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Nació en Francisco I. Madero, Dgo. El peor de los pecados es su primer libro de cuentos.Ha recibido el Premio Estatal de Periodismo Cultural “Armando Fuentes Aguirre” en los años 2000 y 2015 y el Premio Estatal de Periodismo de Coahuila, 2016 y 2017. Escribe cuento y ensayo. Es colaboradora regular del periódico El Siglo de Torreón. Su entrevista con Elena Poniatowska fue traducida al griego y publicada en la revista Koralli de Atenas. Ha publicado en diversas revistas nacionales y libros colectivos. Perteneció al taller literario de Saúl Rosales; es médica egresada de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C. y estudió la Maestría en Apreciación y Creación Literaria en Casa Lamm en la Ciudad de México.

lunes, 6 de octubre de 2014

BERLIOZ Y LA FUERZA DE LA MÚSICA

Esta entrevista fue reconocida con el Premio Estatal de Periodismo Cutural de Coahuila, 2015

Compartí con el maestro Sergio Berlioz, las sensaciones que me provocaron: su poema sinfónico, Toledo, la ciudad de las generaciones que trata sobre la expulsión de los judíos de España y su quinta sinfonía, La luz de mayo, que refleja la lucha intelectual que envolvió la batalla de Puebla. Es interesante conocer la intención primigenia del creador de estas obras, ya que nadie sabe qué vida va a tener una obra de arte o en qué se va a convertir. Por ejemplo, ¿De qué manera, Rossini, podría haber imaginado que la obertura de su ópera Guillermo Tell, iba a ser reconocida como la música de El Llanero Solitario?


Pariente indirecto del músico francés Héctor Berlioz, hijo de padre francés y madre judía; el mexicano Sergio Berlioz es musicólogo, compositor y director de orquesta. Es autor de cincuenta y nueve obras musicales y vino a Torreón, el 11 de septiembre al TIM, a ofrecer la conferencia "La palabra contenida de la canción a la ópera". Sergio Berlioz nos hace sentir el pulso de la historia a través de la música:

─¿Se puede considerar una ironía histórica el hecho de que los tres más grandes músicos estadounidenses (Leonard Bernstein, Aaron Copland y George Gershwin) sean judíos de origen ruso?
─Si los tres hubieran nacido donde nacieron sus padres estaríamos hablando de compositores rusos. Esa es una demostración de que no solamente el elemento genético lleva al entendimiento de un pueblo, sino que el lugar de nacimiento y el entorno son importantes. Para ser creador, en cualquiera de las manifestaciones, hay que ser fiel a la esencia, fiel a donde uno viene. No aparentar lo que no se es. Hay que estar en paz con los orígenes. En el caso de estos tres compositores, son judíos, nacidos en Estados Unidos, de padres rusos. Y que su música suene como suena, es precisamente por eso. Para bien y para mal. Si estos músicos hubieran llegado a una cultura formada, donde ya hubiera una reflexión y un arte perfectamente bien articulado, por ejemplo, Alemania, allí nunca hubieran dejado de ser extranjeros. Pero los tres llegan a un lugar en formación, que está creando su tradición, entonces ellos ayudan a definir lo que es ese lugar. Rhapsody in Blue de Gershwin, West Side Story de Bernstein y Salón México de Copland, no dejan de ser obras de compositores judíos/rusos que están enseñando cuál es el camino de la música, no es la música la que les enseña a ellos. No se trata de una ironía, es el reflejo de lo que es América.
─¿Necesariamente la biografía de un músico es su obra?
─Eso se ha cuestionado mucho. Las obras de arte son, hasta cierto punto, autómatas y autónomas. Son independientes de quién la creó. Pero uno no debe de estar preocupado por la vida del creador para entender la obra. No significa que si conozco bien la vida de Beethoven, necesariamente, me va hacer comprender mejor su obra. A veces la biografía del compositor es una sucesión de anécdotas que no explica su arte. Obviamente, es un reflejo autobiográfico en donde están las preferencias estéticas, gustos, ambiciones, obsesiones… Cada compositor está en su música.
─En el caso de su poema sinfónico: Toledo, la ciudad de las generaciones, éste no es autobiográfico pero tiene que ver con la historia de sus ancestros.
─ Sí, es mi pueblo, mi familia. Pero en ese caso yo escogí eso y Toledo… sonará independientemente de mí. Es un poema sinfónico que habla sobre la expulsión de los judíos de España. Yo, como compositor que también es judío, tengo un referente histórico. Yo mismo me quedo asombrado. Esa es una obra que me rebasa. Las obras se van armando por sus propias necesidades expresivas. Existen por sí mismas.
─¿Lo mismo se aplica para su obra  La luz de mayo?
Mi Quinta sinfonía fue un encargo del Gobierno del Estado de Puebla; fue un reto para mí, porque no suelo aceptar obras con temática previa, pero eso me obligó a meterme más en uno de los momentos más emblemáticos de la historia nacional y pude, primero, comprender su importancia capital y después encontrar el camino para hacer viable una obra musical con recursos musicales. En este caso el palpitar del corazón de Juárez recibiendo la noticia del arribo de los franceses a territorio nacional fue el motivante del primer movimiento, el segundo es la célebre carta de Víctor Hugo a los mexicanos, cantado por un tenor, después vino el tercer movimiento donde se arma el pueblo para la batalla y finalmente el cuarto movimiento con el final del poema al Cinco de mayo de Guillermo Prieto "Álzate,oh patria" con el coro a plena voz y que concluye con la frase de Zaragoza: "¡Los libres no conocen rivales!"
─¿Tomando en cuenta la vida de Richard Wagner, ¿existe, por parte de los judíos, un rechazo a su obra?
─En Israel hay un enorme conflicto para hacer Wagner, pero no solamente allí, yo cada vez que dirijo Wagner, entro en ese conflicto. Es como si despertará a un dragón dormido. Actualmente estoy leyendo un libro de él, traducido al español, que se llama La música y los judíos. Yo no había podido leerlo porque mi alemán no es tan sofisticado como para leer algo tan denso como Wagner. Amo la música de Wagner, pero sé que era un hombre antisemita. Hay varias caricaturas de personajes judíos en su obra, eso lo hace antipático y si uno ve su biografía se da cuenta de que él era un ser detestable. Su libro es atroz, contiene un delirante y profundo antisemitismo. Él dice que los judíos siempre serán extranjeros, les niega el derecho a la ciudadanía y asegura que nunca podrán comprender la música de su entorno. Sin embargo, allí están los ejemplos de su pregunta, Gershwin, Copland y Bernstein, si ellos hubieran llegado como hijos de rusos a Alemania, los cuestionarían. En cambio llegaron a Estados Unidos y se adaptaron. Wagner apuesta a que un judío jamás se adaptaría. Eso está mal, porque es mentira.
