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Nació en Francisco I. Madero, Dgo. El peor de los pecados es su primer libro de cuentos.Ha recibido el Premio Estatal de Periodismo Cultural “Armando Fuentes Aguirre” en los años 2000 y 2015 y el Premio Estatal de Periodismo de Coahuila, 2016 y 2017. Escribe cuento y ensayo. Es colaboradora regular del periódico El Siglo de Torreón. Su entrevista con Elena Poniatowska fue traducida al griego y publicada en la revista Koralli de Atenas. Ha publicado en diversas revistas nacionales y libros colectivos. Perteneció al taller literario de Saúl Rosales; es médica egresada de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C. y estudió la Maestría en Apreciación y Creación Literaria en Casa Lamm en la Ciudad de México.

sábado, 16 de octubre de 2010

SAÚL ROSALES: UN AÑO CON EL QUIJOTE


Hace unas semanas se llevó a cabo la presentación del libro Un año con el Quijote escrito por maestro Saúl Rosales; una edición de autor, con ilustraciones de Tabata Ayup. La presentación estuvo a cargo de los escritores Edgar Salinas y Jaime Muñoz. Edgar Salinas destacó los rasgos del diálogo en la obra de Cervantes y de cómo Rosales había hecho su propio diálogo con el Quijote. Jaime Muñoz habló de la amistad de 30 años que le une a Saúl Rosales y de la extensa cultura de éste. En la mesa también lo acompañaron, la Lic. Norma González Directora Municipal de Cultura y Carlos Velázquez encargado del área de literatura. Este acto, además de muy concurrido, fue bastante emotivo porque fuimos testigos del sentimiento que le produce al maestro Rosales la obra más representativa de nuestra lengua.
Un año con el Quijote es la reunión de treinta y cuatro textos que se publicaron en diferentes revistas (Siglo Nuevo, Estepa del Nazas y Mesas de adentro) durante el 2005, año en que se festejaron los 400 años de la publicación del libro de Miguel de Cervantes. Son aleccionadores los textos de Rosales, no sólo para los que han leído El Quijote sino que serán de utilidad para quienes nunca se han acercado a dicha obra ya que es una invitación para hacerlo. Pero, no únicamente hace alusión a las letras cervantinas también allí encontramos que el autor es conocedor de muchísima literatura de las que destaca La Celestina de Fernando de Rojas, por ello, reconoce que el manchego se inspiró bastante en La Celestina para forjar sus pasajes. Un ejemplo, son las reiteradas citas de refranes en ambos libros. También el nombre Melibea usado por Rojas que Cervantes insinúa en su protagonista bautizándola Dulcinea, una viene de la miel; melosa, Melibea y la otra de lo dulce; dulce, Dulcinea, que para el caso es lo mismo.
En Un año con el Quijote se hace hincapié en el sentido humorístico al que Cervantes recurre toda su novela: “Risa, risa, risa; alegría es lo que quiere Cervantes para el lector de Don Quijote de la Mancha. Sin embargo recordemos que el creador de don Quijote es un firme creyente de la idea de instruir divirtiendo…” Nos dice el autor. Alude al pronóstico acertado de la gran fama del Caballero de la triste figura: “andar ya en estampa en casi todas o las más naciones del mundo”. Así, Saúl Rosales nos hace ver la ironía en lo que sigue: “Treinta mil volúmenes se han impreso de mi historia y lleva camino de imprimirse treinta mil veces de millares, si el cielo no lo remedia”, y el cielo no lo remedió.
El maestro Rosales nos habla de las teorías sobre la fisonomía de Cervantes diciendo que probablemente sea la misma que la de su personaje, el "Caballero del Verde Gabán" diciendo que es la que más se aproxima al autorretrato proferido en sus Novelas ejemplares: “Éste que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro, los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y ésos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros; el cuerpo entre dos extremos, ni grande ni pequeño; la color viva, antes blanca que morena; algo cargado de espaldas, y no muy ligero de pies. Éste digo, que es el rostro del autor de La Galatea y de Don Quijote de la Mancha (…)”. Otro tópico señalado en Un año con el Quijote es el agradecimiento.”El agradecido salda una deuda, mayor o menor, con el bien, con la bondad. No lo hace el desagradecido. El desagradecido entronizado en su egolatría y en su egoísmo cree que los beneficios que ha recibido son tributo obligado a su valiosa existencia”. Si que tiene razón.

