limito a decir que los busqué con toda la mala intención posible y no los hallé. Creo que a Yourcenar no se le pasó nada y tampoco a Julio Cortázar, su inmejorable traductor.

        Esta novela se ha considerada un canto al amor homosexual, ya que Adriano describe su enamoramiento hacia el joven griego Antínoo de 16 años, quien se suicida a los 20. También para algunos y visto con ojos actuales se trata de un acto de pederastia. Pero para el criterio de la época se trata del amor al “bienamado” (como le nombra Adriano), al efebo que personificaba la belleza, la verdad y la inocencia. A la muerte de Antínoo, el viejo Adriano manda hacer decenas de esculturas en su honor. Cabe decir que en la historia de la humanidad no existe otro personaje al que se le hayan hecho tantas estatuas: “El culto de Antínoo parecía la más alocada de mis empresas. Desbordamiento de un dolor que sólo a mi concernía.” Sabemos que la bisexualidad y la homosexualidad griega o romana, en esa época, era algo ordinario y se expresaba sin exaltación ni escándalo. Pero, decir que Memorias de Adriano es un tratado de homosexualidad está muy alejado de la realidad, pues sería una mirada de corto alcance, ya que el contenido de esta novela es, en su mayoría, el pensamiento filosófico y, en específico, las dudas existenciales del emperador. Un Adriano tan poderoso que sus subordinados habrían de pedirle permiso hasta para suicidarse. Describe la decadencia de un hombre decrepito prematuramente gracias a una insuficiencia cardiaca, descrita  a la perfección. También habla de las estrategias políticas y de guerra a las que él enfrenta. Asimismo, se siente la zozobra de Adriano cuando consigue descubrir a sus traidores que con frecuencia están en sus exagerados aduladores. Por eso “Tratemos de entrar a la muerte con los ojos bien abiertos…” como termina aconsejando Adriano el de Marguerite.

jueves, 12 de enero de 2017

LA UNA Y LA OTRA


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Los días de diciembre llegaron recortados por culpa del ocaso a las seis de la tarde. Caminas las calles de tu ciudad mientras que dentro de ti la Una y la Otra discuten. A la Una le alegra, como cada año, la llegada de los tordos cabeza amarilla. “Cada día abres más la puerta a la sensiblería” le dice la Otra. La Otra cuestiona a la Una, ¿se hace bien o se hace mediocre? La Otra tiene malicia y quiere volar. La Una es generosa y sólo quiere ser disciplinada. La Otra dice simplemente: “idiota”. Y es que eres una mujer trabajada por el tiempo (Borges, dixit), por eso hasta ahora, con el tiempo, reconoces que dentro de ti, está la sombra y la luz; el Yin y el Yang del que hablan los chinos; la sombra que tienes y de la que Jung nos ha hecho conscientes; el bien y el mal de todas las religiones. La dualidad de la física cuántica (de la que no entiendes nada): energía y materia a la vez. Estás viva y muerta al mismo tiempo, porque todos los tiempos se reúnen en ti. Eres tú y los demás; un individuo y la colectividad. Te digo pues, que debes de tener la mente abierta para que te quede claro que la unidad siempre podrá dividirse de manera infinita. Date cuenta de que la dicotomía de todo es lo que, más de una vez, te ha hecho cambiar de opinión.
         Sin embargo, descubres que hay situaciones en las que tus opuestas no discuten. Por eso has pensado que la burla es la razón por los que los mexicanos están dentro de los más felices del mundo. Te ha obsesionado la relación de los políticos con nuestro pueblo. Una relación en donde el dolor no evita la risa, al contrario, la risa es una forma de venganza. La venganza de un pueblo que se está volviendo cínico porque cínicos son sus dirigentes; lo repites. Una y otra vez has tratado de reflexionar sobre por qué las personas se ríen tanto de los gobernadores ladrones, de lo que se equivocan al hablar, de los que andan prófugos, de los que han permitido asesinatos. ¿Es todo ello motivo de hacer chistes? Sí, lo es. Y es allí donde la Una y la Otra no discuten, porque en lo profundo de su inconciencia, parecieran felicidad los fallos de terceros. Porque trae bienestar huir de los demonios propios condenado a los ajenos.
         Otra situación en la que tus entes antagónicos no discuten es en el dormir. En uno de tus sueños: Viajas en autobús con tu familia primigenia, van por una carretera azarosa. Una luz mortecina cubre el paisaje. Te sientes triste. Después ves un atardecer incendiado. Se hace de noche y al camión se descompone, se bajan del vehículo y deben caminar hacía un hotel, al llegar allí encuentras a tu familia adquirida. Duermen. A la mañana siguiente el amanecer es fresco y luminoso. Ves un frondoso árbol donde se posa un enorme pájaro multicolor en el que predomina el verde de sus alas. Estás feliz. Pero al despertar vuelve el desacuerdo: la Una interpreta el sueño como un buen augurio mientras que la Otra dice que no significa nada.
         Pero creo que los mejores momentos de reconciliación y regocijo en tu ser, te los han dado los libros y las música. Esos universos que salen de  hojas blancas, que florecen y dan frutos. Aunque hay música y literatura que son casi nada, son polvo que ha ensuciado el tiempo y el espacio. Disfrutas los libros y la música porque están llenos de silencios, espacios, paisajes, abismos, lunas, soles, estrellas y vacíos. Las notas y las letras están hechas de agujeros negros y blancos y en ellas encuentras lo que ha sido, lo que es, y lo que será; una historia, una poesía, un suspiro, un asombro, un método, una fórmula; sonidos de tristeza que dan alegría y sonidos de alegría que dan movimiento y reflexión.

         La Una y la Otra seguirán contradiciéndose para que tú sigas  buscando nuevas respuestas.