¿Qué tan importante es la aportación de los judíos a la música de concierto?
Existe una producción de música vernácula en el pasado, pero la participación, en la gran música de concierto, fue a partir del siglo XIX. Un ejemplo es Felix Mendelssohn. Él y su familia se convirtieron al cristianismo, se hicieron protestantes luteranos. Lo hicieron para poder adaptarse. Incluso cambiaron su apellido a Mendelssohn-Bartholdy, para diferenciarse de los judíos que se mantenían en su fe. Mendelssohn es nieto de unos de los grandes pensadores judíos: Moses Mendelssohn que es quien establece la ilustración judía o haskalá. Él logra que los judíos tengan carreras liberales. Cuatro de los seis hijos de Moses se volvieron cristianos.
            Después de Mendelssohn, el más notable compositor judío fue sin duda Gustav Mahler. Mahler hace el papel de Noé y su arca bíblica con la música: aglutina todos los recursos musicales posibles de su época y hace de ella, como lo diría al gran compositor finlandés Jean Sibelius, "Mi música busca crear mundos habitados con todos los recursos técnicos posibles". Después de éste compositor austriaco, la lista de notables compositores de origen judío es extensa y muy representativa del siglo XX y de los que va del XXI, desde Schönberg hasta Plillip Glass, pasando por los autores norteamericanos ya expuestos, el suizo Ernst Bloch y su emblemática rapsodia hebráica "Shlomó" (Salomón) y en nuestro medio nacional Daniel Katán y Samuel Zimann.
─Respecto a la interpretación, en los compositores actuales es posible saber cómo desean que su obra sea interpretada, ya que pueden dirigirla, pero compositores del pasado, ¿se sabe cómo querían que se oyera su música?
─Eso es una lotería. Hay varias formas de interpretar la música del pasado. Yo creo que hoy hacemos mejor música, tenemos más información y mejores intérpretes. El nivel técnico que han alcanzado las orquestas haría que Mozart se quedará pasmado ante el rigor y cuidado que lo hacen. O quizá, se habría desencantado y hubiera dicho: “Las orquestas del año 1700 eran más imperfectas pero eran más cálidas”. No sabemos, hay muchas posibilidades.
─En el libro Cómo escuchar música de Aaron Copland dice que “para una brillante ejecución por parte de los músicos, también se requiere de una brillante audición”, ¿está usted de acuerdo con él?
─Absolutamente. Lo complemento con algo que dice Alejo Carpentier en su ensayo sobre la novela latinoamericana: “para que haya novela tiene que haber novelística”. Para que Carlos Fuentes escribiera, como lo hizo, tuvo que haber, desde tiempos de Sor Juana, una novelística que permitiera que alguien dedicara horas y horas para leer La región más trasparente, Tierra Nostra, Cristóbal no nato… Si una sociedad llega a permitir que alguien escriba 800 páginas que se publiquen, que se lean y reconozcan, se debe a que existe una novelística.
Cuándo Ramón Shade y la música van a tener todo lo que se merecen; cuando el público necesite la música. Por eso hay que generar una necesidad musical; la Camerata es la máxima joya de la corona de Torreón y es el máximo proyecto de un hombre valiente. Lo digo bien claro: Ramón Shade es un hombre que ha apostado a esta ciudad y creado una orquesta con un sonido particular, con una serie de cualidades sonoras que lo hacen distintivo. Conozco a Shade desde hace 30 años pero hace varios años que no lo veía, lo que me parece muy favorable para lo que estoy diciendo. No es para alagar a un amigo, lo digo con el estímulo de la distancia, que me ayuda a comprender que lo que él está haciendo es importante. Eso tiene que ser recompensado con un público preparado, que esté dispuesto a escuchar y descubrir todas las propuestas que el director y sus invitados traen a esta ciudad.
En su conferencia, usted dijo que: "El canto es la prolongación de la palabra", de acuerdo a este concepto, ¿los pájaros cantan?
─No. El único ser que canta con la intención, el cuidado y el placer de hacerlo es el ser humano, porque tienen las condiciones neuronales para ello. Los pájaros no cantan, se comunican, miden distancia. Si me pregunta, ¿el arte existe en la naturaleza? La respuesta es categórica: No. El arte es un acto de voluntad, de inteligencia. A mayor arte mayor inteligencia. Son muy inteligentes Tchaikovsky, Wagner, Bach… muestran su inteligencia al crear algo que no existía. Los pájaros son para el músico lo que el paisaje es para el pintor. Son materia prima. El sonido de un pájaro puede ser muy bonito: lo toma un compositor, lo elabora y se lo da a una flauta. El pájaro no hace música. Ahora, si los pericos nos imitan y quieren tener una conversación con nosotros, pues eso se lo dejamos al ornitólogo, no al músico.
La luz de mayo, Quinta sinfonía de Sergio Berlioz