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Nació en Francisco I. Madero, Dgo. El peor de los pecados es su primer libro de cuentos.Ha recibido el Premio Estatal de Periodismo Cultural “Armando Fuentes Aguirre” en los años 2000 y 2015 y el Premio Estatal de Periodismo de Coahuila, 2016 y 2017. Escribe cuento y ensayo. Es colaboradora regular del periódico El Siglo de Torreón. Su entrevista con Elena Poniatowska fue traducida al griego y publicada en la revista Koralli de Atenas. Ha publicado en diversas revistas nacionales y libros colectivos. Perteneció al taller literario de Saúl Rosales; es médica egresada de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C. y estudió la Maestría en Apreciación y Creación Literaria en Casa Lamm en la Ciudad de México.

sábado, 7 de junio de 2014

PARTICULARIDADES DE LOS BESOS EN LA FRENTE

La palabra beso tiene un sinónimo: ósculo, un término de sonoridad oscura, como de esnobismo intelectual. Aunque, hay besos de colores: rojo pasión, negro pornográfico, rosa cursi, púrpura religión o blanco cuento de hadas... El beso es uno de los sucesos más expresados en el arte, ya sea en escultura, literatura, música o pintura; es presentado, generalmente, como un acto de amor, tanto, que lo hay que resucitan princesas o que a los sapos vuelven príncipes. Sin embargo, también hay besos aventados, que no dejan huella, unos más que dejan huella en la camisa, (para marcar el territorio)  y otros, igual, que son pura traición, como los de la mafia italiana y su “beso de la muerte”, uno de despedida, que es una referencia de aquel beso, él que fue vendido por 30 monedas de plata, él que Judas le dio a Cristo. La señal que entregó al cordero para el sacrificio. El cordero de Dios que quita el pecado del mundo mediante la crucifixión.
            El beso sucede entre algunos animales y entre humanos; es un saludo de ocasión o el inicio de una relación sexual. Se da en cualquier parte del cuerpo. Se reparte entre desconocidos, amigos, familiares o amantes; para la mascota o para el fetiche de juguete, de religión o de sexo; en los pies, en las mejillas, en los ojos, en la boca. En las manos con obediencia y en la oreja con provocación. Todos los bordes y abismos del cuerpo son posibles besaderos. Sentir los labios sobre la piel puede desencadenar sensaciones extraordinarias. Asimismo, es una vía de transmisión de enfermedades como la mononucleosis (enfermedad del beso) herpes y virus gripales, etc.
El beso en la frente, se concibe como una muestra de respeto, cariño y protección. Pero no siempre es así, especialmente si se trata de parejas sexuales. Entonces llega el tiempo en que la frente y los labios se unen y decir beso es decir boca, que igual sugiere comida, sexo, palabra y pensamiento. Decir frente es reparar en una región de la cara que está limitada por las sienes, las cejas y la parte superior de la cabeza o inserción del pelo. La frente puede estar en alto o marchita o tener una extensión de dos dedos, cuando la inteligencia está ausente. Es también palabra y pnsamiento. La frente, también, alberga el símbolo de la infidelidad. Ésta es la región de los cuernos. Los cuernos, ésos, los del buey. El buey, una bestia nacida toro. Un macho castrado transformado en el eunuco que no se reproduce: nace, trabaja y muere. El buey es la imposibilidad, la no trascendencia. Porque con la castración se despoja de la agresión necesaria para mantener la dignidad. El buey arrastra el arado sin protestar, es un ser indefenso ante la humillación. No obstante, el buey primigenio está en extinción porque lo sustituyó el tractor para arar la tierra. En cambio, (en México) apareció el güey, que en referencia al buey, el hombre güey o la mujer güey, es sinónimo de tonto, del que no tiene importancia, del que es engañado con facilidad. Aunque, los jóvenes de ahora lo han modificado y le llaman también wey, goey, huey, gue… Lo usan en lugar de los nombres propios y no les parece ofensivo.
A la mujer y al hombre engañados los hacen güeyes, los hacen tontos. Por eso la persona infiel llega a casa y saluda a su pareja con un beso en la frente. Aleja sus labios de los sentidos del gusto y del olfato porque intenta ocultar los lugares por dónde vagaron sus placeres. En ese momento el beso en la frente se trasforma en redención de la culpa y al mismo tiempo simboliza el culto al cuerno. Nos trae las reminiscencias del cuerno del buey al que le quitaron su defensa y el derecho a protestar. El buey que acepta los golpes, porque para eso le fue modificada su naturaleza. Así, muchos humanos sufren de una castración emocional: no hay testículos, no hay ovarios. No circulan por su sangre las hormonas para protestar. Por eso, con un beso en la frente, el infiel y el engañado (uno que lo da y el otro que lo acepta), hacen una reverencia al cuerno, al buey, al güey.