sábado, 2 de octubre de 2010

VISA USA


Solicitar la visa estadounidense es un trámite cansado y a veces irritantes, desde pagar 166 dólares hasta contestar un cuestionario con preguntas extrañas como: ¿Ha participado en alguna conspiración contra los Estados Unidos? ¿Desea entrar a los Estados Unidos para traficar con drogas? y otras. Lo extraño de las preguntas resulta porque de antemano se sabe que nadie va a contestar afirmativamente a éstas. Y, si se vive en Torreón, hay que viajar a la ciudad de Monterrey. Llegamos a la primera de dos citas. Eran las 4 de tarde. Allí, una larga fila y un guardia dando indicaciones. El vigilante no hablaba con acento gringo, supongo que era mexicano. Él desempeñaba con pasión su trabajo regañándonos de vez en cuando: “Si no avanzamos es por su culpa. Pongan atención, necesitan copia de tal y tal… ”. Gritaba. Sin embargo, el hombre era amable cuando alguna persona le mostraba su papelería y ésta era la correcta, en ese momento un viento de superioridad lo envolvía y palmeaba al solicitante diciendo: ¡Excelente! Repetía esa palabra con mucha novedad y exaltación. Todos los merecedores de un, ¡excelente!, se formaban en la fila muy satisfechos. Dos horas después salimos del lugar de la av. Hidalgo en el centro de Monterrey. Allí solamente se habrían tomado las fotografías de la cara y de las 10 huellas digitales. Al siguiente día sería el examen, digamos, sicológico, basado en que el entrevistador decide si dices o no la verdad.
Un día después, estaríamos en el Consulado Americano a la 1 de la tarde. Allí, la conducta de las personas era más o menos igual que el día anterior. Aunque este guardia parecía más autoritario: “Naide (así, naide, pero sin n al final) puede entrar con token del banco, calculadora, teléfonos celular, bolsas, espejos, tijeras, cortaúñas, navajas o carpetas. La cartera, el cinturón, las llaves y el reloj entran, pero en esta bolsa que le voy a dar”. Y entregaba una bolsilla trasparente. Es tanto el deseo de agradar a los “jueces” que muchas personas tratan de ir muy bien vestidas, tanto, que exageran: jóvenes con traje negro y corbata, una señora con un vestido morado de grandes solapas de satín y zapatos de tacón alto. Con el sol, la humedad y los cuarenta grados centígrados, aquella vestimenta insoladora favorecía la desesperación.
Una de las tantas curiosidades de la ocasión fue ver a quien fuera Secretario de Educación Pública del Gobierno de Fox: al Dr. Reyes Tamez Guerra, que se había quitado su saco azul marino y sereno esperaba su turno. Qué ventaja hubiera sido para él que su visa expirara en el sexenio pasado, así se habría evitado el sol y la larga espera. Otra visión extraordinaria fue la presencia de una musulmana. Ella vestía pantalón blanco y una túnica del mismo color que le llegaba abajo de las rodillas, llevaba un paño de colores tenues naranjas que parecía de seda y que le cubría la cabeza pero no la cara. La pregunta era, ¿le darán la visa? Ya que a veces ha sido suficiente un apellido árabe para que les sea negada. Si se observa bien se puede saber a quién le otorgan el permiso y a quien no, es simple, sólo hay que ver a los que van saliendo del consulado con cara contenta o triste. Sin embargo yo no pude saber cuál fue el resultado para la musulmana pues con el gesto inexpresivo que entró fue con el mismo que salió.
También llegaron allí, un grupo de señores que pisaban la tercera edad y que portaban una gran manta que decía: “Sr. Gobernador queremos su apoyo para solucionar nuestro problema”. En seguida con un altavoz un orador designado habló: “Estamos aquí para que ustedes sepan que el gobierno mexicano es el más corrupto del mundo. Somos hombres que entregaron su vida y su juventud levantando la cosecha en los campos del norte. De allá nos mandaron nuestras pensiones y el gobierno mexicano se las robo. Queremos una solución, ya nos cansamos de que nos ninguneen”. Siguieron hablando durante una hora, doblaron su manta y se fueron. Luego, a las 3 de la tarde, emprendimos el regreso a Torreón esperando recibir la visa (por DHL) en casa.