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Nació en Francisco I. Madero, Dgo. El peor de los pecados es su primer libro de cuentos.Ha recibido el Premio Estatal de Periodismo Cultural “Armando Fuentes Aguirre” en los años 2000 y 2015 y el Premio Estatal de Periodismo de Coahuila, 2016 y 2017. Escribe cuento y ensayo. Es colaboradora regular del periódico El Siglo de Torreón. Su entrevista con Elena Poniatowska fue traducida al griego y publicada en la revista Koralli de Atenas. Ha publicado en diversas revistas nacionales y libros colectivos. Perteneció al taller literario de Saúl Rosales; es médica egresada de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C. y estudió la Maestría en Apreciación y Creación Literaria en Casa Lamm en la Ciudad de México.

domingo, 17 de julio de 2016

HOJAS DE PARRA


 

Sí, yo también cuando leí este título pensé en el platillo árabe hecho con hojas de parra rellenas de arroz y carne, o rellenas de casi cualquier cosa, según sea la región de origen y que, invariablemente, cada familia que las prepara considerara que su receta es la mejor de todas. Pero no, este artículo no se trata de comida sino del poemario Hojas de Parra del poeta chileno Nicanor Parra.  
         Nicanor Parra, nació en la Región del Biobio en Chile, en el año de 1914 (el próximo septiembre cumplirá 102 años). Parra es matemático y físico, pero sobre todo es poeta; ha recibido el Premio Nacional de literatura (1969) y el Premio Cervantes (2011), entre muchos otros. Don Nica, como lo llaman sus allegados, es conocido por instituir lo que se conoce como la antiprosa y especialmente por ser el creador de la llamada antipoesía. La antipoesía tiene como característica el uso de lugares comunes y un lenguaje coloquial. En los poemas de Parra se encuentran historias plasmadas de una forma redonda, son como cuentos que bien podrían estar en prosa. No busca el rebuscamiento ni las figuras retóricas usuales de la poesía convencional.
         Del libro Hojas de Parra sobresale un poema,  el más conocido, se trata de “El hombre imaginario”, en donde cada uno de los versos incluye la palabra imaginario, excepto en la línea en donde se menciona el dolor, dejándonos así en el asombro de su reflexión: todo puede ser imaginario menos es dolor. Aquí: “El hombre imaginario/ vive en una mansión imaginaria/ rodeada de árboles imaginarios/ a la orilla de un río imaginario/ De los muros que son imaginarios/   penden antiguos cuadros imaginarios/ irreparables grietas imaginarias/ que representan hechos imaginarios/ ocurridos en mundos imaginarios/ en lugares y tiempos imaginarios/ Todas las tardes, tardes imaginarias/ sube las escaleras imaginarias/ y se asoma al balcón imaginario/ a mirar el paisaje imaginario/ que consiste en un valle imaginario/ circundado de cerros imaginarios/ Sombras imaginarias/ vienen por el camino imaginario/ entonando canciones imaginarias/ a la muerte del sol imaginario/ Y en las noches de luna imaginaria/ sueña con la mujer imaginaria/ que le brindó su amor imaginario/ vuelve a sentir ese mismo dolor/ ese mismo placer imaginario/ y vuelve a palpitar/ el corazón del hombre imaginario.”
          Pero si Nicanor Parra escribe versos como los de “El hombre imaginario”, también lo hace desde la burla de sí mismo y la escatología en un poema nauseabundo: “Moscas en la mierda” nadie tiene ninguna valor moral para nada si no ha vivido como él:Al señor -al turista -al revolucionario/ me gustaría hacerles una sola pregunta:/ ¿alguna vez vieron una nube de moscas/ revolotear en torno a una plasta de mierda/ aterrizar y trabajar en la mierda?/ ¿han visto moscas alguna vez en la mierda?” porque yo nací y me crié con las moscas/ en una casa rodeada de mierda”. Dice el poeta. Este escritor exhibe al hombre como lo que es, una contradicción en todo lo que hace y siente. En su poema “Yo no creo en la vía pacífica” se vuelca en la incredulidad: “no creo en la vía violenta/ me gustaría creer en algo, pero no creo/ creer es creer en Dios/ lo único que yo hago/ es encogerme de hombros/ perdónenme la franqueza/ no creo ni en la Vía Láctea. Así uno podría continuar el poema, hablando de todas las vías en las que uno no cree y ponerse cursi y decir que siempre queda la esperanza de que la vía oral funcione.
         La mayoría de los traductores de poesía coinciden en que los versos son difíciles de traducir, en este caso y quizá por tratarse de la antipoesía, no creo que los traductores tengan algún problema, pues aunque cada uno de los textos podría tener intenciones escondidas, se trata de un lenguaje directo y sencillo. En el primer poema de Hojas de Parra: “Canción para correr el sombrero”, cuenta la historia de un indigente, en silla de ruedas,  y de cómo éste se inventa historias y exige a dinero para su dosis de heroína.  Hay crítica social en la poesía de Nicanor Parra, pero hay más crítica al individuo que se escuda en su entorno para cometer faltas. El chileno se burla de la inocencia fingida del quejoso que considera justificable su inmoralidad en pos de hacerse justicia por sí mismo.

         No pude encontrara Hojas de Parra en librerías pero se puede encontrar completo en PDF en la Internet.